Pepe El Cartero de Tacoronte: leyenda urbana

José Hilario Almenar Domínguez provenía de una familia muy arraigada con la Iglesia

Rafael Lutzardo / Santa Cruz de Tenerife

Tacoronte es historia viva de un pasado, pero también, de un presente. Muchos han sido los personajes celebres del mundo de la cultura y del arte que nacieron y residieron en este histórico municipio situado en la ladera norte de la isla de Tenerife. Cada rincón de Tacoronte se perfuma de historia y de evolución social, política y económica. Por todo ello, en 1911 el Rey Alfonso XIII otorga, a raíz de un viaje que realizó el monarca a las islas en 1906 y haciendo una parada en el desaparecido Hotel Camacho, el título de Ciudad, orden por la que se le concedía este título debido “al desarrollo de su agricultura, industria y comercio, y su constante adhesión a la Monarquía Constitucional”.

En la actualidad, en este comienzo del siglo XXI, Tacoronte es una localidad que mira hacia el futuro con esperanza, sabiendo que cuenta con infraestructuras y zonas comerciales de primer orden, pero concienciada de la conservación del pasado y el patrimonio como único modo para poder avanzar en la dirección correcta. Tacoronte es el pasado, presente y futuro de todos los que la habitan y apuestan por ella.

Agradecer  las colaboraciones del historiador Enrique Acosta Dorta, vecino de Tacoronte, el cual nos cedió la fotografía del José Almenar Domínguez (Pepe El Cartero de Tacoronte) y la de Nicolás Pérez García, investigador sobre asuntos locales, cuya información ha sido muy importante para hacer una breve semblanza de Pepe El Cartero y su familia.

Uno de los personajes populares de este bello municipio de la zona norte de la isla de Tenerife fue José Hilario Almenar Domínguez, más conocido por Pepe el Cartero de Tacoronte. De la familia Almenar podemos referir datos interesantes debido a la implicación de buena parte de sus miembros en actividades populares durante mucho tiempo. En realidad, la familia Almenar ha estado ligada a la Iglesia del pueblo de Tacoronte desde el siglo XIX, tradición familiar que se diluye tras la muerte de Pepe El Cartero y su hermano Natalio, fallecido en 1972. Así se aprecia en la genealogía que se conoce: Adán Almenar Rodríguez, nacido en 1842-1844; tío de Fermín Almenar Rodríguez, nacido en 1856, zapatero y sacristán, padre de José Hilario Almenar Domínguez (Pepe El Cartero), nacido en 1894, sacristán. Catalina de la Asunción Almenar Domínguez (1901-1985), celadora de la parroquia matriz durante toda su vida. Natalio Almenar López (1885-1972), sorchante, padre de José Ángel Almenar Fuentes, nacido en 1.943, continuador en los tapices del Corpus y en las Fiestas del Carnaval. En 1.979 organizó la Piñata Chica que desde entonces organiza y lleva a cabo los actos carnavaleros en Tacoronte.

 Con respecto a la leyenda urbana de Pepe el Cartero, no existen muchos datos de interés a nivel del municipio. El apelativo “El Cartero” le quedó por haber trabajado como cartero durante tres o cuatro años, y su pretendida popularidad fue más bien efímera, aunque se le recuerda por sus ocurrencias y otras cosas que en un tiempo dado se graba en la memoria de muchos lugareños, posiblemente por la jocosidad, la espontaneidad que divierte y otras peculiaridades personales. Del mismo modo, en lo que se refiere al anecdotario vecinal en los corrillos, de lo que va quedando de ese acontecer que se desvanece en el tiempo. No hay otra fuente de información.

Cuenta un vecino de Tacoronte, que su experiencia con Pepe “El Cartero” fue muy cercana. José Almenar Domínguez, fue sacristán durante 4 años, siendo el párroco Armando Montoliú Marzac. En el mes de octubre solíamos ir por las casas para recaudar dinero y comidas. Pepe era muy pícaro”.

“Se le debe una procesión antigua del Martes Santos desde Santa Catalina al Cristo con la imagen del Señor de la Cañita o Señor de Las Tribulaciones. El buscaba dinero para que esa procesión viniera un predicador de la Catedral de La Laguna y las velas para los fieles. Actualmente, esa procesión no se hace”.

Del mismo modo, este vecino y amigo de José Hilario Almenar,  cuenta que: “Pepe El Cartero de Tacoronte era muy pícaro y para ello, de cuando en cuando, le decía a la gente que le metiera la mano en el bolsillo, ya que el tenía las  manos sucias de grasas de coche. El objetivo de la picaresca era que la mano del vecino tocara por dentro del bolsillo de Pepe El Cartero su exagerado miembro viril”. Más adelante, este vecino tacorontero manifestó que: “Pepe El Cartero solía tocar en las puertas de las casas de los vecinos. Cuando le abrían la puerta el vecino o la vecina, le decía ¡Eras tú el que tocabas, Pepe! Y el le contestaba… “si tu supieras con lo que yo tocaba la puerta”.  

Otro vecino cuenta que: “en esa época, José Hilario Almenar Domínguez era muy popular por sus exagerados atributos, el cual  armó un lío tremendo un día en la playa del Pris, porque a la gente le dio por decir que había entrado un submarino en la playa, y después se comprobó que solo era Pepe El Cartero de Tacoronte  nadando de espaldas. Menudo alboroto”.  Muchas más son las anécdotas que Pepe El Cartero de Tacoronte tuvo en su vida, pero entre ellas la que más destaco en la sociedad tinerfeña fue por el tamaño de su miembro viril.