Por una sociedad libre de violencias machistas (Manifiesto 25N)

Área de la Mujer de Izquierda Unida

Las cifras de mujeres asesinadas por víctimas de violencia de género a día de hoy ascienden a 48, según datos oficiales y 4 casos más en investigación. En 2014, en el mismo mes de noviembre, 46. Al final de ese mismo año, sumaron un total de 54 casos. Y lo peor, es imposible predecir cuál va ser la estadística al final de 2015.

Y es que desde que comenzaron las medidas “anticrisis”, la violencia de género ha ido aumentando día a día y los recortes presupuestarios del gobierno del PP en políticas de igualdad (26% menos desde 2010) han afectado tanto a la prevención como a la atención y protección de las mujeres en situación de violencia de género.

El porcentaje de denuncias ha descendido, entre otras razones, por la dependencia económica de las víctimas con su agresor, y de las 484 peticiones de protección presentadas en el primer semestre de 2015, en los juzgados de Santa Cruz de Tenerife, se han denegado 249, según se recogen en las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial.

Pero la violencia machista no son sólo los actos que se producen entre las parejas o exparejas, también los son las violaciones, las agresiones sexuales, el acoso sexual en el trabajo, las vejaciones verbales, los productos culturales que sitúan a las mujeres como simples objetos sexuales. En cualquier caso, la violencia contra las mujeres es la expresión máxima de desigualdad.

Antes estos casos, no basta el lamento institucional, ni los minutos de silencios, se tiene que combatir con recursos económicos, humanos y materiales. Medidas que además contrarreste el consentimiento de una parte de la sociedad a estas prácticas.  No se puede permitir que no se actúe de manera decidida a acabar con la violencia contra las mujeres, con las desigualdades y discriminaciones machistas, que atenta contra la mitad de la población. Se tiene que actuar desde todos los ámbitos y en todos los frentes. No es un asunto de mujeres es un asunto de hombres y mujeres por una vida sin violencias que permita a las personas desarrollarse libremente como así se exige desde todos los estados democráticos.

Luchar contra las Violencias Machistas requiere de medidas específicas de prevención, protección y atención  con dotación de recursos adecuados y suficientes.  En este sentido,  la sociedad debe tomar conciencia y cultura política para rechazar todo tipo de violencias,  particularmente las violencias machistas.

Los nuevos tiempos que se celebran para la política, no parecen venir cargados de protagonismo para las políticas reales de igualdad efectiva entre mujeres y hombres. No parece que el feminismo sea un pilar fundamental de esa agenda política. Por eso, desde el Área de la Mujer de Izquierda Unida defendemos, desde la coherencia ideológica de nuestro programa, que sólo desde las medidas políticas, sociales y económicas realmente feministas y transformadoras, podemos afrontar las violencias machistas.

Por eso, exigimos:

Que la lucha contra las Violencias Machistas sea tratada como una cuestión de Estado de primer orden.

Que se modifique la Ley Orgánica 1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, para incluir todas las formas de violencia de género, no sólo las que se producen en el ámbito de la pareja o expareja. las violaciones, las agresiones sexuales, el acoso sexual en el trabajo, las vejaciones verbales, la prostitución, la trata de mujeres, los matrimonios forzados, la mutilación genital femenina… deben formar parte de esta ley.

Que la custodia compartida no sea impuesta y que se elimine el régimen de visitas a los menores de los maltratadores condenados.

Que las políticas de prevención en el ámbito educativo, se realicen a partir de una educación afectivo-sexual a todos los niveles educativos que facilite desarrollar una sexualidad basada en el respeto y la igualdad real entre mujeres y hombres, en el aprendizaje de la resolución de conflictos sin violencia, en la enseñanza en valores de igualdad y equidad, en la producción cultural basada en patrones igualitarios y no discriminatorios, en la producción de juegos no sexistas.

Que haya dotación presupuestaria específica para poder abordar los programas destinados a la prevención, sensibilización y actuación contra las Violencias Machistas,  destinando estos fondos para acciones directas y estructurales.

Que el presupuesto sea real y efectivo para políticas de igualdad entre mujeres y hombres, no inferior al 5% del presupuesto.

Por una sociedad libre de violencias machistas

Por una sociedad más justa, más libre y democrática