El tercer acceso al puerto de Granadilla, obra declarada de urgencia en plena pandemia

Foro contra la Incineración

Alguien decía el otro día (en un comentario a nuestra anterior entrada sobre el tema) que con los casi 30 millones que nos va a costar esa obra de la tercera carretera de acceso al puerto de Granadilla, que incluye una nueva rotonda sobre la TF-1 entre el acceso de Chimiche y el de Tajao, se podrían hacer cuatro institutos como por el que llevan esperando desde hace la tira de años los vecinos de Guaza que tienen a sus hijos metidos en cajones metálicos tipo contenedor prefabricado.

Hombre, en plena pandemia cualquiera diría también que lo urgente de verdad sería mejorar nuestros recursos sanitarios terminando hospitales, entre otras muchas necesidades, pero ni esta gente, ni la de antes, ni a este paso la que vendrá después está por otra cosa que no sea utilizar las perritas públicas para especular, en este caso con el suelo porque la obra en sí rodea la bolsa sobre la que ya se han lanzado los especuladores desde hace años. Ahora nosotros le pagamos la carretera y ellos retienen el suelo a unos precios desorbitados que nadie puede pagar, de hecho probablemente el 80% del polígono de Granadilla está así, sin que nadie pueda meterle mano a un metro de suelo ahí para una industria normalita porque el precio es prohibitivo. ¿A urbanizarles más terreno, con nuestros impuestos, a los de siempre para que sigan bloqueando el desarrollo de la Isla hasta cuando ellos quieran?

El problema grave del progreso industrial en Tenerife hoy por hoy no es precisamente la falta de suelo, objetivamente el polígono de Granadilla está vacío completamente hasta el punto que lo han llenado de aerogeneradores sin ningún problema, la cuestión es que la mitad de la inversión de cualquiera que quiera emprender algo se va a la adquisición de suelo que en nuestro caso, según datos de las asociaciones empresariales y el propio Gobierno está aquí diez veces más caro que en península. Lo de siempre, llega el Plasencia o el González de turno y compra a diez lo que después quiere vender a doscientos. Y todo con dinero público por medio.

Ya en un artículo de La Opinión de Tenerife de 2004, que reproducimos más abajo, se relataba de esta situación que 20 años después sigue igual o peor, curioso es que un personaje del Partido Popular, presidente de la asociación de industriales por aquel entonces, propusiera polígonos industriales públicos ¡comunismo! para solucionar esta situación cuando después venden la poca vivienda pública que hay a fondos buitre. Son así, levantarle los pies del suelo en forma de impuestos a los que se permiten tener solares industriales vacíos por décadas como el que se compra un lingote de oro para especular con su precio no, la especulación es lo primero como decía un afamado empresario cuyo mentor acabó muriendo en prisión: “mi trabajo es comprar barato y vender caro”. En eso y en aquello que proclamaba Antonio Plasencia de que ni I+D+I ni leches sino si se ganaba dinero o no.

Que el dinero público, siempre pero sobre todo en momentos como éste, se siga dedicando a que unos cuantos revaloricen el suelo que compraron por cuatro perras gordas para especular a gusto pareciera algo impropio de gobiernos supuestamente progresistas que venían a cambiar cosas. Esto, francamente, es lo de siempre agravado por unas circunstancias que cualquiera diría que invitarían a hacer las cosas de otra manera, pero a peor la mejoría lamentablemente. No es de extrañar que desde el propio gobierno hayan estado mareando la perdiz con el hotel de La Tejita, al fin y al cabo el asunto lo terminaremos pagando todos de nuestros bolsillitos, porque sus pelotazos no están ahí sino en disparates como el del tercer acceso al puerto de Granadilla sobre el que nadie chista.