Cómo plantar cara a un proceso de divorcio sin dramas ni sobrecostes

Divorciarse puede ser un proceso verdaderamente duro en el marco emocional y que incluso llegue a afectar de forma drástica a nuestro bolsillo

EDDC.NET/Madrid

Debido a ello, resulta de vital importancia saber cómo enfocar un trámite de estas características. El final de un matrimonio no tiene por qué ser un drama ni tampoco caro. Todo depende de nuestra actitud, el entendimiento con nuestra pareja y, por supuesto, el desempeño del abogado de familia que contratamos. Por este motivo, hemos querido elaborar una pequeña guía de cómo orientar este procedimiento para así garantizar una resolución libre de complicaciones de cualquier tipo. 

La buena comunicación lo es todo

Si nos detenemos a analizar los mejores trucos antes de divorciarse, quizás el mejor de todos sea cuidar la comunicación que tenemos con nuestra pareja. Transmitir esta decisión no debe hacerse a la ligera y mucho menos en caliente. Todo lo contrario: es fundamental que se haga tras un largo periodo de reflexión y se comparta con el cónyuge de la manera más cercana posible.

En este orden de ideas, te animamos a que trates de explicar en detalle y con paciencia los motivos que te han llevado al divorcio. Es muy probable que, si lo haces así, la otra parte lo entienda y pueda cerrar esta etapa de su vida sin arrepentimiento. Lo cual es algo fundamental de cara a poder seguir la tan satisfactoria vía del mutuo acuerdo.

Asimismo, esta buena comunicación también se debe dar por parte del abogado de familia. Un profesional que se encargará de poner en marcha los trámites del divorcio amistoso para que todo se solvente en un margen de tres meses. No obstante, si no asesora correctamente a la pareja y la mantiene informada, todo se puede dilatar en el tiempo e incluso generar discusiones entre los implicados.

Toma una decisión en firme

A coalición de lo anterior, es crucial que la decisión que tomes tenga la máxima firmeza posible. Por eso, antes de divorciarse lee esto y así sabrás si efectivamente es necesario proceder con la separación o si, por otro lado, todavía hay esperanza para el matrimonio. Una forma efectiva de evitar las idas y venidas en aras de garantizar que el divorcio se lleva a término con agilidad.

En este orden de ideas, antes incluso de comunicar la decisión a la pareja, pon las cartas sobre la mesa. Trata de arreglar todo cuanto crees que no funciona de la mano de tu cónyuge. Explica cuáles son los problemas y pensad juntos posibles soluciones. Esto hará que sea mucho más claro cómo proseguir: tanto con el divorcio como con la reconciliación.

Ahora bien, no te dejes condicionar por nada que no sea tu felicidad. No hay que avergonzarse o hacer dramas si el matrimonio no concluye con aquello de “hasta que la muerte os separe”. La gran mayoría de las relaciones no funcionan así. Motivo por el que, si tu decisión es divorciarte, actúa con firmeza y no mires atrás.

Lo mejor está por venir

Una de las principales razones por las que muchas parejas deciden seguir casadas a pesar de todos los conflictos, es por el miedo al trámite y a la vida a partir de entonces. Sin embargo, en esto de separarse a los 40 lo que nadie te cuenta es que lo mejor está por llegar. Que la verdadera felicidad no sabe de edades y que este trámite no tiene mayor complicación.

Siempre y cuando el abogado de familia esté a la altura de las circunstancias, será posible poner punto final al contrato matrimonial con agilidad. Con la firma del convenio regulador y la fijación de todas las medidas a adoptar, la pareja puede tomar caminos separados para reencontrarse con sí mismos respectivamente.

Hay mucha gente que ya ha tomado esta decisión y lo agradece. Que abre de nuevo las puertas al amor y que disfruta de una nueva vida repleta de aventuras por vivir. Algo que, le pese a quien le pese, en el matrimonio no se antoja tan habitual.