A una querida amiga embarazada

Javier Benahuya (*)

En tu interior ya no resuena uno sino dos...

¡Orquesta de latidos!

Latidos acompasados de amor,

Amor que retumba cual eco que besa,

Y el guanchito recoge y a su vida embelesa.

Y sigue la feliz espera,

Al ritmo de la vida,

Al fuego lento del milagro,

A la maravilla de este buen año.

Y afuera sin quedar afuera,

Cual tenor de este son de amor,

Papi contempla los latidos,

Con oídos en su corazón

Y sonrisa en su alma.

Y preparan el hogar con calma,

Para el paso venidero

De la perfección de la matriz

Al hogar donde el guanchito siga feliz.

Y recuerdo a mi madre,

Enfrentada a la Medicina,

Y recuerdo tantas madres,

Y no encuentro mejor homenaje

que el de la Vida.

Derramo estas palabras,

Con humilde intención,

De que el guanchito me entienda,

Pues entre cuevas anda nuestro son,

Y de guanche a guanche no hace falta traductor.

Y decirle quiero,

Que por sus padres dé gracias a Dios ;

Y que aquí tiene un amigo,

Que ya lo quiere un fleje,

Y que horita verse se deje.


Y a los padres decirles,

también sin traductor,

Que se amen sin miedo,

Que así se contruye lo mejor.

Y aparte de estas rimas,

Que siempre rime el Amor.

El Amor que da Vida,

Y que multiplica a tres donde lo acogen dos.

(*) Articulista y poeta a ratos