La cara oculta del femicida y el femicidio - Actualización VI

Lic. Horacio Serfilippo (*)

Como les he comentado en otros artículos, el violento machista, al principio cuando recién conoce a una mujer, se preocupa en dar una imagen ideal del hombre soñado. Luego con el tiempo, cuando ya considera que logró atrapar a su presa es cuando comienza a mostrar su verdadera cara. Hoy quiero detenerme en este proceso, para abarcar lo más posible cuales pueden ser las distintas etapas que llevan a que muestre su verdadera cara.

En principio siempre hay un detonante, que puede ser la limpieza de la casa, la comida, el sexo, el gasto de dinero. Tengan presente que siempre el psicópata va a buscar colocarse en una posición que le sea favorable, me refiero a que si eligen donde vivir, él va a querer que sea en su casa. Si hablan de cómo gastar el dinero, se las va a arreglar para gastar el suyo lo menos posible, así obligará a su contraparte femenina a que poco a poco se vaya quedando con menos dinero, hasta el 0 absoluto. Cuantas de uds. se han cruzado con un espécimen de estas características, y han pasado por alguna de estas situaciones?

El violento pone su casa a disposición para la convivencia, para asegurarse tener algo con el que poder marcar su supremacía, y así tener una posición dominante.

Les doy unos ejemplos: si la mujer hace cambios en la casa, el machista le dirá “quién te dio permiso para cambiar cosas en mi casa?” o cualquier otra cosa de ese estilo que le permita demostrar quien manda.

En una mujer con carácter, este tipo de comentarios serán motivo para una discusión.

Otro comentario respecto a la casa puede ser “MI casa está sucia, no seas haragana y limpiá”

Fijense que aqui es importante no solo lo que se dice, sino cómo se dice. En el análisis de la frase verán que por un lado se ocupa de remarcar que la casa es de su propiedad, y a continuación usa términos humillantes para bajarle la autoestima.

Por otra parte, si decidieran vivir en la casa de ella, él procurará hacer uso de la casa como si fuera el dueño, tomando decisiones sin consultar, y aunque su mujer estuviera en contra de aquellas, él lo haría igual como si se tratase de su propia casa.

De una manera u otra, el psicópata va a buscar instalar dentro de la casa un ambiente de dominio, sea su propiedad o de la mujer.

Respecto al dinero, una de las frases que podrá utilizar es “gasta primero de tu dinero, y cuando se termine gastamos del mío, así es más ordenado y podemos ahorrar”. Lo que omite decir es que ese sobrante lo guardará él, y al cual ella no podrá tener acceso. Y si ella osara reclamarle algo, su respuesta va a ser que son sus ahorros, claro que para que lleguen a este punto primero pasarán varios años de convivencia, en donde la mujer por temor a que le recriminen ser desconfiada, no dirá nada y aceptará ese arreglo. Normalmente este tipo de mujeres suelen tener la autoestima muy baja, lo cual les impide sospechar malas intenciones por parte de él, pues el temor de perderlo, sentir el fracaso y quedarse solas es muy grande.

En esto mucho tiene que ver esto que está instaurado en la sociedad sobre formar una familia, tener hijos y ser felices para siempre. Aquellas que están muy aferradas a este ideal, no soportan la idea de un fracaso, motivo por el cual siguen adelante, tolerando todo. También está la excusa de haber soportado al maltratador por los hijos. Esto solo es una manera de mentirse a sí mismas, pues no pueden enfrentar el terror que les genera separarse. El problema con esta conducta es que logran que se normativice dentro del ambiente familiar algo que no lo es, cuyo efecto colateral es fortalecer la posición dominante del machista, que además irá incrementado su fuerza, acorralando cada vez más a su victima.

Yo siempre se los explico a mis consultantes con esta metáfora: suponganse que su espacio vital, que es aquel donde desarrollan su vida, consta de un área que abarca una superficie 6 baldosas x 6 baldosas. Bien, el psicópata va a buscar achicar paulatinamente ese espacio. Al principio conseguirá que el espacio quede de 6 x 4. Luego de 4 x 4. Y así, hasta conseguir que su víctima quede en una sola baldosa, dandole terror la posibilidad de dar un paso fuera de ese sector. Lo peor es que este proceso es tan paulatino que la víctima no se percata de estas continuas limitaciones que le van imponiendo, haciendo que cada etapa se vaya integrando en su vida casi naturalmente.

En la práctica, esta metáfora sería, primero comenzar por espantarle las amistades, para lograr aislarla lo más posible. Los métodos son diversos, puede comenzar a hablarles mal de ellos/as, para deteriorarles su imagen, lo que usualmente se llama llenarle la cabeza a alguien en contra de otro. Si eso no funciona, usará métodos más directos, como decir o hacer frente a ellos cosas desagradables.

El aislamiento es el primer paso necesario para poder seguir avanzando en su camino a la dominación y sometimiento de la mujer.

Este tema da para mucho más, motivo por el cual continuaré en el próximo artículo, cerrando este ítem y concluyendo con los desencadenantes que hacen que lo que parecía una convivencia en armonía, se convierta en un infierno. La seguimos la semana próxima. Si tienen alguna consulta o sugerencia el correo de contacto es Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

(*) Psicólogo y articulista