El comité de expertos contra el Covid-19 nombrado por Román Rodríguez para poner a Conrado Domínguez no tiene más cobertura que su intención política

Sanidad ya cuenta con una red canaria de vigilancia epidemiológica, creada en 1998

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

Conrado Domíguez y su manada de lobos hambrientos. El pool saqueador de la Sanidad Pública al que representa y por el que lo han puesto allí el médico de La Ardea y el ex alcalde de Arucas, no tienen ningún reparo en nombrarlo coordinador técnico y ponerle expertos en todo y en nada, sin que les ampare orden, decreto, resolución, medida legal o lo que se le parezca.

Es un gallinero político del que ya hemos desgranado a todos y cada uno de sus protagonistas, ninguno de ellos sabedores o cultivadores de virus en cualquier acepción, a pesar de tener allí al doctor Sierra, siempre vinculado a CC y no al PSC-PSOE. Pero en este caso, la política tiene mucho que ver con su creación pero poco con su funcionamiento, ya quien manda es quienes están detrás, los que han decidido que quien debe regir los destinos de la Sanidad es el Lobo Alfa de Gáldar, Conradito el de las tres camas en cada habitación de la privada.

Pero poco les importa a AVT, al de La Aldea y al abogado de Hospiten. Ellos siguen su camino, sin importarles ni los ciudadanos, ni la sanidad pública, ni nada que se le parezca. Tanta fue su cerrazón que cuando crearon este comité de ‘palmeros’ contra el coronavirus, se olvidaron que ya tenían algo mejor y regulado por su propia comunidad autónoma y desde el año 1998. Lo hicieron en su momento, Manuel Hermoso Rojas y Julio Bonis como consejero de Sanidad y Consumo.

Hablemos del decreto 165/98 de 24 de septiembre por el que se crea la Red Canaria de Vigilancia Epidemiólogica y se establecen las normas para regular su funcionamiento. Ninguno de estos tres políticos y menos sus expertos han mencionado jamás este recurso y seguro que no han leído su exposición de motivos, porque los deja en evidencia, con esta payasada del comité de expertos.

“La Ley 14/1986 de 25 de abril, General de Sanidad, recoge como actividad fundamental del sistema sanitario la realización de estudios epidemiológicos necesarios para orientar eficazmente la prevención de riesgos para la salud, así como la planificación y evolución sanitaria que debe tener como base un sistema organizado de información sanitaria, vigilancia y acción epidemiológica. El artículo 40.2 de la citada ley atribuye a la administración del Estado y a las comunidades autónomas las competencias relativas a los servicios de vigilancia y análisis epidemiológicos”.

Dicha red se pone bajo el mando de la dirección general de Salud Pública, ¿pregunten que paso con la lanzaroteña que fue directora general y desaparecida durante toda la crisis, ¿se acuerdan de su nombre?, su finalidad es la siguiente, toma Lobo Alfa, “el objetivo de la Red de Vigilancia Epidemiológica es la prevención y control de las enfermedades a través de la detección y análisis de los problemas de salud y situaciones de riesgo y de la difusión de la información y recomendaciones necesarias que faciliten la aplicación de medidas de control individual y colectivo de los mismos”.

En su artículo 7, estructura funcional afirma que “forma parte de la Red de Vigilancia Epidemiológica toda la red sanitaria de la comunidad autónoma de Canarias, tanto la pública como la privada, con independencia de su finalidad”. Más claro, imposible.

La lectura del decreto permite ver toda una estructura diseñada para responder a enfermedades de transmisión, entre las que puede entrar sin problema el Covid-19, pero para el presidente, el vicepresidente lo importante no es ni esta red, ni los comité ejecutivos y científicos que en su día se nombraron y se organizaron al principio de esta epidemia y que no pueden ni en altura ni en profundidad con la sabiduría del Lobo de Gáldar y sus amigos del alma.

En fin. Esta red tiene sus expertos, dedicados de verdad a las epidemias, no a la dieta mediterránea (Luis Serra) la ginecología (JAG), la economía de la salud y el ahorro en tratamientos (BVGL) y el venerable doctor Sierra. Mi cabeza.

Por si  no lo saben tantos ilustres, aquí se los dejamos: Tenerife: Petra Matute Cruz (Jefe de Sección del Servicio de Epidemiología del Servicio Canario de la Salud, especialista en Salud Pública) y Natividad Abadía Benítez (ATS/DUE), en Las Palmas, Amos García Rojas (jefe de sección de Epidemiología y Prevención de la dirección general de Salud Pública de Canarias) y Pilar García Castellano.