Sánchez recaba apoyos ante la ofensiva de los principales barones

El secretario general y los líderes territoriales miden sus fuerzas

EDDC.NET / Madrid

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, por un lado, y algunos líderes territoriales socialistas, por otro, han comenzado la tarea de proselitismo entre sus fuerzas para el caso, muy probable, de que las hostilidades internas se desaten a corto plazo tras los malos resultados en las elecciones del pasado 20-D. Sánchez tratará de dejar sin argumentos a los barones regionales presentando unos límites a la negociación con Podemos acordes con los postulados de estos. Pero habrá otros frentes de conflicto, según publica El País.com.

Esta tarde se verán las caras Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, y los secretarios regionales, convocados por el primero para tratar de reconducir el malestar que ha aflorado tras las elecciones del domingo pasado. La política de pactos, la fecha de la celebración del congreso del partido, y la candidatura de Pedro Sánchez, tanto para la secretaría general como para ser de nuevo el candidato si se repiten las elecciones, son los grandes asuntos de controversia. Esta cita informal precede a la celebración, mañana lunes, del Comité Federal del partido. Sánchez quiere llegar a esta reunión del máximo órgano socialista con una posición común al menos sobre lo inmediato, como es la política de pactos con otras fuerzas políticas, por si Mariano Rajoy, presidente del PP, no logra una mayoría para su investidura

Seguramente habrá acuerdo en el comité pero nadie se llama a engaño. Si en esta ocasión no se somete ninguna resolución a votación, no se excluye en absoluto que se produzca una división de criterios en el PSOE que tenga que dirimirse con los votos. El PSOE ha empezado de nuevo “a contar”, como señala un dirigente regional.

Tan solo hace 17 meses ya hubo ese proceso de medición de fuerzas en la elección del secretario general, en el que Pedro Sánchez salió victorioso frente a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. Ahora los recuentos vuelven a ser la tónica. Por un lado, Sánchez y su núcleo, y, por otro, los barones que le profesan mayor desafecto hacen cuentas, federación a federación, sobre quién tendría la mayoría en el caso de que haya que someter a votación distintas opciones políticas y orgánicas —que se solventarían en un comité federal— o incluso, entre toda la militancia, en elecciones primarias. En este último caso, el resultado sería más difícil de prever.

La fuerza numérica de Andalucía es incuestionable, con Susana Díaz a la cabeza. Con ella estarían al menos los secretarios generales de Valencia, Asturias, Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón; es decir todos los presidentes autonómicos menos la presidenta de Baleares Francina Armengol. Pero cada uno de ellos tiene criterio propio por lo que si hay enfrentamiento abierto cada cual tendrá su voz propia y, además, en primarias los militantes votan en secreto. Ellos, los afiliados, serían la esperanza de Sánchez, en tanto que algunos secretarios territoriales enfatizan sobre la capacidad de influencia de los jefes regionales, provinciales y locales.

Aún es pronto para hacer una previsión de fuerzas aunque siempre se invoca el poder de Andalucía y, por tanto, de su presidenta en el caso de que fuera a una guerra abierta contra Sánchez.

El poder del Comité Federal

El número de miembros del Comité Federal varía en cada congreso y en el último se acordó que fueran 250. Un centenar fue elegido en el propio congreso y el resto, a propuesta de las federaciones del partido. En el mismo están los representantes de la Ejecutiva federal, de organizaciones sectoriales y los exsecretarios generales. Tiene todo el poder.

El comité federal "determina la política de alianzas y dirime las discrepancias". Convoca el congreso federal y "designa al candidato a la presidencia del gobierno", aunque esto último es para ratificarle si ha habido elecciones primarias.