Una jornada sobre la gestión de Costas celebrada en el Sur de Tenerife revela la necesidad de cambiar los criterios de las demarcaciones en aras de la competitividad

Empresarios del sector piden que se ayude no que se condene a la actividad turística

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

Hotel Spring Arona Gran. Un lujo de instalación en Los Cristianos. Una inmensidad llena de helechos, acogedores, refrescantes, en medio de un calor soberano, que invita a realizar cualquier cosa, acometer cualquier reto.

Esa es la sede que han escogido Canal 10 TV junto con el despacho de abogados Montero Aramburu para realizar una jornada con este titulo tan apasionante por todo lo que lleva consigo, ‘La gestión en Costas en Canarias: competencias, criterios e impactos en la economía del archipiélago en relación a la oferta turística’. Dos ponentes y una mesa redonda con pesos pesados de los empresarios dedicados a esto del turismo, con las alforjas llenas de mieles por un lado y por otro, las agonías.

Y de agonías estamos hablando. La que pesa sobre el sector a cuenta de las demarcaciones de Costas, las direcciones generales, secretarios de Estado e incluso ministras. Una maraña de normas, permisos, funcionarios y políticos que se han conjurado para que Tenerife y por ende Canarias no levante cabeza. Cuando un emprendedor quiere realizar cualquier iniciativa sobre el litoral se mete en una selva burocrática y se muere entonces de pena o de asco.

Los empresarios son prudentes, pero en este caso, la magnífica sala del hotel donde se hizo la jornada, la sala Fasnia, el trato exquisito de la directora del hotel, Alexia y sobre todo un coffe break de escándalo propiciaron que la temperatura subiera más y se dijeran cosas que échate a temblar. Lo mejor las cámaras de Canal 10 TV, con unos máquinas de técnicos y un presentador de lujo, el amigo Edu Medina. Recogieron todo y sin pestañear.

Antes el abogado José Ortega. Un veterano, un combatiente en esto de Costas y avatares varios. Una sentida evocación de un empresario palmero atrapado por lo que él llamó el bunker de Costas y lo de Bajo la Cuesta, que sigue y sigue. Desgranó aspectos claves sobre lo que pasa en Madrid y lamentó que no tuviera más tiempo. Y es verdad, su sabiduría y su experiencia en esto es arrolladora. Apostó al final por un turismo que cultive lo propio, lo singular, no el de siempre, ese que sabe a plástico industrial.

Luego una revelación que generó hasta aplausos de los asistentes, la mayoría de ellos empresarios, aunque se vio por ahí al bondadoso alcalde de San Miguel, que consciente de lo que se juega en su municipio se sentó sin problema en aquella sala tan propia, tan singular. Al contrario que los de Arona, cuyo concejal de Playas, ni apareció por allí, y eso que la jornada era en su municipio. Pero ya se sabe, José Luis está mega ocupado en ‘otras cosas’ no tan esenciales. Hablamos de la abogada Rosa Elena Martínez, del despacho Montero Aramburu, la cual se metió de lleno en eso de las competencias y transferencias, no bancarias, en materia de Costas, haciéndolo de manera amena y accesible. Cuando dijo que los empresarios pueden cuidar el medio ambiente igual de bien que los que se lanzan al ruedo, arrancó aplausos del respetable.

Luego la mesa redonda. Allí se sentaron los dos ponentes, el moderador, que lo hizo de cine y los restantes, presidentes, jefes de las organizaciones empresariales. Jorge Marichal de Ashotel, que lo tiene claro y que despliega una fuerza y un convencimiento sin barreras, sin miedos. Dio claves y dio palazos de lo más sugerentes. Recomiendo verlo en Canal 10 TV. Luego el presidente de los hoteleros de Gran Canaria, José María Mañaricúa, víctima igual de las demarcaciones de Costas. Roberto Ucelay, presidente del Círculo de Empresarios y Profesionales del Sur de Tenerife (CEST), seguro, sabedor de los problemas y de las soluciones, desplegó sus convicciones en un tono conciliador que le llevara muy lejos.

Y finalmente Ángela Pérez, de la cadena Riu. Lo que contó parecía más una peli de terror, donde Hugo Morán y el resto eran como el payaso de IT, acabando con todo. El hotel Oliva Beach es una espina clavada en todas las administraciones y en todos los ámbitos económicos. Pero como dicen por ahí, eso será motivo de otra jornada, porque la guerra de las galaxias continúa y más después de lo que pase el 10 N.