Las carpas habidas en Arrecife son aptas para albergar a personas inmigrantes

Bruno Perera (*)

Estimados amigos y amigas. 

Les cuento lo siguiente.  

El 21 de octubre de 2021, visité el campamento de carpas que el ministerio del Interior está instalando junto a la sede de la Policía Nacional localizada en Puerto Naos, Arrecife de Lanzarote, y hallé que, en ese solar que se escogió para montar las carpas donde poder alojar a inmigrantes ilegales por un periodo de 72 horas, está casi en su terminación, con una capacidad de 20 unidades para 12 personas en cada una, en cuyo total podrán residir y dormir 240 individuos, con opción de albergue de añadir unos 100 extras. 

Asimismo, el lugar posee varios contenedores para dar servicio de oficina, baños, duchas y comedores. (Contenedores aptos para personas, y que se usan normalmente en las afueras de hospitales, como módulos habitacionales). 

En este recinto, tan pronto se ingresen a inmigrantes ilegales, se les hará control de datos personales y de Covid-19; y se les dará asistencia médica, alimentos, alojamiento, ropa, calzado, e incluso una o dos llamadas gratis a sus familiares. 

También el recinto tiene dos generadores grandes, nuevos y modernos para producir luz, calefacción y aire acondicionado. Todos estos equipos, según consta en los sellos de garantía habidos en la parte frontal de cada una de las carpas: “Están homologadas por la UE, y se utilizan igualmente para misiones militares”. Por lo que comprenderán que, si este material es apto para militares, asimismo lo es para albergar a personas que, en sus países de origen, la mayoría, duermen sobre esteras extendidas en el suelo, y que malamente se alimentan con una comida al día, cuando pueden.  

Pienso que en Canarias le damos a los inmigrantes ilegales lo que humanamente les corresponde y mucho más; pero hay algunos partidos políticos y algunas oenegés que, para seguir mamando de la teta de la inmigración a través de las subvenciones que otorga la UE y el Estado español, por interés no cesan el chantaje de que a los inmigrantes ilegales les debemos dar un trato digno, cuando que ya nos pasamos con la dignidad, como se ha visto durante los casi últimos 18 meses que, los albergaron en hoteles y apartamentos de 4 estrellas, con todo incluido, haciendo con ello un llamamiento colosal que aún sigue vigente, y que continúa dando pie a que las avalanchas de pateras, zodiacs y cayucos, se hayan convertido en una invasión premeditada porque saben que al llegar a aguas de Canarias, aparte de que son rescatados en altamar por el samaritano SIVE, tampoco son deportados. Un INRI que nos afecta a todos. 

Con paños calientes y con este tipo de albergue, no se podrá atajar la inmigración ilegal, porque la solución radica en hacer centros cerrados desde donde después de darles 72 horas de auxilio se ejecute la deportación, tanto de adultos como de MENAs.  

Si no se actúa tal como aconsejo, difícilmente se podrá poner remedio a este estrago inmigratorio del cual mafias, políticos y oenegés se aprovechan, siempre con el rollo de: “pobrecitos inmigrantes ilegales”. 

Mejor tengamos cuidado con lo que hacemos y damos, porque a corto plazo los pobrecitos seremos nosotros cuando estemos totalmente invadidos y el turismo maltratado por la delincuencia y la inseguridad. 

El alegato que algunos postulan en relación con que los inmigrantes no vienen a Canarias para quedarse en una u otra de nuestras islas, sino para viajar a otros países de Europa, es una manipulación orquestada por quienes se alimentan de la desgracia inmigratoria, por razón de que la mayoría de los inmigrantes ilegales vienen con una mano delante y otra detrás, y por tal pobreza, solo unos pocos tienen la capacidad monetaria para trasladarse a otras naciones.  

La inmigración ilegal perjudica a nacionales y a inmigrantes legales radicados en España, porque hace que el racismo y la xenofobia aumente y dé pie a que nos acusemos y nos despreciemos entre unos y otros sin que sepamos quién es o no inmigrante ilegal. 

Así también, es un despropósito que el Estado español con su nueva enmienda aprobada hace solo unos días, haya decidido dar permiso de trabajo a Menas después de cumplir 18 años. Y, además, una tutela extra de 3 años a razón de unos 600 euros mensuales, como les conceden en Cataluña, para que puedan resolver sus vidas mientras encuentran trabajo.  

Y todo lo llevan a cabo sabiendo que, con ello hacen un mayor llamamiento porque los Menas podrán conseguir reagrupaciones familiares que, hará que este estrago inmigratorio continúe para siempre, quitando puestos de trabajo a jóvenes hijos de familias españolas y de inmigrantes legales radicados en territorio nacional.  

Igualmente, los Menas una vez que abandonen los albergues, postre su mayoría de edad, si lo desean, pueden recibir becas para estudiar una carrera, algo que a los jóvenes nacionales no se les otorga con tanta facilidad y más de forma gratuita y con pocos requisitos como se la ofrecen a los Menas; e incluso sabiendo que la diferencia entre Menas, nacionales e inmigrantes legales, es que, las familias de nacionales y de inmigrantes legales han pagado y pagan impuestos en España, pero las de los Menas, no.  

Las leyes españolas y de Naciones Unidas contemplan la deportación de Menas siempre que se sepa quiénes son sus familiares y de qué país han venido. Además, mantener a menores de edad confinados en albergues es un rapto ante todas las leyes habidas en el mundo. Por lo dicho, la devolución de “menores extranjeros no acompañados” que llegan a territorio español, es una obligación nacional e internacional que está amparada por la Ley de Extranjería Española, y por Derechos de la Infancia y Cartas de Derechos Humanos de Naciones Unidas que, España ha firmado y ratificado a través de convenios internacionales. 

Pd. Lo que se ha dicho sobre que el solar donde están montadas las carpas se inunda cuando llueve, se debe a que las aceras en su alrededor están más altas que el terreno habido en el interior. El problema se resuelve abriendo un desagüe en la parte baja para que por desnivel corra el agua de lluvia hacia la carretera, en dirección al mar. O por medio de una pequeña mareta de acumulación y una bomba, bombear el agua hacia afuera. 

(*) Articulista y experto en hidrocarburos