Ir contra el proceso de la Libertad

Bladimir Díaz Borges (*)

Los procesos humanos no siempre van de forma armónica. El proceso de libertad ha sido el más acariciado por la humanidad. Confundida con las más crueles tropelías, sigue estando presente.

Popper señala a Grecia como un gran centro motor, donde la libertades fundamentales se inscribieron. Dejando para la posteridad magnas obras  en el mar del libre comercio. Sobre todo el libre tránsito de los libros. Debemos aclarar que comercio ha existido desde la eternidad, pero no necesariamente, libre. Y he allí la razón última de la humanidad el libre comercio es la base angular de la libertad. El comercio restringido a unos pocos es causante de grandes males. Regla básica, abierto tiende a dejar una estela de luz; cerrado es capaz de producir las mayores desigualdades, y atrocidades.

El libre comercio expande la constelación de libertades y posibilidades. Es como el infinito medieval, infinitesimal. Restringido no es exactamente como el infinito griego. Reducido a la forma, especialmente aquellas que dan esplendor en la belleza expresada en la finitud eterna. Hoy el proyecto esbozado en el Manifiesto Comunista por Marx y Engels ha ocupado la agenda mundial por 150 años, hasta de las más encumbradas iglesias, especialmente de la católica.

La libre empresa es la libre familia, libre hombre. Envuelto en la complejidad de mantener vivo un sueño familiar. Así en el Medio Oriente, la propia Europa, empresas y familias se unen para colmar las tradiciones. Muchas impuestas por las duras condiciones que nos ha tocado lidiar

Las familias con su herencia, la tradición ‘evolucionaria’ que instaura gobiernos limitados, para lo que se cede sólo el 10% (diezmo), el resto es usura/robo. Todas las iglesias la condenan. Menos el arrebato que hacen las repúblicas y los estados, cuyos impuestos pueden llegar a 60% o más (como inflación infinita…en Venezuela la inflación esperada ronda 2.000=20 veces 100%).

Cuándo nos sentemos a meditar sobre cuál educación para nuestros hijos, cuál medicina, y que no cueste más del 10 por ciento, veremos fructificar nuevamente nuestra prosperidad. Ese es el real reino de dios Pues en él la justicia, y la igualdad que buscamos será. Porque igualdades dadas por el hombre son desigualdades. El imperio de la solidaridad  está en el seno familiar. Pensar que las Casas son perversas, y que el estado es benevolente, es inaceptable es ir contra el proceso de la Libertad.

(*) Articulista