El colecho favorece la lactancia materna: consejos para practicarlo

Las bajas tasas de lactancia materna en España y el resto del mundo se consideran un problema de salud pública 

EDDC.NET/Madrid

El colecho favorece la práctica de la lactancia materna y no aumenta el riesgo de muerte súbita del lactante. Era la conclusión a la que llegaba un estudio publicado en la Revista de Pediatría de Atención Primaria en 2012, donde recordaban que la práctica del colecho ha sido una constante a lo largo de la humanidad.

Para el desarrollo del estudio trabajaron en común las unidades de Pediatría y Neonatología de 13 hospitales españoles, entre ellos, un facultativo de la Universidad de La Laguna de Tenerife. Observaron que el aumento en la prevalencia y duración de la lactancia materna iba en paralelo con el colecho, una práctica que posiblemente se dé de forma más frecuente a la reconocida en las encuestas, según el estudio.

Hay que partir de que las bajas tasas de lactancia materna en España y el resto del mundo se consideran un problema de salud pública de primer orden. Y es que la falta de leche materna implica riesgos para la salud presente y futura de niños/as, así como sus madres.

La crianza desde la cercanía, según el estudio, aumenta las posibilidades de mantener la lactancia materna y reduce la morbimortalidad, además de afianzar el vínculo madre-hijo, fomentar el apego seguro y promover respuestas adecuadas ante situaciones de estrés.

Las recomendaciones de la AEPED discrepan

La Asociación Española de Pediatría reconoce los beneficios del colecho, pero insiste en la necesidad de que padres y madres estén bien informados sobre los riesgos que puede acarrear. Sobre todo cuando los menores tienen menos de seis meses.

Tras el trabajo del Comité de Lactancia Materna y el Grupo de Trabajo de Muerte súbita infantil, concluyeron que la forma más segura que tiene un lactante menor de seis meses es en su cuna, boca arriba y cerca de la cama de sus padres. Aluden a la evidencia científica para asegurar que esta práctica puede disminuir el riesgo de muerte súbita del lactante en más del 50%.

Por otro lado, reconoce que la lactancia materna tiene un efecto protector frente al síndrome de muerte súbita y que el colecho es una práctica beneficiosa para mantenerla. Pero hay circunstancias que se consideran factores de riesgo: cuando el colecho se practica en menores de tres meses, cuando es prematuro y/o tiene poco peso o si los padres consumen sustancias tóxicas (tabaco, alcohol, drogas) o fármacos sedantes.

La AEPD tampoco recomienda el colecho en superficies blandas, como colchones de agua, sofá o sillones; ni compartir la cama con otros familiares, con otros niños o, en definitiva, varias personas.

Pero el mencionado estudio publicado en la Revista de Pediatría de Atención Primaria discrepa. Asegura que si las asociaciones y organizaciones pediátricas recomiendan evitar el colecho y lo relacionan con la muerte súbita del lactante, es porque se basan en estudios no controlados y bajo la influencia de factores de riesgo que no se tienen en cuenta. Al menos, en la mayoría de los casos.

Colechar sin riesgo

A cualquier padre o madre que quieran informarse a través de fuentes oficiales sobre la idoneidad de practicar el colecho, le quedarán más dudas que certezas tras leer todo lo anterior. Porque si hasta la propia AEPD reconoce la práctica beneficiosa del colecho, pero no recomienda compartir cama y menos aún antes de los tres meses, ¿qué se puede hacer? ¿Hay que optar irremediablemente porque el niño duerma en su cuna boca arriba?

Ya hemos visto que hay estudios que discrepan, pero hay más. El colecho no se entiende únicamente como compartir la cama con el resto de la familia, de manera que el niño duerma en el mismo colchón que los padres. El mercado online ofrece opciones como las que se pueden encontrar en Cuna Colecho, y que proponen una alternativa a la tienda física especializada.

Con un cuna colecho, la práctica se puede llevar a término sin que sea necesario compartir el colchón, evitando así los riesgos de los que avisa la AEPD. El niño dispone de un espacio propio que no es invadido por los padres, pues su cuna queda anexada a la cama para la madre ni siquiera tenga que levantarse para atender sus necesidades de alimentación.

Para que el colecho pueda darse, la cuna tiene que tener unas características concretas, no sirve cualquiera. Debe permitir la apertura de uno de los laterales, de manera que no haya barrera física alguna entre el bebé y su madre (que es quien da el pecho). Los colchones deben estar pegados para evitar caídas y a ras uno de otro, por lo que estos dispositivos presentan altura regulable.

Las cunas colecho deben adaptarse a cualquier cama, de manera que muchas tienen patas extensibles para no chocar con las de tipo canapé. Además, y como la seguridad es importante, incorporan un sistema de correas o arneses para sujetar la cuna a la cama y evitar desplazamientos.

La apertura lateral, la altura regulable y el kit colecho de sujeción están entre los elementos fundamentales de estas cunas, pero se suman otras funciones: inclinación para evitar el reflujo, ruedas con frenos, función balancín, etc. Es necesario comparar modelos a través de las webs especializadas hasta encontrar el adecuado.

El colecho, en definitiva, es una práctica beneficiosa para practicar la lactancia materna. Pero para evitar riesgos y dificultades en el descanso de cualquier miembro de la familia, es mejor optar por una cuna de colecho que haga de anexo a la cama de los padres, en lugar de compartir colchón.