Nuestra lucha tiene un mensaje y una prioridad

Rafael Lutzardo (*)

Un día más,  deseo escribir para sentirme relajado, pero también para que mi mente se ejercite en la búsqueda de la reflexión, buscando respuestas de todas aquellas cosas que en este momento están ocurriendo en el mundo. De la misma manera, y en lo respecta a mi okupa ilegal oncólogico, cada día que pasa más seguro estoy de vencerle. Como he comentado muchas veces, somos muchas las personas que tenemos al okupa ilegal oncólogico en el interior de nuestros cuerpos, pero eso no quiere decir que todo esta acabado. Ni mucho menos, Todo lo contrario. Es ahora donde debemos de demostrar de lo que somos capaces de hacer y conseguir por nosotros mismos. No hace falta buscar protagonismos ni tampoco carreras olímpicas. Lo que hace falta es humildad, ilusión, actitud positiva, paciencia, voluntad y ganas de vivir. Del mismo modo, rodearnos de personas positivas que nos transmitan amor, cariño y sinceridad.

No descubro nada nuevo si digo o pienso que la vida es muy frágil y delicada. Es decir, en cuestión de segundos nuestros respectivos destinos las pueden cambiar. No oculto, cuando los especialistas nos dan la noticia de la presencia de esta horrible enfermedad (cáncer), nos quedamos sorprendidos o en estado de shock. Sin duda, para nosotros acaba de comenzar otra vida bien distinta a la anterior. Otra vida, que nos tendrá ocupados y entretenidos, ya que tendremos que buscar alternativas que nos motiven sentirnos útiles en la sociedad donde vivimos, pero también para luchar y vencer a nuestro enemigo. Y a buen seguro que lograremos salir victoriosos de esta dura batalla. Lo importante, y a través del tiempo, es familiarizarnos con el okupa ilegal.

Por otro lado, nuestro enemigo también nos enseña el valor que tiene la vida, el sentido de las cosas, pero sobre todo nos da más fuerzas para luchar contra sus propios tentáculos cancerígenos. Lo que él no sabe, es que nosotros también sabemos cuales son sus puntos débiles.

Para ello, utilizamos nuestras actitudes positivas, el amor y cariño de nuestros familiares, amigos/as, sanitarios/as y tratamientos oncólogicos que motivan reducirlo y acabar con su vida. Así pues, no dejemos de luchar porque hay muchas posibilidades de conseguir nuestros objetivos con éxitos. No debemos de perder la fe y la confianza de lo que somos capaces de hacer y conseguir.

Les prometo que el esfuerzo y sacrificio en esta lucha contra nuestros okupas ilegales oncólogicos  merecen la pena llevarlos a cabo, pues no en vano están en juego nuestras vidas. Somos capítulos del libro de la vida; historias de un pasado y presente, 'esclavos' o 'prisioneros' de nuestros propios destinos. Lo importante es ser como uno quiera ser. Por último, como si fuera la música de una balada extraída de la lírica y melodía a través de una trompeta, mi mente se convierte en viajera del alma, convirtiéndose en hoguera espiritual de la vida y de mi propia existencia.

(*) Articulista, periodista, novelista y gran amigo