Nazis en la Costa del Sol: protegidos por Franco, huidos de la justicia y con prósperos negocios

Del ‘Doctor Muerte’ a León Degrelle pasando por líderes de la Gestapo y de la SS, mimados y escondidos por el franquismo

EDDC.NET / Madrid

Concluida la II Guerra Mundial, los nazis huidos de Alemania contaron con el apoyo explícito y directo de las autoridades franquistas. También recibieron la colaboración de relevantes personajes de Falange. Fue la ayuda que le sirvió para evitar los tribunales de justicia Aliados. El litoral malagueño en torno a la Costa del Sol fue el escenario del refugio y residencia de célebres nazis. Algunos, prófugos sin haber podido ser juzgados en su país como autores o responsables directos de horribles crímenes; otros, que fueron juzgados, pero huyeron antes de cumplir condena, según publica www.elplural.com.

Este dudoso honor de la Costa del Sol de ser refugio de muchos dirigentes y miembros destacados del régimen nazi y colaboradores de Hitler se planificó incluso antes de la finalización de la II Guerra Mundial y el “hundimiento” y derrota del nazismo. El principal motivo de la elección de esta zona, además de la benignidad del clima del litoral malagueño (un retiro de lujo, sol y playa para criminales de guerra) y de ser zonas que permitían mantener el anonimato en urbanizaciones en las que pasaban desapercibidos, hay que buscarlo en la tolerancia cuando no el respaldo del franquismo.

Ayuda del franquismo para sus negocios

Los nazis que llegaron a la Costa del Sol eran en realidad prófugos de la justicia al haber cometido o colaborado en los horrendos crímenes del nazismo. Además de encontrar asilo e inmunidad en la costa malagueña en poblaciones importantes como Benalmádena, Fuengirola o Marbella, también tuvieron ayuda para reemprender su vida y en algunos casos fundar negocios y empresas de los que obtendrían beneficios importantes para llevar vidas económicamente muy desahogadas. Evidentemente en esa España no desarrollada y con niveles de renta muy bajos, esas economías fructíferas para extranjeros perseguidos judicialmente en su país, no se hubieran podido desarrollar sin el respaldo y complicidad de dirigentes del Estado receptor, es decir de las autoridades franquistas. Bares en los que se celebraba el nacimiento de Hitler en los 90

El profesor e investigador sevillano pero afincado como profesor en Benalmádena, José Manuel Portero, acaba de publicar el libro “Nazis en la Costa del Sol” en el que analiza las razones y causas por las que la Costa del Sol fue uno de los más importantes refugios elegido por muchos de los colaboradores cercanos a Hitler. Demuestra cómo fueron objeto de la hospitalidad de Franco “afincándolos” en una zona paradisíaca donde, con identidades falsas, gozaron de una vida placentera. Una justa recompensa del fascismo español al nazismo alemán. Como afirma Portero, “en la década de los años noventa aún se cerraba algún bar de una forma discreta en la Costa del Sol para conmemorar el aniversario del nacimiento de Hitler, el 20 de abril”.

Un dato importante es que fue el príncipe austriaco y espía, Maximiliano Eugenio de Hohenlohe-Langenburg, afín a las ideas del Tercer Reich y residente en Marbella hasta el 13 de agosto de 1968, día en que falleció en la ciudad costasoleña, la persona encargada de facilitar las condiciones idóneas para estos “refugiados” sanguinarios incluso antes de que concluyera la II Guerra Mundial a la vista del desastre para Alemania se avecinaba. Cabe destacar que este noble y político austro-bohemio, se casó en 1921 en Madrid con la aristócrata española Piedad Iturbe.

Nazis destacados

La lista de los nazis encontrados en la Costa del Sol detallada en el libro es amplia siendo los más significativos Aribert Heim, “Doctor Muerte” tras su paso por Mauthausen; Otto Remer, el general de las SS que salvó a Hitler; Alfred Giese Hausmann, jefe en Málaga del espionaje militar alemán -la Abwehr-; León Degrelle, el general belga sentenciado a muerte en su país; Joachim Sievers, miembro de las SS, considerado por los aliados como peligroso líder de la Gestapo en la Costa; Arthur Dietrich, Otto Skorzeny el elegido por Hitler para liberar a Mussolini, Hans Hoffmann, destacado promotor inmobiliario y creador del Colegio Alemán, entre otros.

El caso de León Degrelle

La protección de la que gozó este líder del movimiento belga nazi Rex y jefe de la Legión valona de las Waffen-SS, es especial pues gozó de una impunidad muy especial. Reclamado por la justicia belga, no solo no fue extraditado sino que obtuvo la nacionalidad española como José Ramírez y falleció en Málaga en 1994 sin ser molestado. Se calcula que pudo recibir hasta 15.000 jóvenes y simpatizantes del nazismo en sus tres residencias costasoleñas.

La totalidad de los señalados no reconocieron las atrocidades que el régimen del Fürher cometió ni la planificación y gestión del genocidio sistemático del Tercer Reich. La recompensa a su adhesión al nazismo por parte de Franco y sus representantes fue la hospitalidad del régimen español que no sólo no señaló su presencia, sino que en la mayoría de los casos permitió y favoreció que obtuvieran grandes fortunas apoyando sus negocios en la Costa del Sol.