El nombramiento de Saddam Haftar como el ‘segundo’ recibe numerosos apoyos y abre un nuevo proceso para la posible unidad de Libia
Esta medida se produjo como parte de la llamada “Visión 2030” de Khalifa Haftar
ELDIGITALDECANARIAS.NET / Benghazi
El general Khalifa Haftar nombró a su hijo menor, Saddam, como su segundo durante un discurso el 9 de agosto. El discurso conmemoró el 85º aniversario del ejército libio, fundado por Idris As-Sanousi en el exilio en Egipto en la década de 1940.
Independientemente de los tecnicismos, el nombramiento en sí es lo que realmente importa en la actual situación política y militar en el país dividido.
Sin duda, esta medida se produjo como parte de la llamada “Visión 2030” de Haftar, que incluye la modernización del LNA, una reestructuración de sus filas, un mayor uso de la tecnología y una mejora general de sus capacidades.
Para lograr estos objetivos, Haftar ha indicado que se avecina una mayor reorganización. Es probable que esto implique la eliminación de la vieja guardia que podría desafiar a Saddam, para darle a su hijo influencia en el nombramiento de oficiales más leales.
Una división clara: reacción de Trípoli y los aliados de Haftar
La decisión ha sido recibida con el rechazo inmediato de la capital, Trípoli. Abdullah Al-Lafi, miembro del Consejo Presidencial, ha pedido una reunión urgente para abordar la cuestión.
Según el Acuerdo Político Libio de 2015 y reafirmado en la hoja de ruta de Ginebra de 2021, el Consejo de la Presidencia está designado como el comandante supremo colectivo de las fuerzas armadas.
Es una situación compleja, dado que el PC no reconoce a las fuerzas de Haftar como un órgano estatal oficial, sino más bien como un ejército de facto. Al-Lafi subrayó que el nombramiento era inválido y que la creación de nuevos puestos era "competencia exclusiva de la Si bien la legalidad del decreto de Haftar está muy cuestionada, el nombramiento se considera en general como un trato cerrado, como lo demuestra lo que los medios de comunicación pro-Haftar, como Al-Hadath TV, describieron como una "inundación de felicitaciones y bendiciones" para Saddam Haftar.
Esto incluyó mensajes oficiales de aliados poderosos: el ministro de Defensa ruso, un aliado desde hace mucho tiempo con fuerzas sobre el terreno en el este de Libia; el Jefe de Gabinete de Egipto; y muchos otros generales y comentaristas retirados de Egipto, Jordania y otros países.
La medida también recibió un importante sello de aprobación por parte de los dirigentes de la Cámara de Representantes y de miembros individuales, incluido su presidente Aguila Saleh y el Primer Ministro designado Osama Hammad. En particular, otro antiguo partidario de Haftar, los Emiratos Árabes Unidos, aún no ha comentado.
Una vez dejadas de lado las cuestiones legales, el momento del nombramiento ahora ha cobrado protagonismo. El ascenso de Saddam Haftar se produjo poco después de una visita de tres días de Musaad Boulos, el principal asesor presidencial de Estados Unidos para África. Mientras estuvo en el país, se reunió con el mayor y el menor Haftar, aunque no en una sesión privada e individual. Aunque aún se desconoce si el tema del nombramiento fue discutido durante su reunión del 24 de julio, la falta de una reacción oficial de Estados Unidos sugiere una forma de aprobación tácita.
English version
The appointment of Saddam Haftar as the 'second' receives numerous supports and opens a new process for the possible unity of Libya
This measure occurred as part of Khalifa Haftar's so-called “Vision 2030”.
General Khalifa Haftar named his youngest son, Saddam, as his deputy during a speech on August 9. The speech commemorated the 85th anniversary of the Libyan army, founded by Idris As-Sanousi in exile in Egypt in the 1940s.
Regardless of the technicalities, the appointment itself is what really matters in the current political and military situation in the divided country.
This move undoubtedly came as part of Haftar's so-called “Vision 2030,” which includes the modernization of the LNA, a restructuring of its ranks, greater use of technology and an overall improvement of its capabilities.
To achieve these goals, Haftar has indicated that further reorganization is coming. This is likely to involve removing the old guard who might challenge Saddam, to give his son influence in appointing more loyal officers.
A clear division: reaction from Tripoli and Haftar's allies
The decision has been met with immediate rejection from the capital, Tripoli. Abdullah Al-Lafi, a member of the Presidential Council, has called for an urgent meeting to address the issue.
Under the 2015 Libyan Political Agreement and reaffirmed in the 2021 Geneva Roadmap, the Presidency Council is designated as the collective supreme commander of the armed forces.
It is a complex situation, given that the CP does not recognize Haftar's forces as an official state body, but rather as a de facto army. Al-Lafi stressed that the appointment was invalid and that the creation of new positions was "the exclusive competence of the While the legality of Haftar's decree is highly disputed, the appointment is generally considered a done deal, as evidenced by what pro-Haftar media outlets, such as Al-Hadath TV, described as a "flood of congratulations and blessings" for Saddam Haftar.
This included official messages from powerful allies: the Russian defense minister, a long-time ally with forces on the ground in eastern Libya; the Chief of Staff of Egypt; and many other retired generals and commentators from Egypt, Jordan and other countries.
The measure also received an important seal of approval from the leadership of the House of Representatives and individual members, including its speaker Aguila Saleh and Prime Minister-designate Osama Hammad. Notably, another former Haftar supporter, the United Arab Emirates, has yet to comment.
With the legal issues aside, the timing of the appointment has now taken center stage. Saddam Haftar's rise came shortly after a three-day visit by Musaad Boulos, the top US presidential adviser on Africa. While in the country, he met with the elder and younger Haftar, although not in a private, one-on-one session. Although it is still unknown whether the issue of the appointment was discussed during their July 24 meeting, the lack of an official reaction from the United States suggests a form of tacit approval.
