Comprendiendo la neuroplasticidad cerebral: todos podemos modelar nuestro cerebro

Todo ser humano podrá guiar el desarrollo de sus redes neuronales

EDDC.NET/Madrid

Desde que nacemos, el cerebro se modifica segundo a segundo debido a un fenómeno que se conoce como neuroplasticidad, y lo sigue haciendo durante toda la vida.

Todo ser humano podrá guiar el desarrollo de sus redes neuronales cuando ya no dependa del cuidado de los adultos.

Estas redes se irán configurando en función de aquello a lo que le preste atención, de sus hábitos, del tipo de alimentación que elija, de lo que decida aprender y experimentar, de su forma de pensar y, fundamentalmente, de lo que haga (o no haga) para entrenar su cerebro y mantenerlo en forma.

Si cada cerebro es único, aunque funcionalmente trabaje como los demás, es debido precisamente a la neuroplasticidad: cada persona vive, siente, experimenta y hace cosas distintas.

Por ello, el cerebro de un artista es distinto del de un militar, el de un matemático es distinto del de un abogado, el de una mujer que se dedique a la aviación es distinto del de otra que se especializó en kinesiología.

Afortunadamente, hoy contamos con técnicas efectivas para liderar la neuroplasticidad; es decir, “para tener el cerebro que queremos tener”, según manifestó el reconocido conferencista Néstor Braidot, uno de los mejores especialistas en la materia. Sus trabajos de investigación científica, sustentados en una gran experiencia como director de un centro de desarrollo cerebral de última generación, explican por qué el saber de este profesional es demandado en varios países de tres continentes.

Especializado en la aplicación de las neurociencias al desarrollo de personas y organizaciones, Braidot sostiene que la neuroplasticidad no puede concebirse como un fenómeno que depende únicamente de la naturaleza, porque el cerebro con el que hemos venido a este mundo puede ser modelado por nuestra propia voluntad.

Como durante toda la vida se forman nuevas redes, se modifican las existentes y se descartan las que no se usan, el entorno, la vida afectiva y social, la correcta alimentación, la forma en que cada uno analiza sus hábitos y los modifica para cuidar su cerebro son determinantes de la arquitectura cerebral.

El argentino, que también tiene nacionalidad italiana y reside gran parte del año en España, donde interactúa e investiga con otros especialistas en el tema, destaca el hecho de que, gracias a los enormes avances que se están produciendo en las neurociencias, día a día aumentan las posibilidades de guiar a las personas en el desarrollo de sus propias redes neuronales y que esto depende de pocos factores: la decisión de hacerlo y la habilidad para elegir a los gimnasios cerebrales adecuados.