Las necesidades vitales para Canarias...

Ángel Rivero (*)

Se está hablando (y mucho) estos días acerca de la posible coalición electoral para la elecciones generales entre Nueva Canarias y el PSOE. Como es habitual en estos lares, existen opiniones para todos los gustos: unas a favor, otras abiertamente enfrentadas y, cómo no, algunas que simplemente aprovechan para echar leña al fuego con tal de hacer daño a un rival político.

Entre estas últimas están las vertidas por los miembros de Coalición Canaria, dolidos los pobres porque saben que en solitario no van a conseguir ocupar escaño en la próxima legislatura estatal, estando como están prácticamente extinguidos en Gran Canaria y “heridos de muerte” en el resto, mantenidos con “respiración asistida” gracias a la caverna profunda llamada ATI.

Se atreven a llamar a Nueva Canarias formación “exnacionalista” cuando nada más lejos de la realidad. Y lo hacen precisamente quienes, desde siempre, han mostrado un desprecio absoluto hacia los intereses generales de esta tierra en beneficio de los particulares y que no han dudado en “quitar de en medio” a todo aquel que mostrase un mínimo de interés en solucionar los problemas reales de Canarias y una mentalidad progresista alejada del hondo conservacionismo de la ATI profunda.

Lo peor es que algunas de las voces que se alzan criticando un (falso) abandono del nacionalismo por parte de Nueva Canarias son las mismas que han demostrado desde siempre un interés desesperado por pactar permanentemente con la derecha profunda española representada por el Partido Popular :Barragán, Ruano e incluso Pablo Rodríguez, quien no dudó en pactar en Telde con quienes habían hundido la ciudad y provocado que la Institución municipal sufriera el mayor varapalo de su historia (caso Faycán) con tal de alcanzar su cuota de poder.

Algo que luego se demostró que le venía excesivamente grande siendo un concejal y vicealcalde absolutamente ineficiente en sus funciones y entregado al servilismo hacia sus socios de gobierno (especialmente, cómo no) el Partido Popular.

Entre las opiniones enfrentadas a esa posible confluencia electoral entre NC y el PSOE están quienes argumentan que Nueva Canarias es ya una formación con la suficiente entidad y empaque entre la ciudadanía (todo logrado por el buen hacer demostrado) como para poder ir en solitario y conseguir presencia en el Parlamento Estatal sin necesidad de coaliciones de ningún tipo.

Particularmente estoy muy de acuerdo con esa afirmación, pero también creo que en los tiempos que corren hay que tener una visión muy amplia: el mayor problema al que nos estamos enfrentando los canarios no es el hecho (que desde luego también) de tener un gobierno canario incapaz de solucionar las cuestiones que nos afectan y que vive en permanente crisis, sino que tenemos que tener muy en cuenta que estos años en que el Estado Español ha permanecido en manos de la derecha española han sido los años de los mayores incumplimientos del gobierno español hacia Canarias, los años en que más se nos ha tratado como una colonia y se nos ha privado de recursos más que necesarios para solucionar nuestros muchos problemas.

Nuestra mayor urgencia debe ser cambiar esto y conseguir que estos gobernantes que nos muestran su desprecio un día sí y otro también pasen a los fríos asientos de la oposición.

¿Quiere esto decir que tenemos que darle un cheque en blanco a las fuerzas opuestas al Partido Popular? De ninguna manera. Las negociaciones entre ambas formaciones para una posible coalición electoral deben arrancar compromisos firmes para que la situación actual de incumplimientos por parte del estado no vuelva a producirse.

Durante el mandato de Rajoy se ha incumplido de manera sistemática el convenio de carreteras, algo que a día de hoy supone en déficit de más de 600 millones de euros que Canarias ha dejado de percibir. Esta situación debe cambiar y debe ser uno de los compromisos a negociar. Igualmente preocupante el incumplimiento sangrante de los acuerdos en materia de empleo. Como el apoyo para que la reforma de la Ley Electoral Canaria sea una realidad. El anclaje en la Constitución del REF. La reforma Constitucional para lograr un nuevo marco político, así como un trato justo en la financiación autonómica...

Éstas, y otras cuestiones, son vitales para el futuro de Canarias y deben ser refrendadas en acuerdo firmado si se llega a formar coalición electoral. No es, en absoluto un “abandono” del nacionalismo, sino usar las “armas” al alcance para que el Estado reconozca de una vez para siempre las peculiaridades de Canarias y recibamos el trato que nos merecemos. De lo contrario, mejor ir solos...

(*) Articulista