Rajoy corteja con guiños económicos a CC para evitar la entrega total a Ciudadanos

Con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, el gobierno ha puesto toda la maquinaría en marcha para el día después. A fecha de hoy, las huestes de Génova confían en la victoria, si bien saben que ésta nunca será holgada y que será imprescindible pactar para gobernar con mínima solvencia. Nada que no se respire en la calle. Eso sí, Ciudadanos, para muchos su compañero de viaje natural, está lejos de ser el ‘partenaire’ más deseado por los populares. Es más, fuentes del partido no dudan en explicar que Albert Rivera es el último recurso, el final del camino. Y entre bambalinas, se diseñan alternativas, muñidas con sigilo desde los ministerios económicos y, en todo caso, alejadas de los focos, según publica El Confidencial.com. En concreto, dos son los frentes -aparentemente sin relación directa pero íntimamente vinculados en el escenario político- que actualmente mima el ejecutivo. El primero está localizado en Canarias, donde el Partido Popular ha empezado a sacar réditos políticos del rebote que en estos momentos altera las relaciones de poder dentro del archipiélago como consecuencia del enfrentamiento latente entre Coalición Canaria (CC) y el PSOE. La convivencia entre los dos socios de gobierno empieza a tener sus más y sus menos sobre la posición estratégica que más conviene a cada uno de ellos de cara a las próximas elecciones generales. El líder de CC y presidente electo, Fernando Clavijo, no quiere perder la oportunidad de poner en valor el nuevo Régimen Fiscal y Económico (REF) de las islas en contra de los socialistas, que se niegan a facilitar ningún acuerdo con el gobierno del PP. El presidente canario ha demostrado al PSOE que donde hay patrón no manda marinero y se ha plantado esta semana en el despacho del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, con la misión de arrimar el ascua a su sardina aprovechando la exquisita generosidad desplegada previamente por Mariano Rajoy en la cordial entrevista que mantuvo con el jefe del ejecutivo en el Palacio de La Moncloa a principios de este mes. La reunión sirvió también para realzar el papel de Álvaro Nadal como hombre bueno y delegado del presidente del gobierno en la mejora del sistema de financiación de Canarias. El jefe de la Oficina de Presidencia gana enteros como cabeza visible de un pacto que puede ser clave para reforzar la posición del PP con los votos de los diputados canarios que salgan de las próximas elecciones generales de diciembre. De momento, la comunidad autónoma dejará de pagar al Estado la compensación por el Impuesto General sobre el Tráfico de Empresas (ITE), una de las reivindicaciones históricas de los sucesivos gobiernos regionales de Canarias. La citada figura impositiva es una retención que el gobierno realiza todos los años a las islas en los presupuestos del Estado desde que en 1993 el citado ITE fuera subsumido en el singular Impuesto General Indirecto Canario (IGIC). Está previsto que en 2016 el ejecutivo regional pueda ahorrarse por esta partida un importe de 160 millones de euros que han de certificar el comienzo de una nueva amistad entre los grupos parlamentarios del PP y de Coalición Canaria. En este sentido, amarrar una coalición amplia de socios también limitaría en alguna medida el pliego de condiciones que pueda trasladarle Ciudadanos a cambio de su apoyo, en el caso de que su concurso fuera -como parece- imprescindible al final del día. El PP ya ha pasado por ese aro y conoce las servidumbres. Sin ir más lejos y aunque no lo dice abiertamente, fuentes próximas a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, no dudan en comentar ‘sotto voce’ el impacto de esas restricciones, en cuestiones que difícilmente llegan a las portadas de los diarios, pero sí afectan a la gestión del día a día. Sin contar con factores atávicos sobre la hegemonía a medio plazo en el centro derecha. “A medio plazo, Ciudadanos es la muerte del PP”, subrayan sin ambages fuentes del partido. Del mismo modo, recuerdan que las necesidades autonómicas podrán atenderse con mayor cariño en los próximos meses, después de que el ministro de Hacienda haya guiado con mano firme las cuentas de las comunidades en atención a los rigores de Bruselas sobre el déficit público. “Vamos a tener mayor flexibilidad si hay otra legislatura”, exponen. Dando por hecho, claro está, que siga gobernando la lista más votada. Un planteamiento que, hoy más que nunca, solo puede estar rodeado de incertidumbre.