“En ‘La Lapa’ hay experimentos que probé en ‘Mararía’ y que aquí están más perfeccionados y pulidos”
“En ‘La Lapa’ hay experimentos que probé en ‘Mararía’ y que aquí están más perfeccionados y pulidos”
“Entre ‘La Lapa’ y ‘Mararía’ hay una diferencia de 40 años pero el escenario es igual porque Lanzarote apenas cambió en todo ese tiempo”
Noé Ramón/La Laguna
“Ángel Guerra se puso el nombre de un personaje de Galdós, me quedó claro que es hijo suyo”
“La novedad de ‘Sólo Seis’ es que cuenta como comenzó hace veinte años la llegada de pateras”
En la última edición del Salón del Cómic de Santa Cruz el dibujante tinerfeño, Eduardo González fue uno de los más solicitados, por encima incluso de algunas de las grandes figuras internacionales que se situaban a su lado firmando ejemplares. Él humildemente lo justifica porque casi todos los que esperaban en la cola eran amigos o conocidos. En este encuentro pudo presentar su nuevo trabajo, La Lapa basado en una novela del periodista conejero, Ángel Guerra que se desarrolla en Lanzarote, el mismo escenario que su anterior obra, Mararía.
Ambas historias están separadas por cuarenta años pero en realidad existen pocas diferencias en lo que se refiere al entorno, por la simple razón de que durante décadas Lanzarote permaneció idéntica a sí misma hasta que el explosión del turismo, la volvió irreconocible. Por ello, las comparaciones entre ambas obras son constantes durante la entrevista.
Gonzalez se ha convertido en el dibujante de referencia de la Fundación de Cine + Cómics, motivo por el que su presidente, Francisco Pomares, según relata en el prólogo, no tuvo temor alguno a la hora de dejarle en sus manos el encargo de adaptar una historia cuyo trasfondo es sin duda terrible. La de un niño alejado del mar pero que sueña con ser marinero y al final se cumple aquello de “ten cuidado con lo que deseas porque puede convertirse en tu perdición”.
-La Lapa es de nuevo un encargo que te ha hecho la Fundación y otra prueba de la confianza que tienen en tu talento. O al menos eso parece.
-Sí, fue igual que con Mararía y con La pistola que Millán Astray regaló a mi abuelo. Un encargo que me hicieron porque estamos cerca del centenario de la publicación del cuento, así que la intención es que hiciera algo parecido a Mararía, una versión en cómic de cada una de estas obras.
-Al igual que Mararía en este caso el cómic transcurre en Lanzarote.
-Hay una diferencia de cuarenta años entre las dos. La Lapa fue publicada en 1908 y Mararía en 1973 pero el escenario es casi el mismo porque Lanzarote apenas cambió en todo ese tiempo. Así que ya tenía parte del trabajo hecho. Contaba con unas ochocientas fotografías que había recopilado en su momento. Era consciente de que iba a hacer algo parecido a Mararía, así que en principio me servía toda la documentación con la que conté en la obra de Arozarena. Vi una cierta continuidad.
-A mí estilísticamente, sin embargo, me parecen distintos trabajos. Esta obra me da la impresión de que tiene más color.
-Quizás, lo que ocurre es que intenté corregir cosas que en Mararía, tal vez por estar experimentando, no me acababan de convencer y creo que aquí están más perfeccionadas y las he podido pulir un poco más.
-Sospecho que Mararía suponía una mayor responsabilidad por ser la novela más conocida de la literatura canaria y que incluso ha sido llevada al cine. Aquel era quizás un libro más icónico, mientras que La Lapa es un poco más desconocido.
-En realidad La Lapa es un relato muy conocido pero sobre todo para una generación anterior, mientras que Mararía la hemos leído en el colegio, en el instituto, visto en el cine… La Lapa fue anterior y no supuso un boom tan grande.
-¿Cómo explicarías la figura de Ángel Guerra a quienes no lo conocemos, que somos muchos?
-Fue un lanzaroteño que como Galdós también se marchó a Madrid donde ejerció de periodista y de corresponsal en París. Era un gran admirador de Galdós y de hecho su nombre real es José Betancort Cabrera pero lo cambió por el de Ángel Guerra que es como se llama un personaje de Galdós. La diferencia entre ambos autores es que Guerra siempre siguió escribiendo sobre historias canarias mientras que Galdós se convirtió en un cronista de la historia española. Pero me quedó claro que Guerra es hijo suyo.
-¿En La Lapa se mantiene el realismo mágico de Mararía?
-No tanto, porque como ya digo Mararía se publicó en 1973 y La Lapa salió mucho antes así que más bien digamos se encuadra en el realismo social que era una de las características de Galdós. Como dice Pomares en el prólogo, La Lapa es la historia de una derrota, de una serie de desgracias que le van pasando al personaje principal. Es una crónica más social, más dura y más descarnada que Mararía.
-De hecho es un apodo de aquellos que tanto se usaban antes y ahora un poco menos.
-Sí, también hay un cierto paralelismo con Mararía cuando la llamaban bruja por la fobia que tenían contra ella y la lapa es como le decían unos chiquillos al personaje al que persiguen y van siempre corriendo detrás porque le tiene miedo al agua así que le ponen el nombre en plan irónico.
-¿Cuánto tiempo tardaste en escribir el cómic?
-Desde que me hicieron el encargo hasta que lo acabé, unos diez meses. En total son alrededor de cincuenta páginas más la introducción, el glosario, agradecimientos y una biografía. Es que ya digo parte del trabajo lo tenía adelantado por la recopilación de documentación que hice con Mararía. Lo que no quita que cada una tenga su aquello.
-¿Hay algún tipo de moralina o lección moral en este caso?
-Para mí es una tragedia, un drama… El relato de un personaje que al principio es despreciado por todos y al final resulta ser un superviviente, un tío que tuvo muy poca suerte en la vida pero así y todo sigue adelante y además con la responsabilidad de hacerse cargo de un hijo.
-¿Sabes cómo van las ventas? ¿Cómo ha sido recibido hasta ahora?
-Es que ha salido hace muy poquito, apenas dos semanas, así que no sé muy bien como va la cosa. Un par de personas me han dicho que les ha gustado. Por ejemplo, les llama la atención el trabajo del color y todo eso pero es muy pronto para conocer la respuesta de la gente.
-En el Salón firmaste bastante ejemplares. Había una cola importante, quizás la más concurrida.
-Firmé unos cuantos ejemplares la verdad. Era una novedad. No estuvo mal.
-Antes hiciste La pistola que Millán Astray regaló a mi abuelo con una diferencia de estilo bastante clara.
-Sí, a pesar de ser en blanco y negro con bitonos y la verdad es que fue un trabajo que me resultó muy difícil porque lo hice para un amigo como es Paco Pomares. Es la historia familiar de sus abuelos y eso siempre te crea una mayor responsabilidad porque lo conoces y aprecias que haya dejado en tus manos un relato personal por lo que siempre debes tener cuidado porque hay muchas fechas y lugares concretos.
-¿Tienes previsto sacar algún nuevo proyecto?
-Sí. Va a salir un nuevo cómic dentro de poco aunque lo hice después de La Lapa. Es un libro basado en un artículo del periodista Juan Manuel Pardellas que él tituló Héroes de Ébano y que yo llamo Sólo Seis. Originalmente era una crónica de pocas páginas por lo que me vi obligado a alargarlo hasta llegar a las 50, así que tuve que echarle imaginación a tope. La historia se basa en la llegada hace veinte años de una de las primeras pateras en la que sobrevivieron seis personas. No es que me inventara nada sino que le puse todo el ingenio que pude para lo que desmenucé el artículo periodístico al máximo posible. Incluso en su momento se escribió un pequeño reportaje que pude rescatar, vi algún documental sobre migración y además lo tuve bastante fácil porque ya se ha vuelto una cuestión de mucha actualidad así que había un montón de referencias.
-Lo cierto es que ya son ya miles los casos, seguramente muy parecidos o peores que se suceden cada semana, sobre llegada de pateras.
-Cierto, hay miles.
-¿Y qué tuvo esta historia de particular?
-Fue una patera que se perdió en el mar durante quince días por lo que se tuvo que movilizar a los servicios de urgencias hasta que al final los encontraron a la deriva. De las dieciocho personas sólo habían sobrevivido seis y uno de ellos era una chica que venía de Costa de Marfil como refugiada política porque pertenecía a un determinado partido. También se cuenta la manera en la que al final llega a integrarse en la Isla. Una historia terrible.
-Con el tiempo se ha vuelto habitual que cada semana, lleguen pateras con cientos de personas apelotonadas, menores, mujeres, algunas embarazadas, que a la mitad del trayecto se quedan sin comida, tienen que beber agua del mar, tiran los cadáveres o a quienes se ponen especialmente rebeldes… Muchos se mueren aunque sólo se contabilizan los cuerpos sin vida que estén dentro del cayuco…
-Efectivamente, es lo mismo pero quizás la novedad es que cuenta como comenzó todo eso hace veinte años. Fue una de las primeras pateras antes de la gran oleada que ha llegado luego.
-Y en este relato concreto ¿cuál ha sido el estilo que has elegido?
-También es blanco y negro pero el mar aparece siempre rojo, es lo único que tiene color porque en este relato el océano significa la muerte. No tiene nada de relajante ni de agradable.
-Entonces en realidad casi solapastes los dos trabajos: La Lapa y Sólo Seis.
-Cuando acabé La Lapa empecé éste que me llevó siete meses y nos muy bien cuando saldrá. La Lapa la preparé para el Salón aunque la había terminado en febrero y antes ha habido exposiciones en La Laguna, Lanzarote, Granadilla o Tacoronte. Han sido varias.
-El otro día hablaba con el dibujante, Juan Gallego que junto con su hermano hicieron una obra que precisamente también iba sobre la emigración pero en el Mediterráneo. Estaban muy contentos porque habían conseguido vender tres mil ejemplares.
-¡Tres mil ejemplares es una pasada! ¡Y eso que en España hay 47 millones de personas!
-Está claro que el cómic necesita del apoyo institucional, porque de las empresas no creo que se pueda esperar mucho. Ahora parece que se está empezando a utilizar este formato para contar historias de los municipios, en la educación…
-Hace ya tiempo. Ten en cuenta que en su momento se hizo un cómic para explicar el Estatuto de Autonomía y que el autor fue López Aguilar, el político socialista que ahora es eurodiputado. Y luego se suelen hacer también sobre cuestiones didácticas o de historia local.
-En mi época de colegio no recuerdo que se utilizaran los cómics para explicar nada. Más bien estaba mal visto o no se les daba importancia.
-Siempre ha sido considerado algo menor, a mí en el colegio cuando me veían dibujando me castigaban.
-Es curioso, casi todos los dibujantes que he entrevistado me han dicho exactamente lo mismo.