Rafael Yanes, diputado del Común, enfanga la institución al alinearse con el partido socialista y los ediles críticos para apartar a Mena de la alcaldía

La mediación que se le presupone, el estar por encima de las partes ha quedado destruida por esta implicación que atenta contra el sentido de esta institución

Aarón Medina Sánchez / Santa Cruz de Tenerife

El Diputado del Común, Rafael Yanes, se reúne con concejales del Ayuntamiento de Arona que denuncian “la utilización flagrante de mecanismos contrarios a la legislación vigente, con el fin de hacer un uso de la administración local partidista, y obviando el interés público y general que debe prevalecer en toda administración pública”

Y se queda tan tranquilo. El Diputado del Común al igual que la mujer del César no solo tiene que ser honrada, sino parecerlo. Pero Rafael Yanes Mesa no puede con su genio, con su maldad congénita, esa que tanto daño hizo en su municipio y que llevó a los socialistas a perder la alcaldía y a cimentar la voluntad traicionera y mendaz de un político que además de no trabajar demasiado, se ha especializado en las intrigas palaciegas y en las puñaladas nocturnas y con alevosía.

“La Diputación del Común es el Alto Comisionado del Parlamento de Canarias para la defensa de los derechos fundamentales y libertades públicas de los ciudadanos en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Canarias. La Diputación del Común tienen encomendadas la defensa de los derechos y libertades constitucionales y la supervisión de las actuaciones de las administraciones públicas canarias de acuerdo con lo que establece la ley”.

¿Dónde se puede meter a Mena? ¿Es ahora un delincuente confeso, dedicado a subvertir el orden constitucional por el que merece que el Diputado del Común salga a la palestra de este modo? ¿Es el diputado del Común o un nuevo instructor socialista dedicado a promover la expulsión del partido de un alcalde elegido por las urnas y de qué manera?

“Cuando la persona interesada entienda que, en el desarrollo de esa relación, el organismo público en cuestión no está cumpliendo las normas que regulan los correspondientes procedimientos; o no se le están respetando los derechos que le reconocen las normas, puede acudir a presentar su queja ante la Diputación del Común para que se investigue la actuación del organismo en cuestión”. Vale, admitimos rebeldes como animal de compañía. ¿Qué va a investigar Yanes? ¿Las resoluciones de la Federal? ¿Las ruedas de prensa del alcalde? ¿El cese de Luis García, el traslado de Damián?

Ya lo dijo André Bretón, Tenerife la isla más surrealista del mundo. Yanes se pliega ante los socialistas canarios, dirigidos por el de Arucas y las bailarinas del templo y entrega, porque le da la gana, esta Institución para convertirla en un escenario más de la pelea por sacar a Mena de la alcaldía.

¿Los concejales rebeldes van como ciudadanos, como víctimas, como militantes socialistas, como dañados por Mena y los suyos? “Cualquier persona, física o jurídica, puede acudir al Diputación del Común, siempre que invoque un interés legítimo. No importa cuál sea su nacionalidad, residencia o vecindad administrativa, sexo o minoría de edad; ni siquiera si está internada en un centro penitenciario o de reclusión, y en general, mantenga una relación de sujeción o dependencia de una Administración o poder público. Si entiende que se han vulnerado sus derechos, cualquier persona puede presentar una reclamación. La presentación de la queja es gratuita. No se necesita la asistencia de abogado ni procurador. El nombre de la persona que presenta la queja se mantiene en secreto frente a terceros y frente a organismos no implicados en el tema, pero esto no quiere decir que se puedan presentar quejas anónimas”.

¿Dónde está el secreto, la prudencia? Estamos hablando de otra cosa. Y es grave por supuesto. Yanes al sentarse con los rebeldes y asumir sus argumentos, subvierte la institución que preside y la pone al servicio de su partido. Lo lógico, lo procedente es que hubiese convocado a Mena y su gente, porque a lo mejor también tienen algo que decir, igual de lesivo que lo que sostienen los críticos.

Volvemos a lo mismo. Un partido, un líder y un alcalde al que hay que matar. Yanes traspasa todos los límites y convierte una institución de tanta solera y supuesta independencia en un chiquero político. Allá él, habrá que ver como actúa. ¿Ha nacido un nuevo fiscal político, un comisario al modo ruso?

Nunca el PSC-PSOE había caminado de este modo contra un alcalde, contra un militante suyo. ¿También la larga mano empresarial llega hasta la mesa del guímarero sin escrúpulos? En fin. A ver con que nos sorprenden.