La ONU alerta de que Gaza podría ser inhabitable dentro de cinco años

Un 72 por ciento de los hogares de la franja padecen inseguridad alimentaria

EDDC.NET / Madrid

La Franja de Gaza puede convertirse en un lugar inhabitable en un período de cinco años, según ha denunciado la ONU. En este pequeño territorio palestino de solo 362 kilómetros cuadrados viven 1,8 millones de personas, una de las densidades de población más altas del mundo, según ha publicado la agencia de noticias Sputnik Mundo.

“Las repercusiones sociales, sanitarias y relacionadas con la seguridad de la gran densidad de población y la superpoblación son factores que pueden convertir a Gaza en un lugar inhabitable en el 2020”, ha afirmado la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (CNUCYD) en su informe anual. 

“En Gaza no se podrá vivir en el 2020 si las actuales tendencias económicas persisten”, subraya el informe. La mala situación económica de la franja se debe principalmente al bloqueo terrestre, marítimo y aéreo que le impuso Israel en el 2007, cuando Hamás se hizo con el control de la franja.

Israel y Egipto cerraron sus fronteras entonces.

Los israelíes mantienen el bloqueo desde ese momento bajo el argumento de que es necesario para evitar que entren armas y se lancen ataques desde Gaza sobre Israel.

Egipto alegó en su momento que no podía abrir la frontera porque eso implicaría reconocer al gobierno de Hamás, aunque posteriormente, ha abierto la frontera con cuentagotas.

Hasta junio de 2010, en que Israel y Egipto flexibilizaron algo el bloqueo, estaba prohibida la entrada en Gaza de productos de construcción como cemento, hierro, acero, madera, plásticos —aún totalmente restringidos-, combustible, medicinas y equipamiento médico, alimentos —incluida la pasta-, folios, algunos colores, instrumentos musicales, varias clases de coches, lavadoras, vidrios, agujas, colchones y hasta ropa.

Las prohibiciones de material han afectado a los sistemas de canalización de aguas residuales y cerca de 90 millones de litros de estas aguas se lanzan cada día al mar. Los pescadores no han podido faenar más allá de tres millas náuticas durante años —ahora pueden llegar hasta las 6- y los agricultores no tienen acceso a sus tierras en la zona de seguridad de 500 metros desde la frontera con Israel. Y a 1.500 metros reciben “disparos de advertencia”.

Muchos se han arruinado al no poder producir ni exportar, ya que Gaza tiene restringidas al máximo las exportaciones. La economía de la franja se ha hundido, el paro se ha disparado —se encuentra en el 43% y el 60% entre los jóvenes, según datos del Banco Mundial- y la pobreza ha llegado a niveles más altos que nunca.

El bloqueo se burlaba con la entrada de productos por 1.200 túneles excavados entre Gaza y Egipto, que no deja entrar bienes por su frontera. Tras el golpe de Estado en Egipto, el verano del 2013, que depuso al presidente islamista Mohamed Mursi, el ejército egipcio destruyó la red de túneles.

El bloqueo, según el documento de la CNUCYD, “ha infligido una destrucción a gran escala en la economía local de Gaza, los bienes productivos y las infraestructuras y ha afectado a numerosas instalaciones industriales, agrícolas, comerciales y residenciales de forma directa o indirecta”.

Las tres ofensivas militares que ha sufrido Gaza entre finales del 2008 y el verano del 2014 han acabado de devastar la franja, donde el año pasado, los bombardeos israelíes destruyeron 20.000 viviendas que no se han reconstruido.

Según la ONU, el bloqueo “ha destrozado la ya debilitada infraestructura de Gaza, ha minado su base productiva, no ha permitido que se lleve a cabo una reconstrucción significativa o una recuperación económica y ha empobrecido a la población palestina de Gaza”.

El informe subraya que “a menos que se acabe con el bloqueo y que llegue la ayuda de los donantes, no se revertirá el actual empobrecimiento de Gaza” y que las condiciones económicas de la franja en la actualidad están “en su punto más bajo desde 1967”, cuando Israel capturó este territorio que estaba en manos de Egipto y lo ocupó.

La CNUCYD estima que las tres operaciones militares lanzadas por el ejército israelí en Gaza —especialmente la que el año pasado mató a 2.200 palestinos y desplazó de sus hogares a medio millón en la franja- han causado pérdidas económicas de un valor de casi tres veces el volumen del PIB de Gaza.

En la operación militar ‘Margen Protector’ del verano del 2014 —en la que murieron 72 israelíes (66 soldados en combate y seis civiles por cohetes de grupos palestinos)- se destruyeron 148 escuelas, 15 hospitales y 45 centros de atención sanitaria. Al menos 247 fábricas y 300 centros comerciales resultaron total o parcialmente destrozados y la única central eléctrica de Gaza sufrió daños serios.

El suministro eléctrico ya no era suficiente antes de la guerra del año pasado, el que dependía de Gaza no cubría ni el 40 por ciento de las necesidades de sus habitantes. Además, el 95 por ciento del agua de los acüíferos de Gaza —la principal fuente de agua fresca en la franja- se considera no potable.

Un 72 por ciento de los hogares de la franja padecen inseguridad alimentaria y el número de palestinos refugiados de Gaza que dependen totalmente de la distribución de alimentos que lleva a cabo la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha aumentado de 72.000 en el año 2.000 a 868.000 el pasado mes de mayo.