El candidato al Senado, Jonay Rodríguez, coreaba lemas soeces y obscenos contra el Papa en los ‘Orgullos Gay’ que organizó como edil en Puerto de la Cruz

El Obispado en Tenerife consideró elevar una queja a la Insular, pero desistió

EDDC.NET / Santa Cruz de Tenerife

Jonay Rodríguez, exconcejal socialista portuense y ahora candidato al Senado, es un conocido militante por la igualdad entre los sexos, nada discutido, nada cuestionado y nada censurado por mantener este activismo. Es más hasta le viene bien para que quede claro su progresía y su lucha por la causa LGTB, de la que los socialistas canarios han hecho gala, contando con figuras tan relevantes como Pedro Zerolo, tristemente fallecido y todo un símbolo.

Sin embargo Zerolo y Jonay son dos caras distintas, dos modos distintos de entender esta batalla. El primero con clase, el segundo, sin estilo, sin elegancia, a lo changa. El primero evitando el conflicto, el segundo, buscándolo. El primero jamás piso los juzgados y menos por atacar a un periodista, el segundo, sí y además condenado en firme, con total rotundidad por parte de las instancias judiciales correspondientes.

El segundo mientras fue concejal en el Ayuntamiento portuense organizó varios Orgullos Gay, que tuvieron su éxito y su repercusión, pero en el que, sin embargo, en uno de ellos, esta autoridad pública se sumaba de manera entusiasta a corear lemas tan vulgares y obscenos como el que señalaba que el Papa follaba poco y por lo tanto no era sensible a la problemática de los homosexuales, al condenarlos como cabeza visible de la Iglesia Católica.

Líbrenos Dios de negarle a cualquier persona su derecho a cantar, decir lo que quiera, pero hay que guardar las formas y más cuando se es cargo público, como fue el caso de este chico, Jonay Rodríguez. Resulta curioso además que cuando organizaba estos eventos, la alcaldesa Lola Padrón estaba ausente, no se la veía por el Puerto de la Cruz, lo que ha sido entendido por algunos que aunque no censuraba ni coartaba estos eventos, no compartía su filosofía, tan pasional y exacerbada.

Estos lemas hirieron sensibilidades como es lógico y la tertulia salvaje hizo carne y sangre, ya que además la línea de esa televisión es la del Concilio de Trento, para ellos Juan XXIII es un maldito comunista. Tanto es así que numerosos ciudadanos, católicos todos ellos, se quejaron al Obispado de Tenerife por estos asuntos.

Los dirigentes eclesiásticos estuvieron barajando quejarse a la ejecutiva insular del PSC-PSOE, pero alguien, con buen criterio, les dijo que era darle importancia a quien no la tenía y que no valía la pena tanto esfuerzo.

Este es el candidato que los socialistas canarios quieren llevar al Senado. Pobre Cámara alta. Que poco valor le dan los progresistas de estas islas, perdón por el resto, solamente los que militan en este partido a la deriva.