Oposiciones docentes incompatibles con el Covid-19: una reflexión desde el lado docente

Sergio Santana Rosales (*)

El pasado viernes 20 de marzo de 2020 hubo un intento entre sindicatos y consejerías de Educación de las CCAA para decidir el futuro de las oposiciones a docentes de 2020. Dicho intento termina en nula capacidad de consenso, generando un estado de alarma entre opositores que se mueven por las redes sociales para defender sus intereses personales e individuales frente al interés colectivo que la situación del Covid-19 exige. Dada esta situación, quiero dejar la siguiente reflexión y que se difunda en los mejores medios de comunicación posibles.

Reflexión personal como docente en activo y solidario con la situación del Covid-19

Hace un mes atrás, la lucha se encontraba en reducir el efecto invernadero, en proponer pautas de comportamiento social para el bienestar del medio ambiente y de las generaciones futuras. En ese momento, cada gobierno y cada persona no abrazaban un mismo camino. La humanidad, por así decirlo, seguía contaminando y los políticos no contribuían al mejor modelo económico y social en pro del medio ambiente. Actualmente, salvo casos excepcionales por quiénes van en contra de las normas de confinamiento, tenemos un ejemplo claro en el que la humanidad va de la mano con sus gobiernos y sus medidas preventivas para hacer frente a un enemigo común: el Covid-19. Sobra nombrar los ejemplos que se han colgado en las redes sociales y la solidaridad mostrada con el asunto.

De igual importancia,  se puede decir lo mismo del esfuerzo de los sanitarios, de los ministerios y de todos aquellos que deseamos acabar con esta pandemia. Se sabe y se ha informado, tanto por Instituciones públicas como privadas, de los cambios en estrategias económicas que les lleva a tener que ceder sus intereses y bienes para poder ganar todos/as. Por ejemplo, hay atletas olímpicos que se han estado preparando y entrenando diariamente para conseguir una medalla en los Juegos de Tokio 2020. Sin embargo, han puesto su granito de arena para aceptar jugar dicha competición en 2021 ó 2022. Todos ellos ceden para poder ganar.

Yo a eso lo llamo saber ceder para ganar no una medalla, sino para salvar la vida de muchas personas. El egocentrismo en los comentarios que se están vertiendo en este asunto de las oposiciones de 2020, sinceramente, no lo entiendo ni lo comparto si aplicamos la actitud de los profesionales que están volcados con la pandemia.

En mi punto de vista, las oposiciones se deberían aplazar hasta agosto de 2021. Si se hace necesario, hasta el verano de 2022. Sé que hay muchos que han estado estudiando y pagando a las academias, estando en activo o no en cada consejería de Educación. Luego, los hay que buscan tener una estabilidad como activo, mientras que también los hay que buscan estar por primera vez en las listas. Creo que este debe ser el verdadero trabajo de la consejería de Educación y Universidades de aquí a septiembre 2020: dar estabilidad a los activos no funcionarios de carrera y posibilidades de acceso a los que quieren entrar. En otras palabras, empezar a aplicar la sentencia del TSJUE por el que se recomienda a las CCAA empezar a crear sistemas alternativos de acceso a la función pública por méritos y experiencia profesional. Se sabe que el sistema de oposiciones actual es obsoleto y, el coronavirus nos da la oportunidad para reflexionar, cambiar de actitud, de unirnos y de decidir si queremos vivir o morir. Es más, nadie se pone el pellejo de los de arriba y del esfuerzo que tienen que hacer para reorganizar todo el sistema educativo y no vulnerar los derechos de quienes guardan algún tipo de relación con la formación permanente y no permanente. Aplaudir en los balcones a los sanitarios es el ejemplo que debemos dar los que trabajamos en educación y de quienes aspiran a entrar en él. Nadie piensa que hay docentes en activo con sus patologías. ¡Basta ya, por favor!

Si se quiere dejar constancia de lo siguiente: hay docentes como yo que tenemos dificultad para hacer teletrabajo con el alumnado por falta de medios digitales y/o Internet propio. Aquí, educación, debería de darnos las mismas oportunidades a todos/as los activos/as para que podamos desarrollar el mismo trabajo que el resto que si puede. Una solución es facilitarnos una red de Medusa en casa y equipos informáticos. A los que vivan cerca de los centros educativos, darle pase de entrada a los mismos para que puedan desarrollar su trabajo con normalidad. Sé que se está trabajando en una herramienta de conferencia llamada ‘Webex’, pero se está en la misma circunstancia de limitación de acceso a trabajar con TICs.

Ante esto, si se hace necesario una respuesta inmediata para poder seguir trabajando con el alumnado.

Recuerden, el virus lo paramos unidos, cediendo intereses personales para ganar todas las batallas más importantes en este momento: el derecho a la vida de toda la humanidad.

(*) Docente en IES Las Huesas