El Cabildo y la seguridad vial: “como una mula con un yoyó”

Foro contra la Incineración

“Un pueblo con dinero es como una mula con un yoyó, nadie sabe de dónde lo ha sacado ¡y que me aspen si sabe bailarlo!” (Frase célebre de ‘Los Simpson’)

El Cabildo de Tenerife nos está dando el veranito con lo de cambiar señales de tráfico que ni tanto tiempo hace que ellos mismos habían puesto, como si no supieran qué hacer con nuestros impuestos. Ciertamente cualquiera diría que detrás de un cambio de algo tan delicado, que tiene que ver con la seguridad de las personas, debería haber algo más que una decisión caprichosa tomada en la barra de un guachinche, por lo que sería fantástico poder acceder al informe técnico que justifica que una señal de ‘Stop’ que estaba en un sentido se cambie al sentido contrario cuando probablemente no se justifica ni en una dirección ni en la otra, con un simple ‘Ceda el paso’ sería más que suficiente.

Y es que eso han hecho en la salida de Santa María del Mar hacia la autopista desde el puente de Añaza y desde el propio barrio. El ‘Stop’ sin sentido (hay 100 metros de visibilidad perfecta) estaba cuando salías de la rotonda del puente de Añaza y ahora lo han cambiado para que pare todo el que sale del barrio de Santa María del Mar, igual de ridículo y a poco que se esconda por allí un coche de la Guardia Civil no se escapa nadie porque lo peligroso es parar cuando no viene nadie porque la visibilidad es total y el que viene detrás te arrolla o te adelanta directamente en el propio Stop.

Uno de los cruces de carretera más peligrosos de Tenerife -y me atrevería a decir que de Canarias- es el que está en El Médano cuando vienes de Los Abrigos (La Tejita y demás) e intentas girar a la izquierda en la propia carretera de El Médano. Mortal, sin apenas visibilidad y coches que te vienen de ambas direcciones sin espacio de refugio al centro ni nada por el estilo y, sin embargo, está regulado con un ‘Ceda el paso’ mal pintado en el suelo cuando no parar es tremenda temeridad y gracias que los conductores habitualmente son más responsables que los propios encargados de la seguridad vial en ese Cabildo.

Y sinsentidos por el estilo pues se cuentan por decenas. El caso más sangrante, sin duda, es el de la TF-1 sentido Santa Cruz a su llegada al desvío de Añaza. Cuando se terminó la ampliación de la autopista hasta Güímar a la altura de Radazul se colocó una señal de 100 Km/h y cuando el Cabildo asumió la competencia la cambió por una de 120, aumentando la velocidad en la llegada a ese peligrosísimo desvío donde se mezclan dos incorporaciones, cambio de rasante, curva, desvío con habituales atascos que ocupan el tronco de la autopista y accidentes a cada rato. No hay peor punto negro que ese y le aumentan la velocidad a 120 cuando probablemente en absoluto sería recomendable llegar a ese desvío a más de 80 Km/h. Pero ya les digo, los doctores del Cabildo en la materia (oposición política que discuta estas cosas y otras tantas pues no hay) opinan así y como manejan nuestras perras pues así las tratan, muchas veces no para mejorar sino para empeorar las situaciones.

Presumían de que los seis millones de euros que nos costó quitarle las aceras al enlace de la TF-2 habían permitido aumentar la velocidad en subida a 90 Km/h, lo cual era un disparate porque las curvas son muy cerradas y el peralte está justo al revés, y después de accidentes casi diarios al cabo de los años lo bajan a 70 sin explicación de ningún tipo. En la carretera de El Fraile han bajado en tramos, después de mejorar el asfalto, de 100 Km/h ¡a 50! cuando las circunstancias no han cambiado para nada con el consiguiente bombazo para el radar de la Guardia Civil que no había visto tantos ingresos repentinos jamás. En la carretera de San Andrés han bajado de 90 a 60 sin hacer nada por resguardar la seguridad de los peatones y ciclistas (los familiares, no los de competición que van por la vía) en los carriles de aceleración y desaceleración donde no hay pasos de peatones ni nada por el estilo.  Vamos, lo de siempre, cuna del Surrealismo total sólo que en este caso con muertos por medio consecuencia de la irresponsabilidad más absoluta porque se confunde la seguridad vial con el negocio recaudatorio de la DGT que premia a los guardias que más multan y, en algunos casos realmente lamentables, expulsa por locos a los agentes que se preocupan por la seguridad vial y lo denuncian. Tal cual.