Riad se muestra abierto a acuerdos económicos con Teherán mientras Washington observa reluctante

Tras el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas, Arabia Saudí parece decidida a establecer lazos económicos con los iraníes

EDDC.NET / Adeje

La situación en el Golfo dio, para sorpresa de muchos, un giro que podría – y debería – marcar un antes y un después en la seguridad de la región. Los lazos diplomáticos entre Arabia Saudí e Irán, inexistentes desde 2016, se restablecieron, China mediante, para abrir una nueva etapa que desde Riad tienen claro puede dar sus primeros frutos en el corto plazo. En esa línea, el ministro de Finanzas saudí, Mohammed Al-Jadaan, ha asegurado que los acuerdos económicos con Teherán se podrían producir “rápidamente”.

En el Reino tienen claro que “el objetivo es tener una región que sea estable, capaz de mantener a su gente y prosperar”. Por eso, Al-Jadaan, al ser preguntado por la posibilidad de formar una fuerte alianza con Irán en materia económica afirma que “no hay razón para que eso no suceda. Irán es nuestro vecino, ha sido, y lo seguirá siendo durante cientos de años”. Además, consideran que las oportunidades de inversión en tierras iraníes son importantes, por lo que, siempre que se respeten la soberanía y no interferencia, desde Arabia confían en llevar a cabo inversiones “significativas”, mientras “continúe la buena voluntad” y ambas partes “se apeguen a los acuerdos”.

Los observadores no han tardado en comparar este acercamiento con Irán al que ya experimentaron los propios saudíes con Turquía. Sin embargo, la diferencia clara entre ambos casos es la posición de Estados Unidos. Mientras que Washington no opuso resistencia en este movimiento con los otomanos, ahora no parece estar dispuesto a pasar por el alto lo mismo con Irán. Las sanciones impuestas por la Casa Blanca al régimen ayatolá chocan frontalmente con las intenciones de inversión que Riad pretende poner en marcha. De ahí que ya se hayan producido los primeros movimientos que, sin mencionar explícitamente el restablecimiento de las relaciones saudí-iraníes, mandan un claro mensaje a Arabia.

Dos senadores norteamericanos, el demócrata Chris Murphy y el republicano Mike Leem presentaron un proyecto de ley bajo una disposición de la Ley de Asistencia Extranjera. Gracias a esta, el Congreso puede votar con el fin de solicitar información sobre prácticas de derechos humanos en un país en particular, y en esta ocasión, el país objeto de estudio sería Arabia Saudí. De aprobarse este proyecto, la Administración Biden deberá presentar un informe en el plazo máximo de 30 días ya que, de no hacerlo, toda la asistencia de seguridad con los saudíes se detendrá automáticamente.

Esto supondría un cambio importante en los lazos compartidos por Estados Unidos y Arabia saudí. Riad es uno de los compradores de armas y equipos de aviación norteamericanos más importantes. De hecho, esta misma semana, dos aerolíneas saudíes acordaron la compra de 78 aviones producidos por Boeing por un precio cercano a los 37 mil millones de dólares. Además, el acuerdo incluye la opción de extenderlo a 43 aviones más. Este es uno de los diversos motivos que hacen creer a los observadores que las palabras del ministro de Finanzas están enfocadas en comenzar con buen pie la reanudación de las relaciones con Irán que a próximos acuerdos efectivos.

No obstante, también supone un mensaje de que Riad está abierto a buscar nuevas alianzas y que no está sujeto a las que mantiene con otros países, incluido Estados Unidos. De ahí que, siguiendo el objetivo de diversificar las inversiones del país y alejarse de la dependencia petrolífera, Arabia saudí busque nuevos países con los que ampliar su cartera de inversiones. Incluso, Mohammed Al-Jadaan ha invitado a los iraníes a explorar las posibles vías de inversión en su país, para establecer un puente recíproco en términos económicos.

English version

Riyadh is open to agreements deals with Tehran as Washington looks on reluctantly

After the reestablishment of its diplomatic relations, Saudi Saudi seems determined to establish economic ties with the Iranians

To the surprise of many, the situation in the Gulf took a turn that could – and should – mark a before and after in the security of the region. Diplomatic ties between Saudi Arabia and Iran, non-existent since 2016, were reestablished, through China's consent, to open a new stage that Riyadh is clear can bear its first fruits in the short term. Along these lines, the Saudi Finance Minister, Mohammed Al-Jadaan, has assured that the economic agreements with Tehran could take place "quickly".

In the Kingdom they are clear that "the goal is to have a region that is stable, capable of supporting its people and prospering." For this reason, Al-Jadaan, when asked about the possibility of forming a strong alliance with Iran in economic matters, affirms that “there is no reason for that not to happen. Iran is our neighbor, has been, and will continue to be for hundreds of years." In addition, they consider that investment opportunities in Iranian lands are important, so, as long as sovereignty and non-interference are respected, from Arabia they trust to carry out "significant" investments, as long as "goodwill continues" and both parties “stick to the agreements”.

Observers have been quick to compare this rapprochement with Iran to what the Saudis themselves have already experienced with Turkey. However, the clear difference between the two cases is the position of the United States. While Washington did not resist this move with the Ottomans, it now seems unwilling to back down with Iran. The sanctions imposed by the White House on the Ayatollah regime collide head-on with the investment intentions that Riyadh intends to implement. Hence, the first movements have already taken place which, without explicitly mentioning the restoration of Saudi-Iranian relations, send a clear message to Saudi Arabia.

Two US senators, Democrat Chris Murphy and Republican Mike Leem, have introduced a bill under a provision of the Foreign Assistance Act. Thanks to this, Congress can vote to request information on human rights practices in a particular country, and on this occasion, the country under study would be Saudi Arabia. If this project is approved, the Biden Administration must present a report within a maximum period of 30 days since, if it does not do so, all security assistance with the Saudis will automatically stop.

This would mark a major shift in the ties shared by the United States and Saudi Arabia. Riyadh is one of the largest buyers of US weapons and aviation equipment. In fact, this very week, two Saudi airlines agreed to purchase 78 aircraft produced by Boeing for a price close to 37 billion dollars. In addition, the agreement includes the option to extend it to 43 more aircraft. This is one of the various reasons that make observers believe that the Finance Minister's words are focused on starting the resumption of relations with Iran on the right foot rather than on the next effective agreements.

However, it also sends a message that Riyadh is open to seeking new alliances and is not bound by those it has with other countries, including the United States. Hence, following the objective of diversifying the country's investments and moving away from oil dependence, Saudi Arabia seeks new countries with which to expand its investment portfolio. Mohammed Al-Jadaan has even invited Iranians to explore possible avenues of investment in their country, to establish a reciprocal bridge in economic terms.