Fernando ‘Piscinas’ ya no sabe como ponerse dentro de Podemos (y está expulsado)

Podemos está de capa caída. El palo grancanario a cuenta de ‘enchufar’ a la parienta ha sido de aúpa y el comunicado de las Bases de este partido ha sido demoledor, porque quieren llevarse a toda la plana mayor por delante, esa que está bendecida por Madrid y que ellos consideran que no les da sino disgustos. Pero al estar deslumbrados por lo grande no ven cositas que ocurren en microclimas políticos como los de Santa Cruz, donde un arribista, asentado en una soberbia inexplicable, asentada en un oficio en el que no cuajó y en otro en el que siendo humilde, parece que no está a gusto y la temperatura del agua de la piscina siempre es un obstáculo insuperable. Y no está a gusto porque a pesar de su expulsión de Podemos por parte de la comisión ‘goda’ de garantías, sigue erre que erre intentando hacer carrera en este partido, apoyándose o mejor camuflándose en las bases, esas grandes masas (pasteleras, claro) de militantes. El  nota intentó coger el puesto de jefe de prensa del grupo podemita del Cabildo, pero allí arrasó una periodista sureña que los dejó a todos en palanca y que incluso supero en la liza a una que estaba bien agarrada en las alturas. Y además de intentar coger ese trabajo, se lanzó a esa locura de las primarias, pero a la vista de los escasos resultados que iba a tener, se retiró del juego. Este muchacho, situado en el extrarradio del partido, no ha asumido la expulsión y deslegitima cualquier planteamiento de la cúpula y parece estar buscando su momento, momento en el que pueda entrar en las instituciones y salir de ese marasmo profesional que tanto lo hiere y lo lesiona. Podemos debe reflexionar a cuenta de estas situaciones un tanto enigmáticas, un tanto extrañas, en las que se rompe todo código, donde nada es verdad y nada es mentira, todo depende del puestito del cual se mira. En fin, más casta que la propia casta.