Un presidente africano intenta dar un 'golpe' para perpetuarse en el poder. Esta vez, sale mal

Esta es la cronología de los sucesos de cómo un pueblo, la justicia y la comunidad internacional pueden acabar con un líder tirano que busca acabar con la democracia

EDDC.NET / Adeje

El 13 de marzo, Bassirou Diomaye Faye durmió en la prisión de Cap Manuel en el sur de Dakar. Menos de un mes después, dormirá en el Palacio de la República como presidente de Senegal.

Once días después de ser puesto en libertad, el responsable de su arresto, el presidente senegalés Macky Sall, le felicitó por su victoria en las elecciones, aceptando que sea su sucesor. La historia de la victoria de Faye es la de la resistencia de la voluntad popular ante un presidente que en los últimos tres años ha llevado la democracia senegalesa a su límite.

El culmen de su reto llegó el 2 de febrero, cuando decidió retrasar los comicios previstos para el 25 de febrero, en lo que muchos consideraron un golpe constitucional. Pero su intención de ganar tiempo para colocar a un afín con opciones de victoria no ha funcionado. La resistencia popular, la justicia y la presión internacional han acabado con la deriva autocrática en Senegal, que ha demostrado en una región azotada por los golpes de Estado que sí se puede cambiar el poder desde las urnas, tal como recoge www.elconfidencial.com.

Cronología de una obsesión

El capítulo más convulso de la política senegalesa se ha escrito estos últimos dos meses, pero la deriva empezó en 2019. Ese año, Macky Sall consiguió renovar su mandato cómodamente en primera ronda con el 58% de los votos, pero detrás hubo sorpresa. Un joven político llamado Ousmane Sonko consiguió un sorprendente 15% de los votos, cerca del principal opositor Idrissa Seck. Sonko era un inspector fiscal que en 2016 se hizo popular por denunciar corrupción en las inversiones de empresas extranjeras en el país. El inspector destapó que la empresa canadiense SNC-Lavalin había evitado pagar 8,9 millones de dólares en impuestos en Senegal con la connivencia del gobierno al tributar en Mauricio, un paraíso fiscal, donde estaba registrada gracias a un acuerdo entre los gobiernos de ambos países que permitía esos casos.

Un año después comenzó su carrera política y fue elegido diputado en el parlamento, donde ganó notoriedad por su discurso antiimperialista y revolucionario en la política senegalesa. Sonko decidió lanzarse a la presidencia con un objetivo principal: abolir el franco CFA, la moneda impuesta por Francia a sus colonias en 1945 que todavía opera en 14 países de África Occidental y Central y por la que el Tesoro francés todavía hoy controla el 50% de las reservas extranjeras de los países africanos.

A la popularidad de Sonko se unía que Sall no tenía un relevo claro, no había una figura fuerte dentro de su partido para sucederle en 2024, cuando debiera dejar el poder. Los rumores sobre un cambio constitucional para poder llegar a un tercer mandato crecían conforme pasaban los meses, más todavía tras conseguir Sonko la alcaldía de Ziguinchor en las elecciones locales en 2022 y su partido, Patriotas Africanos de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Franternidad (Pastef), 56 de los 165 diputados en el parlamento nacional.

En febrero de 2021 empezó la deriva autoritaria. Una joven de 21 años empleada en un salón de belleza filtró a la prensa afín al gobierno que Sonko intentó violarla mientras le hacía un masaje. El joven político admitió que estuvo en el salón por sus dolores de espalda, pero negó lo dicho y lo acusó a una caza de brujas. La fiscalía se apresuró en acusarle y los parlamentarios, la mayoría del gobierno, le retiraron su inmunidad.

Ahí comenzaron una serie de protestas ciudadanas en las principales ciudades del país a las que el gobierno contestó con la fuerza. Desde 2021, Amnistía Internacional calcula que 60 personas han fallecido en las protestas contra el gobierno.

En febrero de 2023, la justicia condenó a dos meses por difamación tras acusar al ministro de turismo de corrupción, suficiente para inhabilitarle de cara a las elecciones del año siguiente. Ya en junio de ese mismo año, la jueza dio su veredicto sobre el caso del salón de belleza y eximió de la acusación de violación por falta de pruebas, pero aun así le condenó a dos años de prisión por "conducta inmoral".

Condenado e inhabilitado, solo faltaba deshacer su organización política. En julio, el gobierno prohibió y ordenó la disolución del Pastef por incitar a la insurrección y llevó a prisión a Sonko, que hasta entonces estaba en arresto domiciliario, donde se declaró en huelga de hambre y tuvo que pasar por el hospital.

Llegados a diciembre, la comisión electoral certificó que Sonko no podría presentarse a la presidencia y este decidió ponerlo todo en manos de Faye, secretario general del Pastef. Excompañero como inspector fiscal, Faye también estaba encarcelado desde abril, pero sin sentencia en firme. "Elijo a Diomaye con la cabeza, no con el corazón", dijo entonces Sonko. En campaña, tras salir de la cárcel, ambos han utilizado el eslogan "Diomaye es Sonko", animando a los seguidores del popular político a elegir a su mano derecha.

Un cambio de 180 grados

El culmen a la deriva autoritaria llegó el pasado día 3 de febrero. Ese día, Sall decidió por decreto anular las elecciones alegando posible corrupción de los jueces de la Corte Constitucional que habían decidido qué candidatos eran elegibles para las elecciones. Las encuestas daban que su primer ministro y candidato de su partido, Amadou Ba, no tenía las de ganar, y Sall buscaba tiempo para poder meter en la lista a Karim Wade, hijo de su mentor y de quien fuera ministro, el expresidente Abdoulaye Wade.

Wade hijo no era mano de santo. En 2009, su padre le nombró ministro, pero a los tres años le condenaron a seis años de prisión y 240 millones de multa por desviar hasta 200 millones de fondos de su ministerio. Wade se exilió en Qatar, pero Sall le amnistió en 2016. Aun así, no podía presentarse por no renunciar a tiempo a la nacionalidad francesa, requisito electoral.

Dos días después de cancelarlas, el parlamento aprobó su propuesta del 15 de diciembre, casi diez meses más tarde, con la policía sacando a la fuerza a miembros de la oposición que intentaron boicotear el voto. La imagen de Senegal estaba por los suelos.

Sall pensaba que podría ganar tiempo y lo hizo reprimiendo las protestas, con cuatro muertos, pero se le vino encima. Una investigación de PorCausa descubrió que las protestas que acabaron con cuatro muertos estaban siendo reprimidas por una unidad especial antiterrorista entrenada y financiada por la Unión Europea.

Sus principales socios le criticaron y pidieron volver al calendario electoral previsto, desde la frágil Comunidad de Estados de África Occidental (CEDEAO) hasta la Unión Europea y Estados Unidos. En los medios internacionales, su nombre comenzó a asociarse con el de otros líderes golpistas de la región y a Senegal le seguía el título "golpe constitucional".

Para colmar, la Corte Constitucional se desmarcó de su medida, declaró que era ilegal anular las elecciones y fijar la fecha en diciembre, ya que debían ser antes de que acabara su mandato el 2 de abril. Sall reculó, prometió un diálogo nacional, amnistiar a los presos políticos y días después puso una nueva fecha, el 2 de junio. La Corte Constitucional insistió en que era ilegal. Acorralado, todo lo hizo deprisa y corriendo, intentando lavar su imagen. El 7 de marzo fijó la fecha definitiva para el 24 de marzo.

Una semana después y a diez días de los comicios liberó a Sonko, que aun así no podía presentarse, y a Faye, permitiéndoles hacer una breve campaña. "No tengo que hacer ninguna disculpa, no he hecho nada malo", dijo Sall en campaña a la BBC. El lunes 25 de marzo felicitó a Faye, a quien los resultados finales le dieron el 54,28% de los votos. En su tuit se congratuló por "la victoria de la democracia senegalesa", la misma con la que ha intentado por activa y por pasiva vencer y que le ha acabado venciendo a él.

French version

Un président africain tente d'organiser un « coup d'État » pour rester au pouvoir. Cette fois, ça va mal

Voici la chronologie des événements qui montrent comment un peuple, la justice et la communauté internationale peuvent mettre fin à un dirigeant tyrannique qui cherche à mettre fin à la démocratie

Le 13 mars, Bassirou Diomaye Faye dormait à la prison du Cap Manuel, au sud de Dakar. Moins d'un mois plus tard, il dormira au Palais de la République en tant que président du Sénégal.

Onze jours après sa libération, l'auteur de son arrestation, le président sénégalais Macky Sall, l'a félicité pour sa victoire aux élections, l'acceptant pour lui succéder. L'histoire de la victoire de Faye est celle de la résistance de la volonté populaire face à un président qui, au cours des trois dernières années, a poussé la démocratie sénégalaise à ses limites.

Le point culminant de sa contestation est survenu le 2 février, lorsqu'il a décidé de retarder les élections prévues le 25 février, dans ce que beaucoup ont considéré comme un coup d'État constitutionnel. Mais son intention de gagner du temps pour donner une chance de victoire à un joueur partageant les mêmes idées n’a pas fonctionné. La résistance populaire, la justice et la pression internationale ont mis fin à la dérive autocratique au Sénégal, démontrant dans une région frappée par des coups d'État que le pouvoir peut être changé par les urnes.

Chronologie d'une obsession

Le chapitre le plus mouvementé de la politique sénégalaise s'est écrit au cours des deux derniers mois, mais la dérive a commencé en 2019. Cette année-là, Macky Sall a réussi à renouveler confortablement son mandat dès le premier tour avec 58% des voix, mais derrière il y avait une surprise. Un jeune homme politique nommé Ousmane Sonko a obtenu un surprenant score de 15% des voix, proche du principal opposant Idrissa Seck. Sonko était un inspecteur des impôts devenu populaire en 2016 pour avoir dénoncé la corruption dans les investissements d'entreprises étrangères dans le pays. L'inspecteur a révélé que l'entreprise canadienne SNC-Lavalin avait évité de payer 8,9 millions de dollars d'impôts au Sénégal avec la connivence du gouvernement en payant des impôts à Maurice, un paradis fiscal, où elle était enregistrée grâce à un accord entre les gouvernements des deux pays. cela a permis ces cas.

Un an plus tard, il débute sa carrière politique et est élu député au parlement, où il acquiert une notoriété pour son discours anti-impérialiste et révolutionnaire dans la politique sénégalaise. Sonko a décidé de se présenter à la présidence avec un objectif principal : abolir le franc CFA, la monnaie imposée par la France à ses colonies en 1945, qui fonctionne encore dans 14 pays d'Afrique occidentale et centrale et dont le Trésor français contrôle encore aujourd'hui 50 %. des réserves de change des pays africains.

À la popularité de Sonko s'ajoutait le fait que Sall n'avait pas de remplaçant clair : il n'y avait aucune figure forte au sein de son parti pour lui succéder en 2024, date à laquelle il devrait quitter le pouvoir. Les rumeurs d'un changement constitutionnel pour pouvoir briguer un troisième mandat se sont multipliées au fil des mois, d'autant plus après que Sonko a remporté la mairie de Ziguinchor aux élections locales de 2022 et que son parti, les Patriotes africains du Sénégal pour le travail, l'éthique et la fraternité. (Pastef), 56 des 165 députés du parlement national.

En février 2021, la dérive autoritaire commence. Une femme de 21 ans employée dans un salon de beauté a révélé à la presse progouvernementale que Sonko avait tenté de la violer alors qu'il lui faisait un massage. Le jeune homme politique a admis qu'il était présent dans la pièce à cause de ses maux de dos, mais a nié ces propos et l'a accusé de chasse aux sorcières. Le parquet s'est empressé de l'accuser et les parlementaires, majorité du gouvernement, ont levé son immunité.

Une série de protestations citoyennes ont commencé dans les principales villes du pays, auxquelles le gouvernement a répondu avec force. Depuis 2021, Amnesty International estime que 60 personnes sont mortes lors de manifestations antigouvernementales.

En février 2023, le tribunal l'a condamné à deux mois de prison pour diffamation après avoir accusé le ministre du Tourisme de corruption, de quoi le disqualifier des élections de l'année suivante. Déjà en juin de la même année, le juge a rendu son verdict dans l'affaire du salon de beauté et l'a exempté de l'accusation de viol pour manque de preuves, mais l'a quand même condamné à deux ans de prison pour « conduite immorale »

Condamné et disqualifié, il ne restait plus qu'à démanteler son organisation politique. En juillet, le gouvernement a interdit et ordonné la dissolution de Pastef pour incitation à l'insurrection et a emmené Sonko, jusqu'alors assigné à résidence, en prison, où il a entamé une grève de la faim et a dû être hospitalisé.

En décembre, la commission électorale a certifié que Sonko ne pouvait pas se présenter à la présidentielle et il a décidé de tout remettre entre les mains de Faye, secrétaire général de Pastef. Ancienne collègue inspecteur des impôts, Faye était également incarcérée depuis avril, mais sans condamnation définitive. "Je choisis Diomaye avec ma tête, pas avec mon cœur", avait alors déclaré Sonko. Durant la campagne, après leur sortie de prison, tous deux ont utilisé le slogan "Diomaye est Sonko", incitant les partisans de l'homme politique populaire à élire leur bras droit.

Un changement à 180 degrés

Le point culminant de la dérive autoritaire est survenu le 3 février. Ce jour-là, Sall a décidé par décret d'annuler les élections, alléguant une possible corruption des juges de la Cour constitutionnelle qui avaient décidé quels candidats étaient éligibles aux élections. Les sondages ont montré que son premier ministre et candidat du parti, Amadou Ba, n'avait pas la chance de l'emporter, et Sall cherchait du temps pour pouvoir placer Karim Wade, fils de son mentor et ancien ministre, l'ancien président Abdoulaye Wade. la liste. .

Wade Jr. n’était pas une mince affaire. En 2009, son père l'a nommé ministre, mais trois ans plus tard, il a été condamné à six ans de prison et à 240 millions d'amende pour avoir détourné jusqu'à 200 millions de fonds de son ministère. Wade s'est exilé au Qatar, mais Sall lui a accordé l'amnistie en 2016. Il n'a néanmoins pas pu se présenter faute de renoncer à temps à sa nationalité française, condition électorale.

Deux jours après leur annulation, le Parlement a approuvé sa proposition le 15 décembre, près de dix mois plus tard, la police ayant expulsé de force les membres de l'opposition qui tentaient de boycotter le vote. L’image du Sénégal était en lambeaux. 

Sall pensait pouvoir gagner du temps et il l'a fait en réprimant les manifestations, avec quatre morts, mais cela lui est tombé dessus. Une enquête de PorCausa a révélé que les manifestations qui ont fait quatre morts ont été réprimées par une unité spéciale antiterroriste formée et financée par l'Union européenne.

Ses principaux partenaires l'ont critiqué et ont appelé à un retour au calendrier électoral prévu, de la fragile Communauté des Etats de l'Afrique de l'Ouest (Cédéao) à l'Union européenne en passant par les Etats-Unis. Dans les médias internationaux, son nom a commencé à être associé à celui d'autres putschistes de la région, et le Sénégal a été suivi du titre de « coup d'État constitutionnel ».

Pire encore, la Cour constitutionnelle s'est distanciée de sa mesure, déclarant qu'il était illégal d'annuler les élections et d'en fixer la date au mois de décembre, puisqu'elles devaient avoir lieu avant la fin de son mandat, le 2 avril. Sall a fait marche arrière, a promis un dialogue national, une amnistie pour les prisonniers politiques et quelques jours plus tard, il a fixé une nouvelle date, le 2 juin. La Cour constitutionnelle a insisté sur le fait que c'était illégal. Acculé, il a tout fait vite et en courant, essayant de redorer son image. Le 7 mars, la date définitive a été fixée au 24 mars.

Une semaine plus tard et dix jours avant les élections, il a libéré Sonko, qui ne pouvait toujours pas se présenter, et Faye, leur permettant ainsi de mener une brève campagne. "Je n'ai pas besoin de trouver d'excuses, je n'ai rien fait de mal", a déclaré Sall à la BBC. Lundi 25 mars, il a félicité Faye, dont les résultats définitifs lui donnent 54,28% des voix. Dans son tweet, il s'est félicité de "la victoire de la démocratie sénégalaise", celle-là même avec laquelle il a activement et passivement tenté de gagner et qui a fini par le vaincre.