Canarias se prepara para el impacto indirecto de los nuevos aranceles de Estados Unidos

El giro proteccionista de Washington obliga al Archipiélago a reforzar su estrategia exterior

ELDIGITALDECANARIAS.NET/Santa Cruz de Tenerife

Aunque el volumen exportador hacia EE.UU. es reducido, los efectos colaterales de esta medida podrían afectar tanto al sector primario como a las dinámicas logísticas y de acceso a mercados.

Canarias observa con cautela la nueva escalada arancelaria promovida por Estados Unidos. El incremento del 20% a determinados productos procedentes de la Unión Europea, anunciado en abril por la administración Trump, marca un cambio de tono en las relaciones comerciales transatlánticas y genera inquietud entre las regiones exportadoras, incluso aquellas como el Archipiélago, con un peso modesto en las ventas hacia el mercado norteamericano.

En términos estrictamente cuantitativos, el impacto directo sobre las exportaciones canarias podría parecer menor. Estados Unidos representa apenas una fracción del destino de los bienes producidos en las Islas. Sin embargo, esta lectura superficial omite factores clave. Entre los productos afectados por los aranceles se encuentran algunos que forman parte de la limitada pero significativa oferta exterior del Archipiélago: vinos con denominación de origen, quesos artesanales, productos ecológicos y elaboraciones agroalimentarias con valor añadido. Estos productos, que no compiten por volumen sino por diferenciación, se verán penalizados al perder competitividad frente a ofertas de terceros países no sujetos a los nuevos gravámenes.

El efecto más relevante, no obstante, podría darse en el plano indirecto. Los aranceles aplicados por EE.UU. a la UE modifican flujos comerciales, rutas logísticas y estrategias de posicionamiento internacional por parte de grandes operadores europeos. Cuando el centro de gravedad del comercio se desplaza, los territorios periféricos como Canarias suelen quedar en los márgenes de las prioridades comerciales. La menor escala y la dependencia estructural de terceros para la logística internacional hacen que el Archipiélago sea especialmente vulnerable a estos movimientos.

Además, en un contexto de competencia global intensificada, las empresas canarias podrían enfrentarse a un encarecimiento de ciertos insumos, una reorganización de proveedores europeos, o una reducción de demanda por parte de clientes intermedios que a su vez exportan a EE.UU. El encadenamiento de impactos, aunque difícil de anticipar, forma parte de los riesgos sistémicos a los que se enfrenta una región como Canarias en un escenario de fragmentación comercial.

Ante este entorno cambiante, la capacidad de adaptación cobra protagonismo. Empresas orientadas a la internacionalización ya trabajan con escenarios alternativos que incluyen mercados menos expuestos a tensiones geopolíticas. Desde Gate Kaizen —firma consultora con presencia internacional especializada en desarrollo de negocio y diversificación exterior— se destaca la importancia de reducir la dependencia de mercados inestables y reforzar la presencia canaria en regiones emergentes como Asía.

Entre los destinos más prometedores, China ocupa un lugar destacado. Su escala de consumo, su interés por productos europeos de calidad y su creciente apertura a acuerdos bilaterales convierten al país asiático en un objetivo estratégico para las pymes que apuesten por posicionarse con inteligencia. Aunque acceder a ese mercado exige preparación y recursos, el potencial de crecimiento a medio plazo compensa el esfuerzo.

Según explica Alberto Díaz, socio director de Gate Kaizen, “las pequeñas y medianas empresas que operan desde territorios alejados como Canarias deben asumir que la estabilidad comercial es una excepción, no una norma. Por eso, explorar mercados complementarios, afianzar alianzas regionales y diseñar cadenas de suministro más resilientes es tan importante como vender más en el corto plazo”. Díaz subraya que, más que una crisis, el actual escenario puede ser una llamada de atención para redefinir estrategias con visión de largo plazo.

En este sentido, la posición geográfica de Canarias no debe ser vista únicamente como un reto logístico, sino como una oportunidad geoeconómica. Situada entre tres continentes, la región puede consolidarse como plataforma de conexión, centro de distribución y punto de entrada preferente para operaciones triangulares. Pero para eso es necesario apostar por inteligencia comercial, flexibilidad operativa y políticas públicas que acompañen el esfuerzo empresarial.

Los aranceles de Trump no suponen una amenaza frontal para la economía canaria, pero sí un recordatorio claro de la fragilidad del contexto global. Frente a cada medida proteccionista que se impone en los grandes centros de poder económico, las regiones periféricas tienen dos caminos: adaptarse reactivamente o adelantarse proactivamente. El debate no está solo en los despachos de Bruselas o Washington, sino también en la capacidad de territorios como Canarias para anticipar el mundo que viene.