¿Cómo asegurar la sostenibilidad de la aviación en Canarias?

Marcos Raufast García (*)

Utilizar combustible de aviación sintético puede reducir las emisiones hasta un 100% 

Quizás te hayas preguntado: “Todo eso del Pacto Verde Europeo está muy bien, pero yo, que vivo en Lanzarote, no puedo desplazarme a mi trabajo en Tenerife sin avión.” La aviación en las Islas Canarias no es simplemente un medio de transporte; es lo que mantiene unido el modo de vida de sus habitantes. Esta conectividad, que facilita el enlace entre islas, con la península y otros países, es esencial. Además, el turismo juega un papel crucial en el empleo y el PIB regional, por lo que es necesario abordar el tema con la máxima rigurosidad, transparencia y consideración de todas las partes interesadas.

Más aún con la tragedia que se está viviendo en España. El clima avisa de que no hay tiempo y que los fenómenos meteorológicos extremos como la DANA serán cada vez más frecuentes y violentos a causa del cambio climático. El programa de la Unión Europea Copernicus acaba de afirmar que 2024 será el año más caluroso desde que se tienen registros: se necesitan medidas de adaptación para prevenir sus impactos, y mejorar la comunicación de estos eventos.

En el caso de la aviación, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es fundamental para paliar estos efectos. La transición verde da muchos dolores de cabeza a los representantes políticos, ya que los aviones no utilizarán baterías -como en el caso de los coches- o hidrógeno -al menos en el corto y medio plazo-. El uso de queroseno, combustible fósil que se utiliza en los aviones, produce gases de efecto invernadero, nubes de vapor de agua -también llamados contrails- que atrapan el calor de la atmósfera y emite partículas finas que pueden influir en la aparición de demencia, diabetes o hipertensión. La reducción de estos efectos pasa por utilizar los llamados combustibles sostenibles de aviación (SAF por sus siglas en inglés).

En 2025 entra en vigor el Reglamento ReFuelEU, normativa que obliga a que el combustible sostenible de aviación (procedente de cultivos o residuos) esté disponible en los aeropuertos europeos con más pasajeros y mercancías. En España, estarán obligados a disponer de este nuevo combustible los aeropuertos que transportan al 82% de los pasajeros y al 97% de las mercancías. A partir de 2030, también deben tener combustible sintético (producido con agua, electricidad y CO2), que es neutro en carbono, es decir, capaz de reducir las emisiones hasta un 100% en comparación con el queroseno de origen fósil. 

Las Islas Canarias quedan fuera de la obligación, debido a su estatus de Región Ultraperiférica de la Unión Europea, a pesar de contar con el sexto (Gran Canaria), séptimo (Tenerife Sur) y décimo (Lanzarote) aeropuertos más grandes de España por volumen de pasajeros, y el quinto (Gran Canaria) y séptimo (Tenerife Norte) por tráfico de mercancías. Por lo tanto, los aeropuertos en las Islas Canarias seguirán afectando negativamente a la salud de la ciudadanía, especialmente por los mencionados efectos de las partículas finas, tal y como analizó la Federación Europea de Transporte y Medioambiente en colaboración con ECODES

Este fatídico escenario afectará a la estrecha relación de Canarias con el turismo, un sector que aporta el 40% del empleo y el 35% del PIB de las Islas, de acuerdo con Turismo de Islas Canarias. Además, la necesidad de mantener la conectividad entre islas y con el exterior, hace que sea imprescindible la reducción de emisiones a través de este combustible sintético para garantizar la sostenibilidad del turismo y el futuro de los canarios en los próximos años.

Aunque pinte mal, en este escenario, todavía queda espacio para la acción. Un país de la Unión Europea -después de consultar al aeropuerto o si éste lo demanda- puede decidir que un aeropuerto esté obligado a disponer de combustible sostenible de aviación de acuerdo a la normativa. Es necesario adelantarse a una actualización de la normativa europea e incluir los aeropuertos de Gran Canaria, Tenerife Norte y Tenerife Sur en la definición de Aeropuertos de la Unión. Esto haría que los aeropuertos, que de acuerdo con AENA transportan al 67% de los pasajeros y más del 95% de las mercancías de las Islas, puedan reducir significativamente sus emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar la salud de la ciudadanía.

También, debemos dejar de lado las alternativas al queroseno fósil poco sostenibles . Algunas de las principales empresas del sector han empezado a suministrar combustible a partir de aceite de cocina usado de manera voluntaria a las Islas, que si bien reduce las emisiones a primera vista, el riesgo de fraude, la falta de materia prima y su necesaria importación, además de las emisiones asociadas al transporte del producto a las Islas, hacen del combustible de origen biológico una alternativa poco sostenible, en la que la transparencia brilla por su ausencia. Según la Federación Europea de Transporte y Medioambiente, Europa ya consume ocho veces más aceite de cocina usado de lo que recoge y cuatro veces más que su potencial de recogida.

Que Canarias reduzca los efectos negativos del queroseno fósil para la salud es esencial y, para ello, tanto la adopción de combustible sostenible en sus aeropuertos como la construcción de plantas de combustibles sostenibles es una prioridad. No hay alternativa: sólo el combustible sintético neutro en carbono, y más importante, la producción de combustible sintético en las Islas, serán capaces de reducir las emisiones de CO2 de manera efectiva, mejorando la salud, y garantizando el empleo y la actividad económica sin depender de importaciones del exterior o de cultivos que puedan competir con la alimentación.

(*) Responsable de Aviación en ECODES. Área de Políticas Públicas y Gobernanza Climática.