Las payasadas de Aurelio Abreu cuando llevaba las políticas sociales en el Cabildo

No lo conoceremos. Los resultados de la nefasta gestión de Aurelio Abreu y su ayudante de cámara cuando estaban al frente de las políticas sociales. Nadie habla, nadie valora, porque ha sido un legado de cenizas, un desastre, que ha hecho que vuelvan a manos nacionalistas, en ese tránsito repleto de humillaciones que significó el que Alonso les diera el poder, aunque fuera minio, en el Cabildo, aunque no ocultará el asco que le daban sus antiguos socios de gobierno. El entonces vicepresidente primero del Cabildo y consejero de Asuntos Sociales se paso toda la legislatura mintiendo y dando tranques a diestro y siniestro. Una de sus acciones, ridícula y muestra de su total inoperancia fue un “convenio marco que regulaba la subvención a otorgar a los Ayuntamientos de la Isla, para la ejecución del proyecto de actuación social, con el que se pretende favorecer la inclusión de personas en riesgo de exclusión social en el mercado laboral”. Estamos ante una buena idea y una política encaminada hacia el bienestar de los que menos tienen. Lo importante, ¿cuál era su ficha financiera?. Vamos a dar estos datos, que dan pena, que son un insulto y que demuestran lo que aquí estamos anunciando: “Ayuntamiento de Tacoronte: una subvención por importe de 6.757,71 €”; “Ayuntamiento de San Miguel de Abona una subvención por importe de 4.608,23 €”; Ayuntamiento de Guimar una subvención por importe de 6.977,76 €”; Ayuntamiento de La Guancha una subvención por importe de 4.712,78 €”; “Ayuntamiento de Candelaria una subvención por importe de 5.698,07 €”; “Ayuntamiento de La Villa de La Victoria de Acentejo una subvención por importe de 5.626,14 €”; “Ayuntamiento de la Villa de Adeje una subvención por importe de 5.908,26 €”. Y así con todos. Unas cantidades pequeñas, una gota en un océano de necesidades. En fin. Eso es lo que daba de sí estos políticos socialistas nefastos, indignos, impropios, que ahora están en un muy bajo nivel y que no consiguieron ni siquiera mantener sus áreas. Patéticos.