Ben Magec denuncia la aprobación de un nuevo hotel con 1000 plazas alojativas en Corralejo
Una aprobación que parte del Gobierno de Canarias cuya decisión final depende del Cabildo de Fuerteventura
EDDC.NET / Las Palmas de Gran Canaria
Esta actuación por parte de las instituciones públicas supone una enorme irresponsabilidad, un total ninguneo de las protestas y del debate mayoritario, además una preocupante falta de visión de futuro en el actual contexto de crisis climática y de escasez de recursos, masificación y destrucción de las islas, se siga apostando por el crecimiento turístico sin límites. La revisión del modelo económico canario y el decrecimiento de las actividades económicas destructivas, como la turística, hace tiempo que son una urgencia para nuestras islas. Sin embargo, lejos de poner freno y replantear este modelo económico, nuestros responsables políticos y el lobby empresarial del turismo y la construcción siguen apostando por crecer infinitamente, aprobando nuevos proyectos en todas las islas y favoreciendo la llegada de cada vez más y más turistas. Mientras los beneficios millonarios se los reparten unos pocos, la población local se ve obligada a asumir los problemas que esta actividad genera.
El modelo turístico canario se ha caracterizado desde sus inicios por tener una vocación claramente invasiva y especulativa en el territorio, enfocado hacía un turismo de masas y aportando un bajo valor añadido, privatizando los grandes beneficios de la especulación urbanística y de la actividad turística mientras se socializan las pérdidas y los costes sociales y ambientales.
El pasado 20 de abril más de 200.000 personas salimos a la calle en todas las islas, además de miles de canarios y canarias que se movilizaron en decenas de ciudades del mundo, para exigir de manera urgente medidas que paren la destrucción de nuestro territorio, la turistificación de cada rincón del archipiélago y la masificación, falta de vivienda y escasez de recursos básicos, como el agua, que nos dificultan lo más elemental; seguir viviendo en nuestra tierra. Entre estas medidas se contempla como prioritaria una moratoria turística y vacacional que ponga freno al insostenible e ilimitado crecimiento de una industria depredadora que ocupa todos nuestros espacios y precariza a nuestra gente, con jornadas abusivas y salarios de miseria.
Pese a las protestas y el debate público mayoritario, solo cuatro días después de las históricas manifestaciones, se rechazaban todas esas medidas en el Parlamento canario con los votos en contra de Coalición Canaria, Partido Popular, Asamblea Herreña Independiente y Agrupación Socialista Gomera. Una declaración de intenciones totalmente contraria al sentir mayoritario de la población a la que deberían representar.
La aprobación de este nuevo hotel en Fuerteventura no es el único proyecto sobre la mesa. En Lanzarote está en construcción un nuevo hotel con 600 camas y se inauguró recientemente el que nombran orgullosamente “el hotel más grande de la isla”, con más de 100.000 metros cuadrados y 1400 plazas alojativas. En Tenerife siguen adelante las obras en el Puertito de Adeje y La Tejita, pese a las continuas protestas y una huelga de hambre que exigía su paralización. En Gran Canaria, Lopesan tiene la aprobación para construir un hotel de 5 estrellas y 1200 camas en Meloneras. La apuesta por parte de las instituciones canarias por dar continuidad a un modelo absolutamente caduco y fracasado es clara, intentando, además, trasladarlo a islas que aún no sufren los problemas de las demás, como es el caso de La Palma, La Gomera y El Hierro. En La Palma, el Cabildo ya declaró, por unanimidad, el interés insular de dos proyectos turísticos privados; un resort con 1400 camas y un campo de golf en La Pavona, además de un hotel balneario acompañado de villas de lujo.
La historia nos ha enseñado los efectos perversos que el actual modelo turístico lleva aparejado. La ocupación masiva del litoral ha ocasionado daños ambientales irreparables, fragmentando los ecosistemas costeros y afectando gravemente a hábitats y especies endémicas, socavando a largo plazo los propios atractivos turísticos. La falta de planificación urbanística de gran parte gran parte del litoral canario, en donde los hoteles y urbanizaciones turísticas han ocupado lugares privilegiados, mercantilizado las playas convirtiéndolas cada vez menos accesibles para el uso y disfrute de la población local, ha generado un creciente rechazo en la ciudadanía.
Exigimos al ejecutivo regional que sea responsable, que demuestre visión de futuro y ponga freno al crecimiento del sector turístico, apostando por otro modelo económico más justo y sostenible con el territorio y con quienes lo habitamos, y tome medidas urgentes como la demolición de los hoteles que ocupan ilegalmente nuestra costa, como el RIU Oliva Beach, paralice las obras que siguen destruyendo nuestro territorio, incumpliendo la legalidad, y paralice inmediatamente la concesión de nuevas licencias para proyectos turísticos que perpetúan el modelo actual. A su vez, pedimos al Cabildo de Fuerteventura, de quien depende la licencia final, que sea consecuente con el sentir mayoritario de la población y paralice el proyecto.
Canarias tiene un límite. ¡Moratoria turística ya!