Propuesta para convertir el monumento a la dictadura franquista de Santa Cruz de Tenerife en anti-monumento

Abel Herrera (*)

Considerando el debate actual, sobre el destino más adecuado que ha de darse al monumento levantado en los años sesenta al golpe de Estado y dictadura franquista en Santa Cruz de Tenerife, en aras de conciliar sus posibles valores con lo indicado en la conocida como Ley de Memoria Histórica.

Considerando el argumentario evolutivo que Aloïs Riegl plasmó en su obra ‘Der moderne Denkmalkultus’ (El culto moderno a los monumentos), especialmente, que a pesar de que “el valor rememorativo intencionado [conmemorativo] aspira de modo rotundo a la inmortalidad, al eterno presente, al permanente estado de génesis”, los monumentos comienzan rápidamente a dejar de cumplir su intencionalidad, distanciándose en función del tiempo transcurrido del valor para el que fueron diseñados, hasta acabar convirtiéndose en valores rememorativos históricos o artísticos.

Considerando el indudable valor rememorativo histórico, y el valor artístico relativo actual (argumentario Riegl) del cuestionado grupo escultórico de Juan de Ávalos, en sintonía con el monumento de la Plaza de España y aledaños. Eclecticismo entre el arte monumental fascista italiano con toques del estilo Art Déco surgido en el París de los años veinte del pasado siglo, como reacción -más lúdica que conmemorativa- a la depresión económica mundial y austeridad derivadas de la Gran Guerra. Mezcla de estilos decorativo-monumentales y arquitectónicos, devenidos en regionalismo local de la mano de artistas y arquitectos canarios como Marrero Regalado (Cabildo de Tenerife, Círculo Mercantil, etc.) que beben, en gran medida, de modelos neoyorquinos a lo ’zigurat mesopotámico’ (Empire State, Chrysler) difundidos y conocidos mundialmente en su época, junto al Charlestón y al Jazz, gracias al fenómeno del cine.

Considerando que, coetáneamente a la ejecución del monumento, otros movimientos artísticos iniciaban la ‘descabalgadura’ simbólica de las esculturas de sus peanas, deconstruyendo su significado para ubicarlas a pie de calle, en diálogo directo con la ciudadanía. Movimientos que culminarían en el cubo minimalista de Sol LeWitt o en la Entropy and New Monuments de Smithson, allá por los años sesenta, peanas conceptuales sobre las que poder sustentar nuevos valores de posguerra.

Considerando la notable experiencia alemana, orquestada por el artista Horst Hoheisel, reconvirtiendo monumentos e instalaciones fascistas alemanas en Denkezeichen (espacios para pensar).

Considerando, por último, lo indicado por el artista canario Adrián Alemán en Socius: “mientras Auschwitz o Mauthausen se mantienen en pie como memoriales a las íctimas del genocidio nazi, el franquismo trató de deshacerse de todo rastro que lo relacionara con el genocidio en Canarias. Los rebeldes acabaron con la vida de mil seiscientas personas en Santa Cruz de Tenerife, la mayoría arrojándolas al mar cuando aún estaban vivas, encerradas en un saco con la sola compañía de una piedra, en la llamada ‘Fosa de San Andrés’,…”

Dado que el monumento en cuestión engrana, conceptualmente y por su ubicación, en el eje principal de la máquina  represora de la Santa Cruz de ‘Noche y Niebla’ de aquella fatídica época de triste recuerdo: salones de Fyffes, fortín de Paso Alto y ‘Fosa de San Andrés’ (fondeadero de las cárceles flotantes), entre otros; sería conveniente enfrentarlo al espejo de su realidad histórica, sometiéndolo a recordar continuamente su pasado, para evitar que se repita.

En atención a lo cual se realiza la siguiente PROPUESTA, encaminada a metamorfosear el monumento en anti-monumento, revirtiendo su mensaje hasta transformarlo en capilla para la reflexión. Palimpsesto a tres niveles:

1º. Descabalgadura conceptual: enmarcando la actual escultura en el interior de un gran cubo que se intuiría por el trazado de sus aristas (barras de acero u otro sistema que permita la nueva tecnología, como proyección lumínica de sus caras o aristas con láser, etc.).

2º. Rincón para la reflexión: proyectando en el interior de una caja-cubo de bronce, ubicada en un lugar estratégico visitable (borde de la fuente), la imagen panorámica captada a tiempo real de la “Fosa de San Andrés”, en la actualidad fondeadero de buques y plataformas con tráfico constante. Ocasionalmente, en horas de penumbra, se podrá proyectar la imagen descrita en la superficie de la lámina de agua de la fuente.

3º. La realidad histórica objetiva: código QR, desde donde se podrá descargar la información explicativa de la evolución de la obra, de los hechos históricos que representa y sus consecuencias derivadas. Datos cronológicos, asépticos y veraces, contrastados y consensuados por un equipo técnico multidisciplinar constituido al efecto.

(*) Articulista