Características de los textos discontinuos

La virtud de un texto discontinuo está precisamente en que sirve de complemento perfecto

EDDC.NET/Madrid

Dentro de los recursos para brindar información, los textos discontinuos representan uno de los más interesantes, puesto que pueden incluir una gran cantidad de información en poco espacio, sirviendo a menudo de apoyo o como complemento para una información más extensa -en ocasiones denominada como texto continuo-.

Dentro de la categoría de los textos discontinuos, los mapas mentales, las infografías, las líneas de tiempo, las tablas de contenido, los diagramas y los gráficos son los más utilizados, tanto en sectores como el de la investigación académica como en otros menos formales, como la creación de contenido en sitios digitales de noticias o en blogs de cualquier temática.

La virtud de un texto discontinuo está precisamente en que sirve de complemento perfecto, y a menudo como una pausa para hacer resumen sobre el tema, dentro de un contexto marcado por la aparición de un texto continuo, cuya posibilidad de extensión, profundidad y continuidad es infinitamente mayor que la de un texto discontinuo, siendo esa, además, su principal diferencia y característica con respecto a otros tipos de texto.

Precisamente, son las características de los textos discontinuos las que permiten reconocerlos fácilmente.

Capacidad de sintetizar

En un mapa mental, un mapa conceptual, un diagrama o una infografía, la cantidad de información que es posible incluir equivaldrá a decenas de párrafos de textos continuos. Por eso, una de las características, a la vez que cualidades, de los textos discontinuos es poder ser muy sintéticos, incluyendo mucha información en un formato más bien pequeño.

Aunque lo más lógico es encontrar este tipo de texto como acompañamiento o recurso para simplificar o sintetizar otra información ya expuesta, algunos tipos de publicación, como las historietas, pudieran estar configuradas plenamente para que el texto discontinuo sea el principal y los demás sirvan de recurso de apoyo.

Son textos breves

En cantidad de palabras, son muy pequeños. Los textos discontinuos, a su vez, sirven como una pausa dentro de un entorno continuo, para leer y explicar en poco tiempo sobre algo que se expone. Las tablas y los gráficos estadísticos son un ejemplo perfecto de la brevedad de este tipo de textos.

Discontinuos y sin secuencia

No solo se pueden permitir interrumpir la continuidad de un texto mayor, sino que también lo hacen sin seguir una secuencia con el texto al que dan interrupción temporal.

Del mismo modo, su lectura o interpretación no tienen por qué seguir una secuencia para entenderse, como pasaría por ejemplo con un gráfico que explique la popularidad de diferentes productos de una misma marca, que pueden leerse de mayor a menor, de forma aleatoria o siguiendo esquemas de colores, y que no necesariamente estarán en un texto continuo mayor que hable únicamente de la popularidad de esos productos, sino que puede hablar de la marca en general.

Comprensión lectora

A diferencia de otros tipos de textos, como el continuo cuya obvia continuidad permite seguir un hilo conductor bien reconocible, o el académico que aparte de la jerga que puede utilizarse se hace también reconocible en cuanto al avance de sus contenidos, los textos discontinuos requieren de comprensión lectora porque no están asociados a ninguna forma de proceder, si bien guardarán una relación mínima que les otorgue cadencia.

Así, para sacar conclusiones, para aclarar cuestiones del contenido y para que sirva como elemento de apoyo, es necesario no solo leer la información, sino también interpretarla, darle sentido y reflexionar acerca de la misma. Por esa razón, si bien una línea de tiempo puede tener un formato discontinuo, pero a la vez predecible de lectura, para darle sentido a la misma es necesario dotarla de un contexto, uno que casi siempre será otorgado por el propio lector mediante procesos reflexivos.

Eso tiene que ver no tanto con el formato, sino por la combinación de diferentes tipos de contenido, que van desde imágenes, números, estadísticas, porcentajes, colores y por supuesto textos, cuya interpretación debe ser global.