Un candidato de CC del Puerto de la Cruz ataca y lesiona a un reportero gráfico a cuenta de su lideresa, Sandra Rodríguez

La candidata a la alcaldía dedica el mitin celebrado en La Vera a mentar al fotógrafo

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

Es el mayor error político de CC en el Puerto de la Cruz. La estallada va a ser monumental. Y el culpable no será Sandra Rodríguez, que se refugiará en su condición de mujer y víctima, sino de quien dio la cara por ella, aún sabiendo todo lo que hizo a cuenta del Lago Martiánez, Francisco ‘Calamardo’ Linares, secretario general de CC en Tenerife y candidato al municipio de La Orotava.

Si ustedes pensaban que Sandra Rodríguez no iba a dar la nota, estaban equivocados. La dio y bien fuerte estos días a cuenta de un enfrentamiento que mantiene con un conocido y habilidoso reportero gráfico, que bajo el disfraz de Pinocho está poniendo en serios apuros a la candidata, hasta el punto que uno de su lista, un murguero y beneficiado nacionalista, lo atacó y lo lesionó, por cuanto que consideraba que estaba cuestionado a su lideresa y  por el temor a que el fotógrafo sacase a la luz hechos que pueden ponerlos a los dos, a Sandra y al murguero en peligro ante la opinión pública.

Pero hay que decir en justicia que en los buenos momentos de Sandra, antes de que se supiese el escándalo del Lago, fotos incluidas, su relación con este fotógrafo era normal, como corresponde a la que se puede establecer entre un área municipal y un profesional. Tanto es así que hay menciones de Sandra Rodríguez a este reportero gráfico y a su trabajo en el Lago y un pago parcial del mismo.

Pero todo eso se ha ido al traste en los últimos meses y la concejala de Hacienda y responsable del Lago ha decidido que no se pague y punto, refugiándose en pareceres técnicos absurdos, en la línea que tuvieron y tienen las áreas que regenta esta política, una de las peores que ha pasado por el Ayuntamiento, como recuerdan muchos seguidores del añorado Marcos Brito y que ha llevado a CC a la destrucción más absoluta, como le recuerdan (hay grabaciones) sus propios compañeros de partido en variopintas, coloridas y estruendosas asambleas.

Pero el surrealismo se ha adueñado de todo con lo que ha pasado en los últimos días. Sandra Rodríguez ha dedicado todo un mitin en La Vera, feudo nacionalista supuestamente, a atacar al reportero gráfico que actúa bajo el disfraz de Pinocho. Y uno se queda asombrado. ¿Ese es su programa político? ¿Mencionar a un profesional de la fotografía, porque no le pagas y él te lo exige? Pero Sandra, que sabe que sus posibilidades son mínimas, usa el victimismo y que es mujer para galvanizar a un pueblo hastiado de sus escándalos y de su mala gestión.

Pero eso no quedo en estas palabras de Sandra. Un miembro de su lista, un murguero, fanatizado por los euros municipales, además de amenazarlo por teléfono, atacó al reportero cuando éste estaba por fuera del mitin, aunque se tiró al suelo, en plan comedida, para que pareciera que lo agredieron a él. Sin embargo en la denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía, el fotógrafo presentó el parte de lesiones. Un dato curioso: a consecuencia de ese incidente aparecieron por la zona, seis policías locales en moto y un furgón. Hace años que no se veía tremendo despliegue policial. ¿Todo por Sandra?. Seguro y de paso que el reportero gráfico se vaya relajando.

Pero Pinocho sigue en la lucha. Tiene una grabación del murguero, donde se hablan de prácticas de Sandra y los grupos del Carnaval que huelen a delito. Pero lo alucinante es que Sandra Rodríguez y eso no se lo contó a ‘Calamardo’ Linares, sabe que determinadas fotos y videos de sus ‘historias del Lago’ están de la mano y que pueden salir. Ella por si acaso pone la venda tras la herida y usa a mujeres para que la apoyen y defiendan su condición de mujer y política lesionada por periodistas machistas y mentirosos, según sus seguidores.

En fin. Mal lo lleva Sandra. Mientras Lope, en caída libre, se frota las manos ante este nuevo tropiezo de su aliada municipal. Al fondo el predicador con el brazo en alto, busca en Vox el aliado que necesita su protector, asustado por las encuestas. Para todos ellos, Pinocho tiene lo suyo y lo de ellos, también.