Ciudadanos en Canarias es un partido dominado por Melisa Rodríguez, que ejerce su poder antidemocrático ‘apoyada’ por el lobby barcelonés

Mariano Cejas es el encargado de ‘guardarle’ la finca a la diputada nacional

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

El proyecto político de Ciudadanos en Canarias no merece ni de coña el apelativo de nueva política, por mucho que se empeñen sus propagandistas, tanto a nivel local como nacional. Es el mismo perro, nunca mejor dicho, pues en Ciudadanos están al mismo nivel que las personas e incluso están pensando en cómo pueden votar, con distinto collar, que de collares sabe mucho su lideresa absoluta, la diosa blanca y palmera, que por esa divinidad interpuesta, ejerce un poder omnímodo en Canarias.

Ciudadanos es un partido piramidal, donde la soberanía no está ni en los afiliados ni en todos los cargos intermedios, sino en una sola persona y su guardia de corps, llamada Melisa Rodríguez, la cual, tiene unas ‘inexplicables’ relaciones de poder con los altos mandos de Ciudadanos en Barcelona, especialmente Fran Herviá, flamante secretario de organización o el propio Albert Rivera, porque José María Espejo, por ciertas ‘historias pasionales’ ha dejado de tener esa influencia y porque su ‘chica’ no era Melisa, sino otra, ahora en franca decadencia y reducida a la insignificancia local.

Melisa lo tiene muy claro. No es brillante, no es demasiado inteligente, pero su astucia política y su ‘telegenia’ la ponen en la mejor posición ante una dirigencia que poco le importa si vale o no, o que aprecie sus capacidades. Y ante eso se han rendido de manera inexplicable, poniéndola en una posición de hegemonía, que ha provocado que mucha gente valida se haya ido y que solamente queden los que le rinden homenaje o mejor dicho, pleitesía.

Melisa que vivió su mayor frustración cuando no salió diputada regional, además estaba más tiesa que la mojana, recupero ‘fuelle’ volando, no en alas de un Red Bull, sino de otra cosa, igual de estimulante, a Barcelona, logrando colocarse en las listas al Congreso de los Diputados, más seguro y con un buen sueldo. Y en ese proceso ganó la batalla contra sus opositores, muchos y que llevaron al actual consejero del Cabildo de Tenerife al grupo de los no adscritos, por ser temerario y poner en un chat de afiliados lo que todo el mundo piensa de Melisa y sus circunstancias.

En esa batalla, Mariano Cejas estaba del lado de los rebeldes, pero se lo pensó mejor y decidió que lo que le ponía y pone es la política, figurar y conseguir un cargo. Y está en ello de manera apasionada, sin piedad, buscando ser cabeza de lista del Parlamento de Canarias y no duerme, acariciando el sueldo y el fair play de ser diputado.

Sorprende la postura de uno que influye pero que no le gusta estar expuesto, Juan Amigó, el chico de los recados, pero al que no le agrada ese papel y al que le gusta ejercer de padrino, de puente con sus verdaderos amigos, que no están en Ciudadanos y que pueden ayudarle más, por el momento. Amigó que oculta lo que piensa de Melisa y de la otra que cayó, se limita a ser sumiso ante el poder rubio y deja que todo fluya.

Eso es todo. Por eso da mucha tristeza ver a toda esa peña de Ciudadanos ilusionada, jugando a ser los nuevos políticos de la isla, cuando en realidad son como esos peregrinos que iban a la montaña del dios que en la película Conan el Bárbaro, pensaban que tocaban el Paraíso y al final solamente eran comida para dioses y diosas insaciables e implacables.