¿Qué hará Curbelo?

Rafael Álvarez Gil (*)

Esta es la pregunta del millón en términos políticos. En un horizonte en el que se atisba un pacto entre el PSOE y CC en 2023 donde ya los tres escaños de ASG serían irrelevantes y, en el mejor de los casos, Ángel Víctor Torres le daría un rol suplementario aunque fuese por compasión política, ¿reaccionará ahora Casimiro Curbelo o lo dejará estar? Dicho de otra manera, ¿preferirá ser presidente del Gobierno desde 2021 hasta finalizar la legislatura o querrá llevar una vida tranquila por aquello de no tener que lidiar con la pandemia y la crisis económica en el archipiélago? CC y PP estarán encantados de darle la Presidencia a Curbelo desde que él quiera. Y tan solo tendría que escoger entre Ciudadanos o Nueva Canarias para completar el puzzle.

Eso sí, activar esta operación con un PP desnortado que encima aplica a Canarias dispares ocurrencias por cada visita relámpago de Pablo Casado, no es precisamente alentador. Pero a medida que se acerque 2023 y se vaya aclarando si finalmente el Pacto de las Flores podrá reeditar o no los 36 escaños como mínimo, las dudas en Curbelo asomarán cada vez con mayor intensidad. En el fondo, este es un tablero político en el que nadie está contento del todo porque siempre cabe aspirar a más (salvo Podemos) pero tampoco ninguno tiene el arrojo o la fuerza suficiente de romper la baraja. Y, como es habitual en el poder, la inercia siempre juega a favor de alguien: en este caso del PSOE. Vamos, que en función de la ambición de Curbelo de convertirse o no en presidente de Canarias, están el resto de actores a la expectativa.

Puede el líder de ASG esperar a las elecciones catalanas para tener un dato más que añadir a los resultados electorales que hubo tanto en Euskadi y Galicia. Ahora bien, en Cataluña se aguarda un batacazo de Ciudadanos y, por ende, las demás siglas (también las peor posicionadas) no bajarán sino en el peor de los supuestos se mantendrán o aumentarán ligeramente. Es decir, se prevé tal caída de Ciudadanos que difuminará los efectos en los competidores. Con todo, cómo quede el PSC-PSOE (el nivel de su aumento) y la marca de Podemos, permitirá de algún modo ir (salvando las debidas distancias) visualizando el cuadro en las islas. A fin de cuentas, tanto el PSOE como Podemos están sujetos a las olas electorales estatales.

Por lo tanto, en un escenario en el que en 2023 puede suceder que el único pacto posible sea entre el PSOE y CC, Curbelo estará pensando si le merece la pena reaccionar desde ahora y, en definitiva, terminar su trayectoria pública como jefe del Ejecutivo. Torres estará atendiendo todas sus peticiones presupuestarias. Y la aprobación más que probable de las cuentas estatales supone una dosis de tranquilidad para ASG que, como es natural, quiere que sus demandas sean colmadas para mayor progreso de La Gomera. Lo que nadie le despajará a Curbelo, porque no interesa, es si se desmarca dando un paso antes de 2023 o corre el riesgo de quedar apartado él (y su isla) de las quinielas en la siguiente legislatura.

(*) Columnista en Canarias 7