Reinventarse en época de pandemia

Rafael Lutzardo (*)

El comienzo del nuevo año 2021 sigue manteniendo las mismas secuelas de la crisis de la Covid-19, la cual sigue sacudiendo con fuerza a las pequeñas empresas, autónomos y grandes superficies hoteleras. Cierto es, que desde que comenzó esta inolvidable y triste experiencia pandémica, la ciencia y los expertos de la OMS, tiene más información al respecto sobre el coronavirus. Ni que decir tiene, que la Covid-19 paró el reloj del tiempo en el mundo, pero también lo cambió. Sin duda, las pérdidas humanas han sido y vienen siendo, considerables, pero también las pérdidas económicas del mundo laboral. Unido a todo ello, más paro y más pobreza. Sobre todo, después del confinamiento, las restricciones que se impusieron en la movilidad y las actividades para frenar el avance del virus después del verano pasado en el 2019, motivando dejar muy tocado al sector de los autónomos. Por lo tanto, la crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia del coronavirus, ha obligado al sector de la hostelería a reinventarse; adaptándose a las nuevas y duras restricciones impuestas por el Gobierno estatal y por los correspondientes gobiernos de las autonomías española.

Por otro lado, justo es de reconocer que el sector de la pequeña y mediana empresa y autónomos, como el sanitario, han sido los que han cumplido rigurosamente los protocolos sanitarios, sufriendo todos ellos medidas restrictivas en cada momento. Cosa que en otros sectores no han sido dignos de admirar, ya que no han cumplido con las prevenciones sanitarias a seguir por el Ministerio de Sanidad del Gobierno español.  Bueno, lo importante ahora no es escribir o hablar de como llegó esta pandemia bacteriológica nacida y creada en un laboratorio experimental humano o por las leyes de la naturaleza. Cada uno que piense lo que quiera. Ahora, es momento prioritario de frenar los tentáculos del coronavirus a través de las tan deseadas vacunas y cumplir con las normas sanitarias, con el propósito de erradicar y evitar más muertes humanas, pero también recuperar una economía rota en todos los aspectos. Sin duda, nuevas formas de vivir y culturas se avecinan en los próximos años; lo que significa que tenemos que reinventarnos y adaptando a las nuevas maneras de vivir en el planeta tierra.

Por último, creo que esta lección vivida en carnes propia por la humanidad en este comienzo de siglo XXI, sirva para reflexionar que es lo que estábamos haciendo bien y mal antes y después del coronavirus. Una generación de personas mayores desparecida por la Covid-19. Una nueva forma de ver y vivir en el mundo. Una manera nueva de pensar. Una nueva Revolución tecnológica y cultural en todos los sectores de las sociedades del mundo, motivarán que la humanidad valore y respete más todo aquello que le rodea. Intentar adelantarnos a nuestro propio tiempo, es como intentar adelantar la velocidad del viento. Un error, que nos llevaría al precipicio de nuestras propias ambiciones, esfuerzos y sueños. 

(*) Escritor y periodista