Cómo se diseñan los hospitales para que el paciente se recupere lo antes posible

El propio entorno ayuda a la pronta recuperación del paciente

EDDC.NET/Las Palmas de Gran Canaria

Cuando nos encontramos ante la tesitura de tener que ingresar en un hospital debido al padecimiento de alguna enfermedad es normal que la angustia haga presencia. Esto ocurre ya que hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías clínicas, no suele ser habitual el internamiento para recibir diagnósticos o tratamientos. 

De darse esta situación hay que afrontarla sin miedo, de forma positiva y olvidar estereotipos, puesto que actualmente la máxima de los grandes hospitales, como es el caso del hospital Fuerteventura, es que el propio entorno ayude a la pronta recuperación del paciente.

La hospitalización moderna

Desde el momento en que una persona es derivada por su médico a un centro hospitalario, bien sea de manera programada o con carácter de urgencia, se activa todo un protocolo de actuación que trata de hacer este paso lo menos difícil para el enfermo.

Dependiendo del tipo de ingreso podemos encontrarnos con que seamos dirigidos a planta dónde nos espera una habitación ya adecuada a nuestras necesidades y que será nuestro “hogar” mientras permanezcamos allí.

Tanto las plantas como las estancias se organizan de modo que no haya obstáculos que impidan la circulación y suelen ser amplias y bien iluminadas. La decoración tiende al empleo de mobiliario confortable y al uso de colores y adornos que palian el estrés que puede provocar el estar allí.

En el supuesto de que debamos quedar en observación, o en alguna unidad de cuidados intensivos, podemos tener la tranquilidad de que no nos espera una especie de celda. En estas se procura que, incluso en aquellas dónde la aparatología sea la protagonista, siempre prime la comodidad física y el bienestar mental del enfermo.

Respecto a los cuidados higiénicos que vamos a necesitar lejos queda el tener que cargar con los útiles de la vida diaria, puesto que los tendremos desde el momento del ingreso. Y, de tener alguna necesidad específica y no contemplada, o inesperada, siempre habrá personal pendiente de que no quedemos sin cubrirla.

La alimentación siempre dependerá del criterio médico, pero incluso teniendo que ser de lo más restrictiva la restauración hospitalaria ha avanzado tanto en la preparación culinaria como en su presentación que convierte esos pequeños momentos, a veces tan rechazados, en los más esperados del día.

El mantenimiento, la limpieza y la desinfección dentro de la atención hospitalaria está rigurosamente controlada y organizada para que en ningún momento nuestra salud pueda verse comprometida por factores externos.

Las zonas comunes y de espera cumplen con la misma filosofía que el resto, ya que, aunque a veces no lo parezca, son lugares donde la acumulación de sentimientos negativos es inevitable y tanto el personal como los diseñadores tratan de hacerlos lo más apacibles posible. 

Ante cualquiera de los casos en los que podamos encontrarnos la entrada al centro está supeditada en todo momento a la seguridad en los posibles traslados, velocidad necesaria de actuación, necesidad de aislamiento y dentro de las posibilidades a la normalización de la situación de cara al paciente.