¿Quién es el enemigo? ¿El coronavirus o la sempiterna derecha?

Francisco Javier González (*)

Empiezo por decir que no me gusta en absoluto la fraseología militar alrededor del coronavirus. Desde luego que es una lucha, un combate contra el virus, y es así porque la acción del Covid-19 es un ataque a nuestra salud individual y colectiva, pero esto no es una guerra y nosotros –al menos la gran mayoría-  no somos soldados, somos civiles y la actuación de la sociedad ante el virus es, o al menos debe ser,  la que corresponde a una actuación civil y civilizada ante un agente patógeno que se convierte en enemigo universal del ser humano.

Continúo manteniendo que, como ciudadano de una colonia, la descolonización es el objetivo necesario para recuperar nuestro lugar en la historia y poder decidir sobre nuestro propio destino pero, ante esta pandemia que estamos viviendo, ni puedo ni quiero quedarme de lado frente a lo que afecta no solo al Estado Español, colonias africanas incluidas, sino al conjunto de la humanidad, a todo el planeta. La dinámica pues que enfrenta en el Estado –y en el Planeta- a las posiciones políticas antagónicas de Izquierdas vs. Derechas, que se manifiestan con crudeza ante esta pandemia pasa a convertirse, en este preciso momento histórico, en el problema clave, en la contradicción principal.

El enemigo pues, es el Covid-19,  aunque para la derecha parece que el enemigo viene encarnado en el que han dado en llamar  gobierno Frankenstein’,  formado, según ellos, por socialistas, comunistas, etarras y separatistas de toda laya, y acentuando los dardos sobre sus cabezas más visibles, el presidente Sánchez y el vicepresidente Iglesias.

Algo quiero poner en claro desde el principio. Soy el primero que me acuso de pensar con ligereza y no darle la importancia debida cuando, a finales de enero, la situación en China estaba –nunca mejor dicho- en plena virulencia. Por ese entonces se dio el primer caso de infección con coronavirus en el territorio estatal español.

Fue justamente en esta colonia canaria, en Gomera para ser más exactos, y lo tomamos todos con bastante tranquilidad. Valga como excusa que éramos muchos –gobierno incluido- los que pensábamos que las sucesivas renuncias a participar en el Mobile World Congress en Barcelona, tenía más características de lucha económica entre grandes empresas que de problema sanitario grave. Cuando, a pocos días de su previsto inicio, la patronal mundial de móviles -la GSMA- anunció su suspensión, empezamos a valorarla de forma diferente. Así y todo pienso que la ceguera colectiva era total cuando, gobierno incluido, la ciudadanía se lanzó alegre y combativamente a celebrar la manifestación del 8 de Marzo con millones de personas -mujeres y hombres- manifestándose en todo el mundo, salvo en los ya claramente atacados como China e Irán -que no suelen celebrarlas- Italia, Corea del Sur y Japón. Según datos de prensa, la marea violeta alcanzó en España cifras elevadas pero menores a las millonarias del año anterior.

El día antes de la manifestación feminista, la “derecha valentona y torera” de ideal legionario, con asistencia y complacencia de algunos cargos de la “derechita cobarde” se concentraban en Vistalegre, embanderados de rojigualda y luciendo el mocoso pañuelo de Ortega Smith repartiendo sus virus, importados al regreso de su futbolera visita a Milán. Curiosamente, el mismo día en que se hizo pública su infección coronavírica –la de la estulticia y la xenofobia de Ortega Smith es prenatal- culpaba a los inmigrantes de ser introductores de enfermedades. Eran momentos en que  el PP andaluz seguía empeñado en celebrar su Semana Santa, incluidos los besuqueos a los leñosos pies de imágenes supuestamente sagradas. No nos dábamos cuenta que todo eso era ayudar al puñetero virus en su  letal acción. Ni gobierno ni oposición preveían entonces la magnitud del desastre que se avecinaba. Yo mismo, el 13 de marzo, mi octogésimo cumpleaños, lo celebré en un mesón lagunero con toda mi familia. Al día siguiente, el Gobierno Español declaró el Estado de Alarma, y toda la derecha echó de inmediato la culpa a Sánchez por haber permitido la manifestación del 8M. Está claro que acertar en un pronóstico cuando ya han pasado los hechos no parece difícil, pero desde luego que lo que es casi imposible en este caso es encontrar una autocrítica, lo que vale tanto para el gobierno como para la “leal” oposición, porque, evidentemente, la responsabilidad  de los cargos políticos está a otro nivel que la de nosotros, los ciudadanos de a pie.

Casado, como cabeza de esa “leal” oposición, no quiere aparecer directamente enfrentado al gobierno del estado. Sabedor de que su papel mediático es secundario y con el riesgo de aparecer aprovechando la coyuntura para cargarse al gobierno, se limita a poco más que criticar la presencia del ejecutivo en las noticias de TV y tratar de hacer gala del “sentido de estado” de su partido en momentos difíciles. Recurre entonces a la estrategia  del uso de peones interpuestos que hagan el trabajo sucio. No duda en colocar a su peón favorito, Díaz Ayuso y su Comunidad de Madrid, al frente de la labor de entorpecer al máximo la acción gubernamental y sacar el mayor rédito político de lo que, como todos sabemos, constituye una catástrofe humana y económica de difícil control y muy larga proyección.  Se descuelga la marioneta casadiana con falaces acusaciones del desamparo en que el gobierno mantiene a su capital, poco menos que afirmando que hasta le roba los medios que su Comunidad compra para combatir la epidemia añadiendo, para redondearlo, que ese gobierno de socialistas y comunistas es el responsable de la falta de medios sanitarios, personal incluido, en que se encuentra sumida la zona española de mayor incidencia del Covid-19.

Olvida la Sra. Ayuso que según los datos del Servicio Madrileño de Salud –el Sermas- en su memoria de 2018, de las 14.334 camas hospitalarias instaladas funcionaban 12.565, lo que significan casi 3.000 camas menos que en 2012, un 20% de camas sustraídas por la rapiña pepera en esos 6 años, eso sin contar las camas que figuran, se pagan a los concesionarios y, sin embargo, no existen porque han transformado habitaciones dobles en individuales pero siguen pagando por dos al concesionario.

También en el pasado año el Sermas tiene en plantilla 3.296 sanitarios menos de los que tenía en 2010.  ¿Cómo explica la presidenta de la Comunidad de Madrid la denuncia de CCOO de que su gobierno tenía cerradas casi 3.000 camas hospitalarias, el equivalente a tres de sus mayores hospitales? Resumen: disminuyen las camas y los profesionales sanitarios y aumentan los gastos, las listas de espera y los bolsillos ya abultados de determinados personajes peperos, con Aguirre en cabeza.

De todas formas, el máster honorario, jefe de la leal oposición, asomó la patita en una reunión telemática con alcaldes de su partido cuando, tras acusar al gobierno de dar “datos falsos sobre supuestos recortes o detrimentos de recursos para la Sanidad o los Servicios sociales", previendo el chaparrón, no pierde la compostura ni se pone colorado para decirnos que “al revés, en los últimos años hemos experimentado un gran esfuerzo todas las administraciones para que en los peores años de la crisis económica se haya podido invertir en servicios sanitarios”.

Desde luego, entiendo que la distancia de la metrópoli hace que aquí, en las colonias, las noticias lleguen distorsionadas porque, lo que aquí publicó la prensa “venal y asalariada”-que decía Secundino- fue que un tal Rajoy, al aterrizar en La Moncloa en 2012, lo primero que hizo fue aplicar recortes de 10.000 millones de € en Sanidad y Educación (R.D. 14/2012) y 20.000 millones más suprimidos en investigación (i+D+i). Además el gobierno pepero suprimió la financiación de un buen montón de productos farmacéuticos para la SS, impuso el copago farmacéutico y hasta suprimió el carácter universal de la atención médica.

La precariedad y temporalidad en Sanidad se disparó vertiginosamente afrontando masivas manifestaciones de “batas blancas”. En 2017 se firmaron casi 20.000 contratos temporales para médicos de familia, más de la mitad de los médicos de familia del Sistema Nacional de Salud, mientras que no llegó al 7% el número de los contratos indefinidos. Los especialistas no estaban mucho mejor con casi 41.000 contratos temporales y no hablemos de enfermeros y auxiliares. Todo un sistema de salud derribado por la rapiña y la incompetencia de PP para “cumplir” los preceptos neoliberales europeos de estabilidad presupuestaria.

¿Por qué tenía que ser en los aspectos más sensibles e importantes cara al futuro- Sanidad, Educación, Investigación- donde la vesania pepera hiciera mayores destrozos? Evidentemente la sensibilidad humana de la derecha española es solo un objeto de adorno del que se puede prescindir aunque ahora quieren taparse las vergüenzas a base de mentir y ocultar.

Casado usa de nuevo un peón interpuesto para que chille bien alto lo que él solo insinúa. El secretario general, García Egea, se lanzó en picado a la garganta del presidente del gobierno “De todo lo que ocurra, Pedro Sánchez es el único responsable”. Para Teodoro “nuestra lealtad es absoluta” pero “el presidente del Gobierno no ha estado a la altura de los españoles, de los sanitarios y de las personas que luchan contra el coronavirus en primera línea”. Según él, al PP le consta que se ha desviado material sanitario de proveedores conocidos a otros países “ante la inacción del gobierno para comprar material” y por eso, “cada médico sin guantes, cada sanitario sin mascarilla, es un fallo grande del Gobierno”. Flaca es la memoria de los sinvergüenzas, dice un refrán canario y el Sr. García Egea hace honor al proverbio. Tan flaca es que no recuerda que las competencias de Sanidad desde enero de 2002 están transferidas a todas las CCAA. con la desaparición en la práctica del Insalud y de las competencias en materia de asistencia sanitaria que ejercía el Ministerio, estableciendo un sistema de compensaciones para evitar que las CCAA menos favorecidas en su recaudación –que no es el caso, precisamente, de Madrid- no pudieran, por falta de medios, ejercer esa competencia. Por eso, si el PP de  Casado y Egea sabían desde enero lo que iba a producirse ¿cómo es que no hicieron las correspondientes compras, se abastecieron de lo necesario y rectificaron el estado de desidia en la sanidad que se padece, a su entender, en  Madrid y las CCAA  peperas? Eso sí, recalcó las bondades sanitarias de última hora de Díaz Ayuso que fletó dos aviones con material sanitario, al parecer enfrentándose a los malos del gobierno.

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid  Teodoro  advierte a Pedro Sánchez que “no puede aprovechar la emergencia sanitaria del coronavirus para derrocar a personas como en Estella o meter a personas como Pablo Iglesias en la comisión de control del CNI o mantener vigente la orden sobre indultos” Pues menos mal que era Sánchez el que se aprovecha para hacer campaña política y no el PP por su boca que, por la del Casado justifica el mote de “derechita cobarde” y descarga estos trabajos sucios en sus peones.

Desde el “modélico modelo” que impuso el PP de la Sra. Aguirre en Madrid, con la construcción y dotación de hospitales públicos -aunque hoy algunos están en estado casi ruinoso-  para entregarlos acto seguido a la gestión privada, donde la Sociedad Concesionaria percibe, mediante un canon,  una retribución con una CMA (Cantidad Máxima Anual) en la que se enmascaran todos los pagos ocultos y los sobrecostes de forma que se hace imposible diferenciar los conceptos por los que se paga a la Concesionaria ni quien se embolsa los sabrosos sobresueldos. Por eso el Grupo Parlamentario de Podemos en la Asamblea de Madrid ha llevado a la Fiscalía anticorrupción la denuncia por fraude, prevaricación y malversación –robo puro y duro en palabras simples-  por sobrecoste de más de 3.000 millones de € en siete de los hospitales públicos en este tipo de gestión (Hospitales “Infanta Leonor”, “Infanta Sofía”, “Infanta Cristina” –curioso con lo que sabemos de los latrocinios de la realeza tantas infantas- Hospital “del Sureste”, “Puerta del Hierro”, “del Tajo”, de “Henares”) `por los conceptos de contrato total y construcción.

Tiemblo al pensar que esta  majuga de caballeros de fortuna del trifachito volvieran al poder con sus antecedentes, desde el inefable Aznar, el que veía las bombas atómicas iraquíes desde las Azores, y ahora ante el puñetero bichito ha puesto pies en polvorosa hacia su modesta casita veraniega en Marbella para confinarse cómodamente con su señora esposa. Y ahora soy yo el que aprovecho que el Barranco de la Carnicería pasa por La Laguna, para recordar que la Sra. Botella fue la del pelotazo de 1.000 millones de euros con la venta de viviendas protegidas madrileñas a fondos buitres, uniendo así su nombre a la ilustre y larga línea de los saqueadores madrileños de Aguirre (Tamayazo incluido), Cospedal y Cifuentes, a los Gürtel, Bárcenas, Villarejos, los constructores de aeropuertos sin uso pero sumamente lucrativos para sus desfondados bolsillos…

Evidentemente que el gobierno PSOE-UP no dará un paso por la descolonización de Canarias, como tampoco lo dará una República Española que desplace a una monarquía heredera del franquismo, pero al menos pienso que hay una oportunidad de frenar el tremendo saqueo a que está acostumbrada  esta derecha española corrupta y corruptora y eso, de rebote, también beneficia a esta sumisa y dependiente nación archipielágica del noroeste africano.

(*) Articulista y ex secretario general del Frepic Awañak