El huevo y la serpiente

Alonso Trujillo Mora (*)

Es cierto: Curbelo concita  fastidio y repugnancia  -  lo contrario a lo que opina su homónimo el alcalde de Adeje; presidente regional del PSOE en Canarias -  y es el reptil que levanta tanto asco y aversión. Quien fue un delincuente convicto, un secuestrador reincidente, un violador de las libertades civiles y los derechos individuales, en otro contexto social y político sano y decente, hace tiempo que debió ser arrojado de la vida pública. En España se ha expulsado de la Política a tipos que no le llegan a la suela de su infamia.

Como contumaz facineroso que es, de forma permanente atenta contra la Administración Pública. Revela información privilegiada confidencial y secreta y  trafica con influencias. Infringe el orden público y lo abroncan y expulsan de los burdeles. Desde sus inicios en el espacio público, hace treinta y cinco años, ha concebido la política, sirviéndose de ella, como un continuo trapicheo en el que siempre prevalecen sus espurios intereses particulares; opuestos al bien común. Esta sanguijuela es un insaciable depredador de lo público, que ha devenido desde la indigencia a la opulencia dando mordidas a todo lo que se mueve.

Un ejemplo vergonzante de la colusión y  del conflicto de intereses. Padrino del nepotismo y compadre del amiguismo, es un exponente aborrecible del  clientelismo político.  Definitivamente es un cacique. Compra voluntades con los entierros o con lo que se tercie, y es un instigador recurrente de los intentos de mediatizar, amaestrar y controlar a la Justicia en la Gomera. En la isla existe la convicción generalizada de que la Justicia, cuando se trata de su corrupción pública, es sorda, muda y ciega. A sus ex compañeros militantes del PSOE que no pertenecían a su misma cuerda de galeotes, unos pocos, los fue fulminando: por ser críticos y honestos. Desde un primer momento, ya se conchabó y se asoció con una caterva de políticos y empresarios corruptos, traficantes inmobiliarios especuladores (calificaciones de suelo) y contratistas de obras y servicios públicos: “las aves del mismo plumaje todas vuelan juntas”. En fin, los avatares del destino, y la cleptomanía patológica, lo han investido con el atributo de la ubicuidad: “donde hay corrupción, ahí encontramos a Curbelo;  donde encontremos a Curbelo, ahí hay corrupción”

Lo peor es que éste ofidio fue elegido presidente del Cabildo y diputado regional por unos cinco mil gomeros, que dan el mismo asco, aunque a la vez dan lástima. Miles de analfabetos culturales y castrados morales. Pero tampoco esto es lo peor.

Lo pésimo es que nuestra sociedad y sus partidos políticos tradicionales son los que han creado este lumpen;  ésa gente alienada, ignorante y amoral que elige autócratas corruptos. Gentes de toda edad y condición que están suplicando que un Gran Hermano, un Jesús Gil, un Dimas Martín, un Jaume Mata o un Casimiro Curbelo  les tutele ¡Este es el verdadero huevo de la serpiente!

¿Y cómo lo hemos creado? Destruyendo la Ética, sus principios y sus valores. Arrumbando la igualdad de oportunidades. Silenciando la verdad y vilipendiando la transparencia. Incubando y difundiendo con malicia noticias falsas (fake news). Devastando la enseñanza, la cultura y la inteligencia. Difamando al pensamiento crítico y diezmando la capacidad, el mérito, el talento y la excelencia. Por último, dignificando a los granujas y canallas y ensalzando a los cobardes. Ahí está el huevo. ¿Quién lo puede aplastar?

(*) Articulista y abogado