Y ahora resulta que el coronavirus no era un cuento chino…

Foro contra la Incineración

No tuvimos mucho tiempo, probablemente, pero un largo mes de enero y de febrero pasaron como si nada estuviera ocurriendo a nuestro alrededor. Algún loco nos alertaba por ahí, un tal José Manuel Rivero (viejo abogado de Justicia y Sociedad o Pérez Ventura también) con cosas que hace pocas semanas parecían disparates, como suspender los Carnavales y demás. ¡Ay cuántos dramas nos hubiéramos ahorrado si hubiéramos dedicado tanto esfuerzo y tantos recursos a prepararnos para la que se nos venía encima!

Claro que la cosa no era sencilla, hace dos semanas me reunía con una joven bióloga por razones de trabajo y me comentaba que tranquilidad absoluta, con aquello -que no sé si han escuchado- de que se trataba de una gripita de nada basándose no sólo en sus conocimientos científicos sino, sobre todo, en el comunicado del Colegio Oficial de Biólogos de Canarias que habrá que enmarcarlo y colgarlo a la puerta de los servicios de urgencias de nuestros hospitales (o de los cementerios a este paso). Los chinos encerrados, controlando sus movimientos con drones o con aplicaciones de móviles en el caso de Corea y nuestros científicos diciendo que qué machangada era esa. En fin…

Al tiempo, y siguiendo esas recomendaciones y otras me supongo yo, el gobierno de Canarias andaba por ahí lanzando campañas internacionales en las que se decía al guiri que no había razón para estar asustado, que aquí andaba todo el mundo de playita y de fiesta y que se vinieran para acá sin problema incluso después de haber aislado un hotel en plena Costa Adeje. Por aquel entonces, en verdad, yo ya estaba mosqueado porque tengo alumnos italianos que cada mañana me daban el parte de la situación en su país: confinamientos, colegios cerrados, supermercados… Vamos, una concatenación de acontecimientos que aquí hemos ido siguiendo casi que a piés juntillas pero un mes de retraso o así. En definitiva, que visto en perspectiva sí que es cierto que nuestro grado de irresponsabilidad ha sido de talla super mayúscula.

¿Pero estaba esta sociedad y nuestras empresas preparadas para parar en seco en vistas de lo que se venía encima? En absoluto, pónganle el cuño que si alguien se planta en serio hace cuatro semanas a cerrar aeropuertos, complejos hoteleros, carnavales… le hubieran caído a sombrerazos y el empresariado no se lo hubiera consentido jamás. Quizás hoy hubiera sido un héroe, no lo sé, lo difícil es que hubiera salido vivo ante semejante propuesta y de ahí que sólo los chiflados (dicho con cariño) de José Manuel Rivero o Pérez Ventura (ambos abogados que plantaron de siempre cara a la corrupción a muy alto precio) lo dijeran una y otra vez desde las ondas de una emisora de radio medio pirata de La Laguna. Imagínense lo preparada que estaba esta sociedad para semejante propuesta que aún hoy en día, más de una semana después del supuesto encierro que no es tal, cuando por algún motivo de los permitidos sale uno un par de cientos de metros de su casa a la calle vuelve, en mi caso es así, absolutamente acojonado de las cosas que ve.

Sí, acojonado cuando veo a los barrenderos de La Laguna saliendo en manada por ahí a recoger no sé el qué, sin protección alguna, y encendiendo el cigarrito con los guantes puestos después de estar unas horas vaciando unas papeleras que, en buena lógica, supuestamente debían estar vacías. Vi a tres taxistas de cháchara en La Concepción, sin mascarilla pero con guantes dos de ellos, literalmente metiendo la cabeza por la ventanilla del que estaba dentro del coche mientras uno de ellos, que debía picarle el ojo, no dejaba de restregárselo con el guante puesto. No digamos nada cuando voy a comprar, nada de Mercadona ni rollos de esos que me parece un disparate sino a la tienda pequeña que aparentemente toma precauciones. Sí, la tienda hace lo que puede y sabe pero ¿y los clientes? Yo me he encontrado con cada personaje, al grito allí dentro haciendo la fiesta, que simplemente me he tenido que mandar a mudar. ¡No respetan nada, les da la risa acaso porque por edad o lo que sea no se sienten posibles víctimas!

¿Y las empresas de la construcción y tantas otras que siguen como si tal cosa? Unos les reprochan a Pedro Sánchez que haya parado el país cuando amplios sectores no esenciales siguen su actividad como si tal cosa. Sí, lanzan ese reproche con audios de supuestos científicos que te mandan por los grupos de whatsapp donde sostienen que esto mata menos que la gripe común y que se ha visto toda la vida, que yo no sé qué hacen persiguiendo y tirando al suelo a una chica que va haciendo deporte por la calle ¡ya sé que no debería! y no se persigue por terrorismo directamente al que lanza ese tipo de mensajes por las redes poco menos que quitándole importancia al asunto porque los que van a caer son los viejos y los enfermos. ¿Es que ya no nos acordamos de dónde provienen ese tipo de mensajes con aquello de la raza superior y demás? En fin…

¿Que el daño económico puede matar más que el propio virus como dicen algunos? Hombre, el daño económico es bestial pero por un tiempo no nos queda otra que conformarnos con algo menos. Ya mi sindicato, sin embargo, me ha intentado tranquilizar diciendo que no sólo voy a cobrar lo mismo sino que me suben el sueldo, con atrasos y tal, en la nómina de este mes de marzo y, francamente, yo creo que estamos en el momento de la sensatez y de la solidaridad con los que se han quedado literalmente tirados y que probablemente sean los que de aquí para detrás nos han mantenido a cuerpo de rey a muchos que vivimos de sus impuestos nos pongamos como nos pongamos.

Pero a los políticos, escondidos todos en sus casonas (¡con agua para las piscinas que esa no se la cortan y sería esencial como medida de precaución porque ahora la necesitamos para el consumo y la agricultura más que nunca!), cuando no haciendo disparates como la alcaldesa de Santa Cruz que reúne a los taxistas para entregarles en mano una bolsa para la higiene personal; no se les escucha nada en este sentido sino que están por mantener sus prebendas a toda costa. Ya veremos qué tal le parece a la gente eso aunque me imagino que seguiremos tragando y manteniendo inútiles vaya usted a saber por qué, como esos de Podemos que se han apoltronado en el Parlamento al grito de “donde fueres haz lo que vieres”.

Pero en fin, en este punto estamos y no hay forma de dar marcha atrás por más que tiremos de la palanca, lo más grave por encima de todas las cosas, acaso porque me pilla de cerca pero no creo que a nadie nos convenga el asunto, es la desprotección total y absoluta de nuestro personal sanitario al que han estado persiguiendo por los pasillos para que no utilizaran mascarillas por no alarmar. Sí, persiguiéndoles los mismos que ya se han escondido en los despachos y prometen no supervisar nada en adelante, al menos hasta que lleguen equipos de protección decentes claro está que entonces volverán a “supervisar” y a contar mascarillas para que la gente las utilice lo menos posible y ahí están, ingresados en UCI o contaminados por decenas básicamente por tanto irresponsable al frente.

El resto, de los que trabajan claro porque los hay dándose de codazos en los despachos por decenas, pues seguirán jugándosela por todos nosotros sin días libres para estar con la familia (todos los permisos suspendidos mientras edificios enteros de consultas siguen completamente ociosos sin que nadie quiera organizar nada por incompetencia y/o negligencia) y el Consejo de Gobierno de las flores peleado a muerte. La consejera (colocada por el carnet político pero sin idea de Sanidad) llorando mientras Román Rodríguez (¡el progre que más ha favorecido a la sanidad privada en la historia de la autonomía canaria!) la increpaba para obtener su minuto de gloria como médico que jamás ha ejercido, que pónganle el cuño que de voluntario tampoco se va a ofrecer ahora para ayudar a los enfermos.

En fin, esta es la Canarias que entre todos hemos construído y que en un momento clave de su historia ¡hace dos meses quién se imaginó unas islas como éstas sin un solo turista! se encuentra absolutamente desgobernada y con un pacto de progreso -que a mucha gente pudo generar esperanza- más parecido a ‘El camarote de hermanos Marx’ (¡tirando hasta de los cargos de Coalición Canaria en plena crisis!) que a cualquier otra cosa. Ni un gesto de solidaridad, en forma de reducción de salarios y prebendas para los cargos públicos, ni una disculpa por haber puesto por delante el piche y el hormigón, lo mismo que de toda la vida se le criticó a Coalición Canaria, al interés general o el sostenimiento de los servicios esenciales que, como Sanidad, se han visto como se ha visto llegado el momento. Eso sí, con la hija de Casimiro Curbelo bien colocada y con diez en el examen de oposición que no consiguió nadie mas en Canarias sin que Podemos ni sindicato alguno chistara. En fin, nada nuevo bajo nuestro esplendoroso sol que por una temporada, francamente espero que no muy larga, ha dejado de broncear, o más bien de asar, a los denostados guiris que han dejado vacías nada menos que cerca de 200.000 camas. En fin, muchas veces se dijo que podía ocurrir pero en verdad a nadie se nos pasó, siquiera de refilón, por nuestras duras cabezotas.

Hace ahora justo un mes que nos hicimos la fatídica pregunta: “¿Y si nos viéramos con muchas autopistas impresionantes y pocos hospitales?” Y la respuesta, después de diez días encerrados, nos ha llegado en forma de aldabonazo duro y frío que tendremos que llevar desde la solidaridad entre la gente, de esta clase política corrompida mejor no esperar nada porque nada tienen que ofrecernos. Las mascarillas nos las están dando los chinos como limosna y agradecidos en todo caso.