Soldados viven en peores condiciones que reclusos de algunos centros penitenciarios

El presupuesto de Defensa era el que era, escaso, y se primaba la operatividad a las condiciones de vida de los militares en sus unidades. Que hubo un avance desde la finalización del servicio militar obligatorio es indudable, pasándose en muchos acuartelamientos de las naves corridas de literas, separadas por taquillas, a camaretas de 3 o 4 personas con armarios y mobiliario para poder estudiar y, en algún caso, con baños interiores. Sin embargo, mientras el presupuesto descendía, la inversión también lo hacía, limitándose a reparaciones y evitando en lo posible la construcción de nuevas edificaciones. Esto provocó que algunas bases se encontrasen al completo de sus plazas, debiendo poner un límite al tiempo que el soldado pudiera estar alojado. Esto iba a ocurrir en la Base “El Goloso” ante lo cual Atme elevó un escrito al ministerio de Defensa para que se solucionase este tema, evitando “desahuciarlos”. No podía ser que un soldado, con su raquítico sueldo, tuviese que “buscarse la vida” para poder alojarse en una ciudad tan cara como Madrid, con todos los gastos que ello conllevaba. La solución, a priori beneficiosa, fue que el ministerio de Defensa era consciente de esta problemática, estando estudiándose posibles medidas, entre ellas una reforma integral de las dos plantas del alojamiento logístico ya recogida en el Plan Director de la Base de El Goloso; pero la solución podría llegar en el medio/largo plazo. Como medida transitoria los afectados se alojarían en las instalaciones de la “Base San Pedro” (Colmenar Viejo – Madrid), que se consideraban adecuadas y en buen estado, disponiendo de unas naves tabicadas, con baños comunes y calefacción. Por otro lado, finalizaban informando, se había aprobado un servicio lanzadera (bus), para unir las dos bases. Después de dos años de dar la voz de alarma, ATME ha recibido a principios de noviembre informaciones por parte de militares alojados en estas instalaciones de que están viviendo en naves corridas de 60 personas, con literas y taquilla metálica individual, sin mobiliario, sin calefacción, con escasos enchufes y sin poder realizar el desayuno, comida o cena en la Base San Pedro al no estar destinados en la misma. A ello se debía unir que no existía cafetería donde poder realizar esto último, al no poder realizarlo en el comedor, ni se había puesto en funcionamiento el servicio lanzadera prometido entre las bases. ATME no comprende el motivo de que estas cosas continúen ocurriendo, que una parte de nuestros soldados estén alojados en peores condiciones que reclusos de muchos centros penitenciarios españoles. Así, lamentablemente, es como se está tratando a una parte de nuestros militares de tropa y marinería. Unas retribuciones obsoletas que no dan para sobrevivir en una gran ciudad, cuyo sueldo neto ya casi se ve sobrepasado por el Salario Mínimo Interprofesional, por lo que se ven obligados a hacinarse en alojamientos logísticos sin las debidas condiciones de habitabilidad.