Santa Cruz y el tráfico: cambiar para que todo siga… peor

Foro contra la Incineración

Cuando media Europa, ya casi medio mundo, mira con asombro las decisiones disparatadas del nuevo-viejo Ayuntamiento de Madrid en relación a la eliminación de las medidas de control de acceso de vehículos privados al centro, por razones obvias y ya asumidas con naturalidad en medio mundo, resulta que viene el nuevo-viejo Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife a proponer 18.000 plazas de aparcamiento más para la capital ¡todo gratuito! que debe ser algo así como si el chiflado del Martínez-Almeida propusiera un par de cientos de miles de plazas de aparcamiento nuevas para la capital del reino. Una locura por el estilo, vamos.

Y verdaderamente uno no sabe de dónde está saliendo tal cantidad de personajes no sólo inútiles sino, además, extremadamente peligrosos para el interés general de la ciudadanía que no pasa por otra cosa que por una apuesta decidida que limite el acceso de los vehículos privados a las ciudades en favor de un transporte público eficaz y a precio razonable. ¡Cómo pretenden dar más facilidades a los coches cuando resulta que la TF-1 y la TF-5 ya no dan más de sí pese a la ampliación de carriles! Además, yo no sé si esa gente conoce que existe un intercambiador público junto al Corte Inglés (eso sí lo conocerán) que lo único bueno y cómodo que tiene son unas cuantas plantas de aparcamientos, con un par de miles de plazas, que al menos yo no he visto lleno jamás pese a los precios de risa o gratuito si te subes al tranvía o a la guagua.

“La máxima con la que el equipo de gobierno de Patricia Hernández ha entrado en el Ayuntamiento de Santa Cruz es la de primero dar soluciones y después analizar la causa de los problemas“, decía estos días el Diario de Avisos. Vamos que no es que ellos no tuvieran analizado ningún problema ni ninguna alternativa antes de presentarse a las elecciones, no, la cosa es que ni falta que les hace en asuntos estratégicos como la movilidad porque por lo visto se pueden dar soluciones, en este caso evidentemente contradictorias, sin analizar convenientemente la raíz del problema.

¿Y la polémica del aparcamiento gratuito de Meridiano? Para muchas personas lo que nos resulta verdaderamente increíble es que el parking del centro comercial Meridiano, que para que se pudiera hacer Miguel Zerolo promovió hasta el cambio de la Ley de Comercio de Canarias que no lo permitía, pueda ser legal cuando en ocasiones la cosa se pone tan complicada que tienen que cortar un carril de Manuel Hermoso para desalojar coches de ahí antes de que la gente se asfixie. Los que vivimos en una comunidad y vemos los requisitos de seguridad de todo tipo que se nos exigen en los garajes ¡y lo que pagamos por vado! y vemos ese enjambre, sin orden ni control, medio nos indignamos pero por otro lado se nos ponen los pelos como escarpias de lo que pueda llegar a pasar ahí en un momento dado. Tremendo disparate.

Pero independientemente de los problemas de seguridad que saltan a la vista en ese disparatado parking, debería ser exigible que se cobre en todos los aparcamientos de las grandes superficies, no tanto para el lucro de la multinacional de turno que en absoluto les interesa cobrar y por eso no lo hacen ni en Las Chumberas ni en ningún sitio, sino para pagar las carísimas infraestructuras que tenemos que hacerles con dinero público para que puedan llegar y salir miles de coches sin problema. ¿O cuánto no nos han costado de nuestros impuestos los accesos a las zonas comerciales de Ambrosio Jiménez en Las Chumberas, en La Orotava y próximamente en Adeje? ¿Por qué eso ha de salir del bolsillo del pequeño comerciante del resto de la Isla al que se le está hundiendo con estas políticas disparatadas de concentración comercial, que entre otras cosas hipotecan la movilidad sostenible, para favorecer a la multinacional de turno?

En fin, el debate que se está produciendo estos días en torno a los millones de plazas de aparcamiento que al parecer necesita Santa Cruz pese a los más de 300 millones que inútilmente nos gastamos en el tranvía, para perder usuarios de transporte público lo que no se ha visto en parte del mundo alguna jamás, nos deja bien a las claras que aquí los cambios, tan anhelados por la mayoría, las más de las veces se resumen en más de lo mismo o en un “a peor la mejoría” como dice el mago. 

Más aparcamientos, todos gratis, y más coches aunque no quede del todo claro por dónde van a llegar o a salir. Por las autopistas actuales ya les digo yo que ni de coña sencillamente porque no caben más. Los carriles de guagua ni se nombran y los últimos los diseñó a principios de siglo un consejero del Cabildo, que comenzó en política como alcalde franquista de Garachico, pero que tenía la visión clara de que los carriles de guagua eran la solución más sensata. Por eso lo habrán jubilado inmediatamente, supongo, porque Lorenzo Dorta y sus carriles para guaguas y taxis ya no tenía cabida en la nueva política-desastre de que todo lo que no sea catenaria hay que asfixiarlo. Y así nos va el pelo en materia de movilidad y así nos irá mientras estas mentes preclaras no aflojen con este planteamiento suicida.

El Cabildo, al mismo tiempo, ha aprovechado para instar a Santa Cruz (ahora de distinto color político) para que haga desaparecer el tráfico rodado en superficie en la Plaza de España. Claro, qué problema tienen ellos que con nuestro dinero aprovecharon la carísima remodelación para construirse su propio aparcamiento privado de lujo bajo esa plaza. Ellos que defienden el tranvía primero se aseguraron su plaza de aparcamiento que desde luego ni han pagado ni piensan pagar jamás. Los coches de los otros y las guaguas fuera, para que no molesten: ¡chiquitos fenómenos!