Juan Amigo, coordinador de acción política de Ciudadanos, en guerra con Teresa Berástegui y Vidina Espino, medita abandonar el partido

Fran Hervías vino a Tenerife a apaciguar este conflicto que ocultan las ‘rubias’

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

Él lo hizo todo. Él se lo cocinó y luego se lo comió, pero ahora le han quitado toda la despensa. Juan Amigó, al que nadie ve, pero todos sienten, siempre ha sido el que mueve los hilos en el partido, la persona que gozaba de la confianza de los mandamases nacionales, que jamás le discutían y menos le tosían.

Amigó como fundador y padrino de este partido es el que lo ha hecho posible y aunque no es un alma cándida y sin duda su gestión ha estado trufada de todo tipo de movidas, pucherazos, dedazos y demás, lo cierto es que el partido en Canarias lo ha forjado él y es el que ha marcado los rumbos y los ritmos.

Pero todo muta y como decía Heráclito “nadie se baña en el río dos veces porque todo cambia en el río y  en el que se baña”. Fue Juan Amigó el que diseñó el equipo de rubias y fue el que las puso en el disparadero. Pero ambas se han rebelado. Una se ha ido al lado de los dioses madrileños y catalanes y la otra, aunque solo con un catalán, ahora va de por libre ayudada por un calvo seductor nacionalista y se ha convertido en el poder decisivo en Ciudadanos, más que Vidina Espino, la cual, también se ha ‘virado’ contra Juan Amigó, hasta el punto que se vio su reflejo en una crónica despiadada de un diablo cojuelo, que por cierto dolió mucho a Amigó y los suyos.

Teresa Berástegui es la que manda realmente, es la que decide. Juan Amigó se arrepiente de todo lo que ha hecho con respecto a todo lo que ‘movió’ esta chica y que le comunicaron cuando ejercía como concejala de C,s en La Laguna. Ahora se tira de los pelos, porque esos informes que se amontonan en su despacho sobre la diva rubia, poco ya pueden hacer.

Pero siempre nos quedará París. Teresa Berástegui va ufana por los medios y por donde puede, pavoneándose de su poder y buscando el modo de que la enchufen en el gobierno regional. Se ha empeñado en darle el Ayuntamiento de Santa Cruz y el Cabildo de Tenerife a CC y lo está consiguiendo. La rebeldía de Zambudio se diluye y Arriaga tampoco se va a inmolar por oponerse a todo este poder rubio.

Mientras todos miran las combinaciones de poder y de cargos, Ciudadanos como partido se destruye. El otro día se pidió una reunión de coordinadores para poner las cositas claras, promocionado por Amigó y los suyos, pero Teresa se puso soviética, llamó a Madrid y se paro la rebelión. Amigo se cabreó y dijo que se mandaba a mudar, que se iba con todo el equipo y tuvo que venir el secretario de organización, Fran Hervia, a calmar las aguas.

Y es que va a resultar muy curioso. Si Berástegui y Espino consiguen el poder con CC y PP, se van a encontrar con un partido destruido y totalmente arrasado. Y puede que Amigo y la mayoría de los cuadros y afiliados se vayan. Pero conociendo a las chicas, esto les importa bien poco, por no decir nada. A mí, que arda Roma, mientras los de siempre me den un despacho.