Algunas claves del debate sobre el atentado de Las Hiedras en el pleno del Cabildo de Tenerife

Foro contra la Incineración

A nadie sorprende ya absolutamente nada de nuestra clase política, hasta el punto de que nos roban en la cara y lo damos hasta por bueno, incluso los que venían a cambiar las cosas dicen que no quieren coche oficial pero reclaman, después de sueldo, que les paguen el tranvía, que les den aparcamiento o que les paguen los viajes para asuntos particulares con el dinero de todos. Ese es el panorama y todos lo sabemos.

Y no es recomendable ni edificante, en absoluto, seguirles la pista a esta gente en las instituciones, independientemente de que en este caso sea de agradecer que al menos el Partido Popular haya querido hacerse eco de una movilización social completamente espontanea que reclama otra forma de intervención menos agresiva con el entorno que la que se ha llevado a cabo en la pista de Las Hiedras, apoyada por Podemos, PSOE y Coalición Canaria que en este asunto han hecho caso omiso a la reclamación de la sociedad civil en aras de, a nuestro modo de ver, una falsa solidaridad hacia las personas con movilidad reducida.

¿Por qué ese debate es falso? Pues porque lo que se ha hecho en Las Hiedras se ha hecho de forma parecida en el Monte del Agua, en El Tanque, y allí no llega una silla de ruedas ni por equivocación, básicamente debido a que no cumple con la normativa porque entre otras cosas las pendientes llegan a superar el 10%. No digamos nada del sendero similar que el Cabildo habilitó en Agua García va a hacer un par de legislaturas y han dejado en el más absoluto de los abandono sin contar, a día de hoy, ni con plaza de aparcamiento. Vamos, que lo solidarios que son éstos que acusan al resto, sin ponerse colorados ni nada, de no tener en cuenta a personas que, en muchos casos, son familiares nuestros pues ya me dirán ustedes…

La accesibilidad universal de Las Hiedras, pese al destrozo, es falsa, todo el mundo lo sabe y aquello no cumple de ninguna de las maneras, se trata sólo de vender humo. El representante de Podemos, Fernando Sabaté, llega a decir que el hormigón ni se nota porque como se cubre de arenilla y tierra pues aquello disimula mucho. Imagínense el grado de locura con el peligro que representa para patinazos y resbalones el hecho de no tener esa superficie perfectamente limpia tratándose de cemento. Pareciera en realidad como que lo flipan.

Valbuena rechaza la tierra batida porque dice que cuando llueve encharca, con lo que los parques de media Europa serán impracticables según este señor. Ya se lo explicamos personalmente y en la misma pista de Las Hiedras donde él dice que la gente tiene derecho hasta a ir con zapatos de charol (literal) si le da la gana: cuando hace viento o llueve hay otros sitios más recomendables para pasear que el monte, pero no para las personas con movilidad reducida sino para todo el mundo y cuidado con el barro sobre ese hormigón que, pese a que Sabaté dice que es fantástico porque ni se nota que es cemento pues vamos, un patinazo ahí para una persona mayor puede ser mortal. Porque lo que se ha hecho en Las Hiedras es una especie de acera de hormigón y eso, si queremos que sea seguro, debe estar perfectamente limpio se pongan como se pongan todos estos señores que no se cortan un pelo en llamar insolidarios a los demás, cuando quizás los que estén actuando más contra el derecho de todos acaso pudieran ser ellos. Desde luego el primer derecho el de las personas con movilidad reducida a disfrutar de un paisaje y un entorno lo menos transformado posible.

El ejemplo de Sabaté, Podemos, que va de la mano de Coalición Canaria y PSOE en este tema, como en tantos otros apoyando incluso el dispendio de otra televisión pública, es la actuación que se ha hecho en Monte del Agua que, como hemos explicado, tampoco cumple con la normativa de accesibilidad universal ni muchísimo menos. Y el caso es que no se parecen en el sentido de que en El Tanque no hay muro de piedra y hormigón, pero acaso algo peor porque se ha hormigonado completamente todo el margen de la pista formando una especie de cuneta, justamente donde especies herbáceas y arbustivas provocaban auténticos espectáculos primaverales que ahí nunca más veremos, técnicamente imposible. ¿Eso no es discriminar, cuando unos metros más adelante el resto de los usuarios seguimos disfrutando de esa maravilla y/o explosión de color?

Sabaté, imagínense el cinismo, llama al Cabildo a volver a repoblar esos márgenes con flora procedente del centro de recuperación La Tahonilla cuando resulta que el 90% del terreno donde crecían esas especies, y que se han cargado sin más, lo han hormigonado con una zanja y un muro que no se justifica ni a bien ni a mal. ¿Repoblar sobre el cemento? En fin, cualquiera diría que más sencillo era no habérselo cargado.

Y eso sí, unos de una manera más directa, el caso de Valbuena pues es de indignidad total porque llega a decir que los que protestamos les damos más derecho a los perros que a las personas de ir al monte, y otros de forma más sutil pero igualmente hiriente, caso de Sabaté, intentan jugar al rollo ese de que los solidarios son ellos y que al resto no nos importan los problemas de las personas con movilidad reducida que en muchos casos en Tenerife lo tienen complicado no para ir al monte sino para salir de su casa, lo cual muchos sabemos por situaciones que viven familiares directos nuestros.

En verdad uno, cuando ve de qué manera se descalifica a miles de personas que simplemente opinamos distinto, sin restarle derechos a nadie sino al contrario, pues como no estamos en política ni nada de eso simplemente, en mi caso, no queda otra que sentir lástima de semejante gentuza que es capaz de utilizar la desgracia humana para ir a la caza y captura de un puñado de miserables votos. En fin, los gritos de Carlos Alonso echando a un portavoz al que luego dice que no echó pues lo dice todo, más que elocuente la imagen del nivel de los que nos gobiernan y, lo más preocupante, del nivel de los ecosocialistas que aspiran a gobernarnos y que no muestran consideración alguna, sólo desprecio, por las miles de personas que hemos manifestado una forma diferente de ver las cosas. Impresentable.