La muerte silenciosa

Antonio Rodríguez (*)

En España hay 10 fallecimientos al mes por suicidio, o lo que es lo mismo un suicido cada dos días y medio y según los últimos estudios, más de un 65% de los mismos tiene que ver con problemas en el ámbito laboral (acoso laboral, acoso sexual en el trabajo, explotación laboral, precariedad laboral, someterse a excesos de jornadas por miedo a un despido, etc).

Está situación, que se está viviendo en silencio, y sobre la que nuestra sociedad parece no tener, o no querer tener conciencia, viene dada con toda seguridad por una reforma laboral que ha contribuido a la precariedad laboral y económica, y sobre todo al miedo que se ha instalado en los trabajadores. Una reforma laboral mantenida hasta la fecha por el poder legislativo. 

Me gustaría destacar especialmente el miedo que padecen millones de trabajadores en nuestro país, personas que se ven incapaces de denunciarlo por las necesidades económico, el miedo a perder su puesto de trabajo y no poder encontrar otro, por tener una edad avanzada y saber que tienes pocas posibilidades de encontrar otro puesto de trabajo en este mercado laboral actual.

Todo esto conlleva a que muchísimos trabajadores se vean sumidos en depresiones, ansiedad, sensación de vacío y otras padecimientos psíquicos que están llevando a miles de ellos al suicidio, de forma que estamos alcanzando cotas inimaginables hace apenas unos años, en una sociedad que se supone avanzada y de bienestar social. Para nada.

Para los que se atreven a denunciar, aún a costa de represalias sociales y laborales, el poder judicial tampoco lo pone fácil, ya que a día de hoy el acoso laboral y sexual en el trabajo, la presión hostil en el trabajo por parte de tus superiores sigue siendo sin duda alguna una de las materias más complicadas de demostrar ante la autoridad judicial.

Sin duda alguna este último argumento sume a aún más a la clase trabajadores en una autentica desprotección que está contribuyendo al aumento de los que se quitan la vida, una auténtica epidemia de muerte silenciosa. O deberíamos decir silenciada.

La clase política española es culpable, por abandono, de esta muerte silenciosa de miles de trabajadores por motivos de auténtico terror laboral. Desde SITCA llevamos años demandando una Ley Integral de Protección ante casos de acoso laboral que proteja a las víctimas y evite que acaben con la decisión más trágica.

¿Será necesario que salgamos a la calle en manifestaciones y protestas para que los responsables de legislar tomen conciencia de este verdadero drama? ¿Cuántos trabajadores más han de caer?

Desgraciadamente, y para mayor sufrimiento si cabe, son en su mayor parte mujeres las que se están llevando la peor parte y son las que en un  porcentaje mayor están sufriendo acoso laboral y acoso sexual en el ámbito del trabajo, por empresarios sin escrúpulos y cargos superiores que de forma cuasi delictiva están contribuyendo a que las estadísticas se sigan incrementando.

Tenemos una deuda pendiente con estos/as compañeros/as para decirles de que luchemos todos juntos y digamos de una forma firme y contundente, basta ya de acoso laboral, basta ya de acoso sexual, basta de explotación laboral y basta ya de jugar con la vida de seres humanos.

(*) Secretario general de Sitca