El ministro Planas se compromete a proteger al plátano de Canarias en el marco de la Ley de la Cadena Alimentaria

Asprocan ha mostrado los datos que respaldan la problemática de la aplicación de la Ley para el sostenimiento del mercado del plátano de Canarias a largo plazo

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

La Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan) -que representa al 100% del sector- se ha mostrado “a la expectativa”, tras el encuentro con Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, celebrado en la isla de La Palma, la región más ‘platanera’ de nuestro país.

El eje central de la reunión ha sido la Ley de la Cadena Alimentaria, “máxima preocupación” para los productores, en estos momentos. Asprocan viene solicitando, desde hace meses, que el plátano de Canarias se exceptúe de ciertos artículos de esta ley que impiden a los productores la libertad de negociar el precio de venta de su fruta (artículos 9.1.c) y j) y 12 ter).

La reunión ha permitido al ministerio conocer en detalle las prácticas comerciales del plátano de Canarias, las especificidades que hacen de éste un producto con un modelo de comercialización específico y una competencia particular y cómo, con la actual Ley de la Cadena Alimentaria, el objetivo de remunerar a los productores al menos por el coste de producción, no sólo no se cumple, sino que además pone en riesgo su nivel actual de ingresos y volumen de comercialización.

El ministro Planas ha reafirmado su compromiso con el sector y ha coincidido con éste en la grave amenaza que supone el banano de países terceros y garantizado una línea de comunicación directa con él para encontrar una solución que proteja al plátano de Canarias en el marco del actual proceso de reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria.

Asimismo, ha ratificado que encontrará un encaje de seguridad jurídica para que las ayudas POSEI computen en el cálculo del coste efectivo de producción, sobre lo cual existe actualmente cierta inseguridad jurídica.

Los representantes del plátano han querido reiterar al ministro que no se trata de una petición realizada únicamente por el sector, recordando la decisión adoptada el pasado mes de marzo por la amplia mayoría de los grupos políticos del Parlamento de Canarias -y sin oposición- de instar al gobierno de España y al Congreso de los Diputados a exceptuar al plátano de Canarias de dichos preceptos de la Ley que ponen en riesgo su capacidad competitiva en el mercado, abocándolo a convertirse en un producto residual e incrementando en consecuencia la presencia de la banana de terceros países hasta su total sustitución.

Sobre Plátano de Canarias

Plátano de Canarias es la marca colectiva del 100% de los 8.000 productores de plátano de las Islas Canarias agrupados en 6 organizaciones de productores que integran Asprocan.

Canarias es la principal zona de producción de plátano y banana de Europa con un 70% del volumen total de producción de la Unión Europea. Con más de 8.966 hectáreas y 420.000 toneladas de producción media al año, esta industria se consolida como el primer sector exportador de las islas (más del 80% del volumen de exportación de frescos).

Esta industria supone anualmente más de 430 millones de euros de contribución económica directa en Canarias y su exportación permite generar más de un 10% de abaratamiento de productos básicos importados a las islas.

El plátano español es el único en el mundo con reconocimiento europeo de calidad diferenciada IGP (Indicación Geográfica Protegida) y es la marca de frutas más notoria en España (98% en 2020).

El sector genera entre 10.000 y 12.000 empleos directos con el 100% de puestos fijos anuales a tiempo completo y más de 4.5000 puestos de trabajo indirecto.

Canarias exporta cada día 1 millón de kilos de plátanos a la Península.  Cuenta con un 96% de cuota de penetración en el mercado español y un 65%-70% de cuota de mercado en España, donde la banana de terceros países compite con precios de derribo en mercados mayoristas.

El cultivo del plátano reduce en un 65% las materias activas utilizadas en la producción de la banana por terceros países y su huella de carbono certificada (AENOR), acreditada en 2013 y renovada en 2018, genera un 85% menos de emisiones, desde el cultivo hasta su venta en la Península, que la banana.