Emalsa: lo que empieza mal, acaba peor

Beatriz Correas (*)

Nunca mejor dicho. Nuestros increíbles políticos de un partido (PP) y de otro (PSOE), han permitido que un bien de primera necesidad, como es el agua, caiga en manos de especuladores e intereses privados. ¿Y quién no necesita agua? Nos la pongan al precio que sea, vamos a seguir necesitándola y pagando por ella.

Decidieron vender parte de la compañía, perdiendo el control en ella, quedándose la ciudad con un 34% cuando podía haberse quedado con un 51%. Es más, consiguieron que la producción de agua se encareciera, ya que cuando Emalsa era pública generaba su propia electricidad y, al venderla a Saur-Unelco, dejó de producirla y la pagaba a Unelco.

La oferta ganadora que, por cierto, estuvo “perdida” durante todo el proceso de intervención del grupo de funcionarios expertos y “aparece” en 2015, cuando Cs lo hace público, compromete a los socios privados a hacerse cargo del ciclo integral del agua, algo que nunca llega a cumplirse, ya que la depuración que se realiza no permite la reutilización del agua, por lo que la inmensa mayoría es vertida al mar.

Dentro del compromiso de adquisición está el saneamiento, es decir, mantener y reparar la red de alcantarillado de nuestra ciudad y, por ello, el ayuntamiento le paga a Emalsa. Hasta el año 2012 el ayuntamiento estuvo pagando religiosamente las facturas que Emalsa presentaba por el saneamiento, hasta que un jefe de servicio, Rafael Bolívar, decide pedir algo tan normal como es la justificación de que el trabajo se estaba realizando. Y aquí empiezan los problemas.

Es conocido por todos que los malos olores son algo cotidiano en diversas zonas de la ciudad, ni que decir de la cantidad de ratas que tenemos. Está claro que algo falla en el alcantarillado del municipio. Y, ¿qué falla? Pues la limpieza y el mantenimiento. Algo por lo que pagamos desde el Ayuntamiento.

El grupo de expertos, creado por orden de la junta de gobierno de esta ciudad y formado por técnicos del ayuntamiento, elaboró hasta cinco informes sobre las irregularidades de Emalsa, y cuando Hidalgo llegó a la alcaldía los ninguneó, hablando de ellos como “esos llamados expertos”, o dando carpetazo a la intervención, a la que denominó como una “farsa”. Pidió un nuevo informe elaborado por los suyos e intentó mantenerlo escondido porque ratificaba lo que ya habían dicho los anteriores: hay irregularidades en Emalsa.

Y entre una cosa y otra, entre cambio de accionistas, que comienza con Unelco, termina con Valoriza y ahora todo es de Saur (66% de Emalsa, frente al 34% del ayuntamiento), los socios privados deciden crear el Comité de Gerencia, en el que el ayuntamiento no participa, y en el que deciden y toman acuerdos para llevar al Consejo de Administración, acuerdos como es la subcontrata del saneamiento. Y con toda la desfachatez del mundo le asignan el contrato de saneamiento a una empresa que se llama Sercanarias. Bueno, saneamiento, cambio de contadores, limpieza de depósitos, galerías de servicios…

¿Y  a que no adivinan quiénes son los dueños de Sercanarias? Yo se los digo: los socios privados de Emalsa, los mismos que hacen una opción de compra -que no se lleva a cabo-, por una nave perteneciente a Ralons; los mismos que permiten que se subcontrate la limpieza de los depósitos y lo factura otra empresa; los mismos que, deciden el traslado de las oficinas de Emalsa al edificio propiedad de Satocan (otro consejero de Emalsa), cuando se firma, prácticamente a la vez, el contrato de alquiler y una opción de compra de dichos locales por parte de Sercanarias. Los mismos que acordaron el precio de alquiler de dichas oficinas y, cuando en el mandato de Saavedra, y también en el de Cardona, se bajó el precio de alquiler, Sercanarias siguió abonando a Satocan la diferencia hasta el precio original, que era de 90.000 euros mensuales.

Y el tripartito sigue pagando reparaciones que le competen a Emalsa, y sigue pagando facturas sin justificación, sigue permitiendo que Sercanarias mantenga las competencias de saneamiento, y no reclama las inversiones a las que se comprometieron los socios privados en la oferta ganadora, y permite que los socios privados se querellen contra funcionarios del Ayuntamiento...

Cardona puso en marcha, con su dossier de prensa, un proceso de denuncia contra los consejeros de Emalsa. Ciudadanos se personó en Fiscalía y aportó un dossier de más de 400 folios de irregularidades documentadas. La Fiscalía ha hablado y pronto sabremos de ese juicio oral que se va a celebrar. Y, aunque Hidalgo no deja de decir que no hay ningún político imputado, todos y cada uno de los alcaldes que ha tenido esta ciudad, desde la venta de Emalsa, son responsables de haber permitido estas irregularidades.

En fin, muchos de ustedes se preguntarán ¿y a mí en qué me afecta si yo abro el grifo y tengo agua? Sí, eso mismo pensaba yo antes de entrar en política, pero nos afecta a todos los ciudadanos de este municipio. Alguien se está llevando parte de nuestro dinero, dinero que se podría emplear en acciones tan necesarias para nuestra ciudad y estamos pagando en nuestro recibo del agua por una depuración que no se está realizando correctamente, con la connivencia de este equipo de gobierno y de los anteriores.

(*) Portavoz de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria