El Ayuntamiento de La Laguna colabora para hacer un Festival Musical en solidaridad con Nepal

En un Lugar de la Vida: el compromiso con los más necesitados

Rafael Lutzardo / Santa Cruz de Tenerife

En un lugar de la Vida es una Ong humanitaria creada en Cuenca por la doctora Cristina Patricia Durán Fuentes y el enfermero, Julián Ángel Mariana Herraiz, un equipo humano con el que he tenido el privilegio de trabajar en las aldeas rurales denominadas como Los Intocables, en Nepal. Ni que decir tiene, que Cristina y Julián Mariana son personas especiales, los cuales han venido trabajando en los últimos años en Nepal, con el objetivo de ayudar y salvar vidas humanas. En el 20015, pude conocerlos cuando viajamos con la ONG Cooperación Internacional Dona Vida, tras los terremotos acaecidos en el país asiático, donde se calcula que perdieron la vida unas 9.000 personas. 

Por todo ello, y gracias a la colaboración solidaria del Ayuntamiento de La Laguna, en la figura de su alcalde, Luis Yeray Gutiérrez y la del Coordinador de Cultura y Actividades Musicales, Badel Albelo, junto con el equipo de gobierno de dicha corporación, ya comenzamos hacer los preparativos de un Festival Musical que tendrá lugar el día, 8 de noviembre de 2019, en el Teatro Leal de La Laguna; con el objetivo de recaudar fondos para el nuevo proyecto que estamos llevando a cabo en la aldea rural de Kabilash (Nepal), programa esta basado en:  “Atención integral de la salud a la mujer embarazada y al recién nacido”, motivando estar dando resultados muy positivos. Este programa se desarrollará en el área de Kabilash, Nepal, con duración de un año, prorrogable en función de los resultados del mismo. Para este evento artístico solidario con el mencionado proyecto en Nepal, se ha creado una plataforma compuesta por Rafael Lutzardo (Periodista y activista); Daniel Ramírez (responsable artístico y sonido), Fernando Hernández (Coordinador de protocolo), Conchy Álvarez (Protocolo) y Juan Ramón Tosco (Logística).  De la misma manera, el Festival Musical solidario con Nepal, tendrá un cartel compuesto por muchos artistas locales de gran nivel; los cuales estarán representados sobre el escenario por el gran grupo Musical Popular Tintillo.  

Por otro lado, en una entrevista realizada por la revista Metas de Enfermería de Cuenca, Julián Mariana cuenta su experiencia vivida en Nepal, junto con la Doctora Cristina Patricia Durán  Fuentes, donde decidieron ir a Nepal porque “queríamos conocer otras culturas, viajar y poner al servicio de la gente, donde Cristina (médico) y yo pusiéramos nuestro granito de arena como enfermero. Ese fue nuestro inicio con Dona Vida, sin conocerla, simplemente pusimos en Google: Nepal ONG y nos salió Dona Vida”.

Para Julián Mariana, los terremotos acaecidos en el 2015 en Nepal supuso una gran preocupación “nosotros estábamos en España cuando vimos lo del terremoto, pasaron los días, no sabes lo que está pasando, no sabes cómo está tu gente, intentas comunicarte con ellos, no puedes… al final tomas la decisión de ir pero vas un poco a ver qué te encuentras, no hay ninguna preparación psicológica previa ni te cuentan la situación de cómo están allí ni nada, solo un poco lo que nos venía por la prensa. La diferencia entre lo que pensábamos que nos íbamos a encontrar y lo que nos encontramos fue grande para bien. Porque pensábamos que iba a estar todo Katmandú colapsado, todos los edificios venidos abajo y realmente no era así. Los edificios que están hechos de hormigón armado permanecen en pie. Lo que sí que estaba caído eran las casas que son de ladrillo y barro o de piedra y barro y, ¿de quién son estas casas? De los pobres. O sea que la gran mayoría de los 8.000 y pico muertos ha sido gente humilde”. 

Más adelante, el prestigioso enfermero señaló que: “las dos veces previas hemos hecho una labor asistencial en aldeas. De hecho, la primera aldea en la que estuvimos en 2011, en Sipty, éramos los primeros no nepalíes que llegábamos. Fármacos… el gobierno solo les da el paracetamol y algún antibiótico de amplio espectro y con eso tratan a todo el mundo. Entonces, la labor que hacemos antes de ir siempre es intentar recoger fármacos y el material que no se puede conseguir allí, por ejemplo, antibióticos de última generación, material que allí es más difícil de conseguir como son las sondas un poquito más especializadas. Con lo que ellos tienen y lo que tú llevas, pasamos consulta y realizamos una labor de AP, desde poner inyectable hasta suturar algunas heridas”. 

Esta vez, cuando nosotros llegamos ya habían pasado diez días desde el primer terremoto. El gobierno ofreció un tratamiento gratuito a todos los afectados y los evacuó a los hospitales y operó a quien tenía que operar y trató a quien tenía que tratar, entonces nosotros cuando llegamos el primer impacto ya había pasado y hemos atendido infinidad de heridas en las plantas de los pies por los clavos. Las zapatillas que llevan entre que son de goma y las tienen desgastadas y que las casas se les han caído y está todo lleno de tablas con clavos… Y, sobre todo, hemos notado, que en los otros viajes no habíamos tenido ningún caso de ansiedad, de depresión… 

Para Julián Mariana un día normal del año en Nepal es “de sol a sol. La primera vez estuvimos en un centro de salud en Sipty y la segunda vez hemos estado en otro centro de salud, en Kabilash, en otra aldea, pasando consulta. Esta vez nos han ido moviendo, hemos estado en Kabilash, en el centro de salud donde hemos estado otras veces, luego nos han llevado a otro barrio de la misma aldea que se tarda tres horas en coche en llegar. Luego nos fuimos a un barrio que está justo a las afueras de Katmandú, imagino que habrás visto imágenes de este barrio en las noticias del terremoto porque es impresionante, es como si hubiese caído una bomba. Nos abrieron una escuela y corrieron la voz de que estábamos allí y nos pusimos a pasar consulta. En Kabilash tenían un almacén de grano y allí es donde nos pusieron, quitándonos todos los bichos que habían salido de los sacos”. 

En lo que respecta a las carencias sanitarias, el entusiasta enfermero comentó que: “la primera vez que fuimos fue un poco a ciegas, no conocíamos la ONG, llevamos el material que creíamos que podían necesitar allí. Pero de repente nos encontramos, por ejemplo, a una mujer embarazada que había que sondarla sí o sí, y no había sondas. Entonces, encontramos que tenían una por allí, en el suelo. La esterilizamos cociendo agua y luego con Betadine intentando esterilizarla lo máximo posible. A partir de ese primer viaje fuimos tomando conciencia del material que puede ser necesario llevar desde España. Además, allí hay una organización local con la que estamos en contacto y es la que le da continuidad a los proyectos que comenzamos y la que nos informó, los sanitarios locales de allí, de que material les convenía que llevásemos de aquí”. 

Mariana recuerda que uno de los primeros  proyectos que realizaron en Nepal fue: “con los 6.500 euros que llevábamos fue instalar en el centro de salud de la aldea unas placas solares y toda la instalación eléctrica, para que tuviesen electricidad a todas horas, para algo tan sencillo como mantener las vacunas viables las 24 h del día, ya antes del terremoto ellos tenían suministro eléctrico pero dos-tres horas al día, después del terremoto no tenían nada. Nosotros financiamos el proyecto, elegimos el material y ha sido la organización de allí la que se ha encargado de llevar a los técnicos al centro de salud, de montarlos”. 

Sin duda, las condiciones de trabajo en el país asiático son muy duras, donde Julián Mariana dijo que: “lo más duro es volver a España. Cuando tengo que volver a casa y veo que ahí hay muchas cosas que hacer y hay que volver. Allí duermes en el suelo, te ponen dos mantas y en el suelo o encima de la cama. Esta última vez teníamos miedo a que se derrumbasen las casas, de hecho allí sufrimos un terremoto y la reacción en sus caras fue de terror absoluto. ¿La comida? Arroz. Te lo ponen con unos vegetales, otras veces con otros, otras con una sopa de lentejas… pero básicamente arroz. Al final llegas pensando “qué bueno está el arroz”. 

De la misma manera, prosigue el protagonista de esta historia, “te impacta que tú ves allí cosas que en España tienen una solución fácil y allí pueden suponer la muerte. Por ejemplo, en Sipty, para desplazarse, porque es una aldea sin acceso mecánico, no puedes llegar nada más que andando… Te coges tu mochila y a subir un monte, el hospital más cercano lo tenían a dos días andando. Una apendicitis aguda, que en España es ahora mismo una cosa banal, allí era morirse”. 

Por último, el destacado enfermero recomienda a todos aquellos voluntarios que quieran ir a Nepal, “supone una experiencia única, aportando muchas cosas. No tiene nada que ver lo que te cuentan, lo que llega de los medios, a lo que te encuentras allí. Además, es empaparte de la cultura. Nosotros hemos tenido la suerte de mezclarnos con ellos, hemos estado durmiendo en sus casas, comiendo en sus casas, jugando con sus hijos, si había que quitar piedras de un camino quitando piedras de un camino, y esa manera de enriquecerte y de relativizar las cosas, eso lo adquieres viajando. No vuelves el mismo, sabiendo que aquí la gente tiene problemas, pero que si lo comparas con los que tienen ellos y la manera en cómo lo afrontan, te ayuda muchísimo a llevar las cosas.