La pista de Las hiedras, en Anaga, después del hormigón en 111 imágenes

Foro contra la Incineración

Hay un voto que deberíamos recomendar, o suplicar más bien, a todo el mundo. Busquen en la papeleta del Senado el nombre de José Antonio Valbuena y pónganle una cruz, el hombre quiere un echadero en el Senado y yo creo que le haríamos un gran favor a esta tierra mandándolo a esa cámara inútil donde sin duda haría un grandísimo papel como Zerolo y otros tantos que se parapetaron allí, lejos de nosotros.

No había ninguna razón, de ningún tipo, para construir casi un kilómetro de un muro de piedra y hormigón destruyendo un valiosísimo pequeño pie de monte que se había formado en el margen de la Pista de Las Hiedras por décadas cargado de una biodiversidad única, y hoy utilizado como relleno que pisoteamos todos. Irrecuperable desde el momento en que se excavó una zanja y se rellenó de hormigón que actualmente se une a la plataforma, también de hormigón, mediante la cual se decidió hacer la pista más accesible, sin atender a ninguna otra alternativa de muchísimo menor impacto. Así lo vieron los técnicos y los propios colectivos con movilidad reducida que se reunieron para un magnífico debate en Las Mercedes en enero del año pasado y que ha sido convenientemente censurado y nunca se supo del vídeo completo del mismo, sólo una intervención consiguió publicar ATAN.

Los principales perjudicados y discriminados con esta actuación evidentemente son las personas a las que supuestamente iba dirigida la intervención: las personas con diversidad funcional y/o movilidad reducida. Muchos de ellos debieron entenderlo así porque muy difícil es encontrarse a alguien de estos colectivos “disfrutando” de la pista, al menos más que antes francamente no los vemos. Porque es que todas las tendencias actuales en materia de accesibilidad a espacios naturales parten de la base, así lo dicen todas las recomendaciones al respecto y el propio sentido común, de que no se debe presentar a los usuarios una realidad distinta sustancialmente a la que disfrutan el resto de los usuarios. Y el resultado de la actuación del Cabildo en Las Hiedras es paradigmático en este sentido.

No había que haber tocado nada, en absoluto, un mantenimiento adecuado, mejora en la tierra batida que de forma natural se ha formado en más del 90% de la pista, resolver algunas zonas de encharcamiento, una guía para invidentes y de seguridad para las sillas de rueda en forma de simple tubo por el margen exterior de la pista, básicamente para alejar a los usuarios con diversidad funcional del riesgo de desprendimientos, que no afectara al drenaje y unos baños adaptados si de verdad querían o apostaban por la accesibilidad universal. Pero nada de eso, no hay ningún servicio obligatorio si de verdad se quiere hacer accesible un espacio natural a personas con movilidad reducida sino que ni el mirador que se construyó al final es accesible por el grado de inclinación totalmente ilegal y peligroso que presenta la rampa de acceso. Así, tal cual, y el que no se lo crea que lo intente.

En ciento once imágenes presentamos la parte hormigonada y la no hormigonada, lo que se le ofrece a las personas con movilidad reducida que huele a cemento y la parte que de momento se ha salvado. Una bien barrida y mantenida, eso sí porque los desprendimientos son constantes y no quieren dar esa imagen al menos hasta que pasen las elecciones (después ya verán ustedes lo que pasa) y la otra en estado casi de abandono, pero bendito abandono ya les digo yo a la vista de cómo se las gastan estos personajes cuando le meten mano a algo valioso.